Poemas combativos, de Nazim Hikmet

By diciembre 28, 2019Sin categoría

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Los valientes duermen solos nº 1069
Poemas combativos (1929-1950), de Nazim Hikmet

«La grandeza de la poesía reside en su universalidad. Si es acertado ver en Nazim un poeta que, de lo particular, ha sabido elevar su concepción del mundo a un nivel superior. Aunque dotada de una innegable originalidad, la poesía de Nazim no es ajena a la orientación de la poesía occidental contemporánea y se sitúa más particularmente en la posición de Maiakovski y de García Lorca. En esta edición, con prólogo de Tristan Tzara, se presenta una recopilación de verdaderos poemas comprometidos. Los mejores años de su vida los ha pasado Nazim en la prisión, donde no ha cesado de escribir poemas. Desde Saint-Pol Roux y Desnos, pasando por Max Jacob, Bejamin Fondane y Pierre Unik, la poesía ha dejado de ser un juego inocente. Pero si el asesinato de García Lorca por los franquistas «en su Granada», como dijo Antonio Machado, es otro gran poeta español muerto en el exilio, en Collioure, si ese asesinato ha inaugurado la serie de crímenes cuya lista los fascistas lamentan no poder alargar, es el honor mismo del espíritu el que ha sido puesto en juego, por los sufrimientos inflingidos a Nazim Hikmet.» Los valientes duermen solos, jueves 26 de diciembre de 2019.

Poemas combativos (1929-1950), de Nazim Hikmet. Publicado en Buenos Aires por editorial Leviatan en 2003. Impreso en julio de 2003 en Artes Grádicas del Sur. Traducción del francés de Amaro Villanueva y Julio H. Meirama. Colección Poesía Mayor.

El gran poeta turco, es una de las más altas voces líricas en todo el mundo, considerado como el poeta en lengua turca más destacado del siglo XX. Sus ideas revolucionarias lo llevaron a vivir la mitad de su vida en la cárcel y el exilio. Fue mucho más que un renovador de la literatura turca, censurado durante muchos años por su militancia comunista, hubo de escribir el grueso de su obra en condiciones muy difíciles. Aun así, hoy es reconocido como uno de los grandes renovadores de la poesía turca contemporánea.

En 1933, Hikmet fue llevado a prisión debido a una acusación en su contra vinculada a la asociación ilegal y a la implantación del régimen soviético pero, dos años más tarde, fue beneficiado con una amnistía general. En 1938, este turco que ya había publicado los poemas narrativosLa epopeya del jeque Bedreddin (Şeyh Bedrettin Destanı, 1936) ), en la que glosa la figura de un líder religioso revolucionario del Siglo XIV; y Cartas a Taranta Babd (Taranta Babu’ya Mektuplar, 1935), contra la intervención fascista en Etiopía por las tropas de Mussolini y recogido en Commune enMarzo de 1936; fue condenado a 28 años y 4 meses de prisión y pasó doce años en la cárcel. Durante su permanencia en prisión contrajo matrimonio con su prima Münevver Andaç (fue su segundo matrimonio).

En la cárcel escribió sus Poemas de las 22-23 horas; su estilo libre y la alternancia de verso, prosa y diálogo, que, en cierta manera, prefiguran ese nuevo género que se propone fundar con su obra más ambiciosa, que redactará durante sus largos años de cárcel: «Paisajes humanos de mi país«, en la que se proponía retratar a su pueblo en diferentes momentos históricos. En 1935 publica además la novela La sangre no habla, así como varias obras dramáticas y otros poemarios. Durante su encarcelamiento estaba prohibida la publicación y circulación de sus obras, por lo que, en lo que al teatro se refiere, las firmaba con seudónimo: es el caso de Ferhât y Sirin, Sabâhat y Yûsuf y Züleilâ. En 1951, gracias a una importante movilización internacional para pedir su liberación, consiguió la amnistía. En ese contexto, despojado de su nacionalidad turca, abandona su país de forma definitiva y se exilia como ciudadano polaco. En 1957 publicó su más famosa obra «Duro oficio el exilio».

No dejó nunca de escribir poesía, aunque ésta sólo pudo ser conocida después de su muerte, ya que en Turquía, privado de nacionalidad, su obra estaba severamente prohibida y su nombre proscrito. Hubo que esperar a finales de la década de 1960 para que su obra completa, caracterizada tanto por un intenso lirismo como por su compromiso, fragmentada y dispersa en infinidad de publicaciones extranjeras, comenzara a aparecer en su país. Nazim nunca se doblegó ante la tiranía. No consiguieron acabar con él; resistió y permaneció fiel a las ideas revolucionarias «aún teniendo los brazos atados a la espalda, y la espalda pegada al corazón». Gran cantor de su patria y de la lucha por la justicia, su sensibilidad nos legó así mismo hermosos poemas de amor. Su obra está muy influenciada por la poesía de Maiakovski y de los Futuristas rusos. Su obra, por tanto, está escrita en las condiciones más adversas, con un pie en la cárcel y otro en el exilio, y eso marca indeleblemente sus versos.

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