«BIOGRAFÍA, vio grafía
y se hizo preso, impreso¹.»
¹impreso, loc., a los catorce años me formé en la FP del Gremi de la Industria i Comunicació Gràfica de Catalunya. A los dieciséis me puse al día como cajista en una Minerva a pedal semiautomática en Talleres Gráficos Sanpons; imprenta situada en el Raval y asociada al Gran Teatre del Liceu. A los dieciocho forme parte de la CNT.
«28 LUNAS, vio grafía
y se hizo preso, impreso¹.»
¹impreso, loc., a los catorce años me formé en la FP del Gremi de la Industria i Comunicació Gràfica de Catalunya. A los dieciséis me puse al día como cajista en una Minerva a pedal semiautomática en Talleres Gráficos Sanpons; imprenta situada en el Raval y asociada al Gran Teatre del Liceu. A los dieciocho forme parte de la CNT.
He hecho de documentalista. Había reunido las briznas, las migas, las conversaciones, las entrevistas redactadas con la sola ayuda de una grabadora. La memoria era peligrosa y borrarla era el mayor castigo. La memoria es un regalo si tienes conciencia.
Los valientes duermen solos fue creado un domingo de 1987 con la excusa de buscar historias. Hasta ahora no me había atrevido todavía a presentar un planeta cúbico, pero no tardé mucho en hacerlo. Lástima que yo no lo “escribí”: fue el acto de extraer una «hoja» del lugar exacto. Esta idea se había hecho toscamente, con calidades superiores a las que uno podía ofrecer. Había ido encontrando, por aquí y por allá, pequeñas huellas de nuestro sabotaje cultural, clandestinidad y exilio, atentados contra esto y aquello. Consistía en hacer realidad esa fantasía de omnisciencia. Las imágenes procedían de un material gráfico de indudable gancho, knockouts fotomecánicos. Impresos originales y fotocopiados y todo eso que los sabios denominaban «reference books» que se vendían en vendedorxs ambulantes, rastros y librerías de viejo.
Ser el propietario era todavía demasiado complicado. La ventaja de un no recorrido y una mala memoria consistía en poder gozar varias veces de una misma cosa como la primera vez. Trataba de cubrir temas tan apasionantes como pintura, materia, pensamiento, ecología, anarquismo, escritura, mente, enzimas, metáforas, recuerdos, formación de la atmósfera, estrellas, sol, luna, gatos. Temas tan básicos como la construcción del ser, supervivencia, medición de su espacio, nacimiento y muerte. Vale destacar en este aspecto la creación de ágiles imágenes que plasmaban la realidad que torcía la mano hábil y ligera de quienes saben deslizar datos donde conviene o desee hacernos ver. El agotamiento de los recursos y los peligros de la victoria, tales como exceso de educación, de tecnología, de ordenadores, etcétera. El «lugar» es luchar contra la ola de irresponsabilidad humana.
Pues ya no se trataba de copiar este paisaje, de convertirlo en imágenes. Era demasiada información para transmitir.
Yo busqué el propio Mundo. Porque, en verdad, es ahí donde ocurre todo. He hecho de documentalista de «LA IMAGEN DE LA RUINA«, que aquí, sin embargo, no se considera decadencia, sino un medio para un conocimiento más complejo: el que se interroga a partir de las erosiones y de los precipicios sobre la historia de la Madre Tierra, sus revoluciones, las transformaciones que la han vuelto tan accidentada y temible y, no obstante, significativa dentro de un todo que incluye bellezas caóticas y salvajes, pero no por ello inoportunas ni sin sentido. Detrás de ello se abría lo desconocido.
Era necesario que la ausencia de internet fuese dicha. El «allá en lo alto» es el cielo. A las alturas se las contradice con el almacenamiento en la «nube», y cuando se la vacía de sus contenidos, solo queda la miseria extrema. Hubiese podido robar el material en internet, pero es degradante y cobarde, y hasta castigado por vuestras leyes que hacen un delito de la miseria.
En este Dormitorio deseo Despertar vuestro interés hasta dormir. Y para facilitaros la tarea de búsqueda de recursos, os dejo a mi disposición toda la información, Bien mirado, no era tan difícil de invocar los espíritus alrededor de la mesa. Los había por todos lados.
Cambio de cuerdas apostando por la composición de Collages que es, al igual que la Música, un humilde homenaje a la obra desde un ejercicio de transparencia, basado en los principios de Horizontalidad. Creo totalmente necesaria la accesibilidad a la cultura y la necesidad de generarla desde posiciones críticas. Todas las imágenes utilizadas llevan acreditada su procedencia. Quien quiera saber que me escriba un comentario y se lo mando por correo o carta ordinaria.
«¡No habremos demolido nada si no demolemos también las ruinas!.»
ALFRED JARRY, Ubu encadenado.
«OSMOS, la luna
ha tapado la C¹.»
¹C, letra., ¿Cómo puede la luna tapar la letra C? En los giros del Ombligo de la luna.
Tan sólo como ejemplos:
Las actividades de astrónomxs-astrólogxs-cosmógrafxs-matemátcxs se caracterizaron,
fundamentalmente,
por la estrecha vinculación entre la teoría y las artes que buscaban soluciones concretas a ciertos problemas.
La primera obra náutica que se imprimió en Sevilla fue el Tratado del Esphera y del arte de marear (1535)
de Francisco Falero o Faleiro,
cosmógrafx de aportación original al problema de la declinación magnética y de la observación astronómica.
No es de extrañar que las principales corrientes son las estructuras propias de la cueva que sirven para la puesta en escena de las figuraciones.
La luna tiene la suerte de permanecer en el sitio en el y para la que fue creada.
El libro no resuelve el problema,
pero abre una ventana hacia otras posibilidades interpretativas poco o nada desarrolladas hasta el presente.
A partir de su lectura,
reflexiono y veo con una mirada renovada el arte de las lunas.
Cuando la parte iluminada de la luna se ve en forma de «C» es menguante.
La letra “C” de “COSMOS” es tapada por la luna.
Aquí la idea de «OSMOS«;
la existencia de “escenas” mucho más numerosas de lo que creíamos,
o el hecho de que lxs prehistóricxs mutilaron y emborronaron algunas de sus obras y el soporte en las que se representaron,
son otras aportaciones de que la luna jugó un papel fundamental en el borrado.
Podría sintetizar que en «la luna a tapado la C» se expone la idea:
de que cada luna
(de las veintiocho lunas)
es un mundo,
es decir,
que en ellas se efectuaron actos no imaginados o poco aprecidaos por nostroxs.
«Cuando la luna se eclipsa,
párase casi oscura,
ennegrece,
párase hosca,
luego se oscurece la tierra.»
«INFANCIA, las mil y una noches antes del habla,
que no era artista¹.»
¹artista, loc., en el arte sólo se expresa bien lo que fue asimilado ingenuamente. No les queda a lxs artistas más que volverse hacia la época en que no eran artistas e inspirarse en ella, y esta época es la infancia.
El arte moderno es -en cuanto tiene de valioso- una vuelta a la infancia. Su motivo perenne es el del descubrimiento de las cosas, descubrimiento que puede acontecer, en su forma más pura, sólo en el recuerdo de la infancia. Ello es efecto del all-pervading conocimiento de lxs artistas modernxs (historicismo, noción del arte como actividad suficiente per se, individualismo) que les hace vivir desde los dieciséis años en adelante en estado de eficiencia -es decir, en un estado ya no propicio a la asimilación, ya no ingenuo. Y en el arte sólo se expresa bien lo que fue asimilado ingenuamente. No les queda a lxs artistas más que volverse hacia la época en que no eran artistas e inspirarse en ella, y esta época es la infancia. Esta idea de Cesare Pavese, extraída de su obra El oficio de vivir, es un manual de últimos auxilios para soñadores despiertos; no por casualidad, resume bien lo que aquí presento, titulado, las mil y una noches antes del habla, en la encrucijada del ensayo, el planfeto y la poesía.
Pues bien, como padre de mi hija nacida en 2011, y por mi paso (como alumno y como educador) por escuelas libres, escuelas de barrios marginados y centros catalogados como de alta complejidad, así veo las cosas. Para dejar a la infancia vivir su vida es preciso, a través de tantos prejuicios y pasiones facticias, saber analizar bien el corazón humano para discernir en él los verdaderos sentimientos de la naturaleza. Hace falta una delicadeza de tacto para sentir las finezas del corazón, que no se adquiere más en que la educación del gran mundo, la Madre Tierra. Se me ocurren que son tres las alternativas que se pueden dar entre la educación libertaria. Al menos tres: La libertad al margen de la necesidad, la libertad tangente a la necesidad y la libertad dentro de la necesidad.
De ahí que mi opinión sea la de una cierta «manipulación crítica«. Por manipulación crítica entiendo lo mismo que Bakunin, cuando decía que al niño de dos años no lo podemos dejar en libertad de caminar hacia el abismo que tiene en frente, porque a buen seguro daría el salto en el vacío. También decía Bakunin que si encerramos una mariposa en una habitación llena de cirios encendidos, quemaría sus alas. Por tanto, a la Infancia hay que decirle -manipulando- mira: por este camino… Hasta la autosuficiencia, que en última estancia debe decidir, y por lo tanto le toca elegir. De este modo la infancia adquiere una implantación en la realidad, y si elige otro camino que el nuestro, enhorabuena. Somos educadorxs, no militares. Nosotrxs no daremos órdenes inapelables, porque respetamos la etimología de la palabra «libre», es decir: «crecer», «liberar».
Resulta irritante tener que conceder que, hasta en el terreno de la educación libertaria, abundan aquellos seres que prestan poco a compartir, y que tienden a conformarse con su paradisíaco socialismo utópico, una experiencia pequeña, válida tan solo para cuatro compañerxs que se llevan muy bien, pero que tienen el aire de una cooperativa de poca monta. No son, por supuesto, los únicos, pero sí aquellos que me parecen más acusados y dañinos. Sobra el Emilio de Rousseau en demasía, sobra la «bondad natural» que se convierte en ingenuidad existencial. Sobra una abrumadora desconexión entre las diversas escuelas libertarias, más atentas a los localismos propios y a las genialidades del «cada maestrillo con su librillo» que a una tarea de investigación interdisciplinar y comunitaria. Que a estas alturas no se haya celebrado ningún encuentro -de verdad- entre las escuelas libertarias que pululan a su aire por lo largo y ancho de la geografía es una señal inequívoca de que se cree muy poco en lo que signifique cooperación. Lamento tener que comenzar este artículo con este aire panfletario. Es un comienzo, simplemente.
Así estamos viendo como la «escuela libre», incluso organismos anarcosindicalistas, viejos y actuales, son un reflejo de los pactos establecidos en el poder, de las directrices emanadas de los órganos, de las normas aceptadas cuasi militarmente en los plenos asamblearios, etc. No me sería muy difícil demostrar lo que digo; me ratifico en esto. No es una escuela para la vida, sino una escuela en la cual la Infancia es considerada una futura «militante». No me gustaría pasar por alto la palabra: libre. Me duele escuchar: «Por muy mal que lo hagamos, no lo vamos a hacer peor que los maestros oficiales del Estado». No es eso, no es eso. No basta con la buena voluntad. ¿Cómo pensar que la enseñanza libertaria consiste en dejar a cada cual hacer lo que le pide el cuerpo? Una tremenda hipervaloración de la propia metodología, con un desprecio casi absoluto de las experiencias de lxs demás. Hay un acentuado platonismo en la educación libertaria, que piensa que la Infancia va a ir descubriendo por sí sola la cuestión que vaya necesitando descubrir.
Hay que empezar a plantear la problemática de las posibilidades educativas. A mi entender, el desconcierto entre la pedagogía libertaria es bastante grande. Acaso no podría ser de otra manera. Todxs tenemos hábitos autoritarios, todxs estamos impregnadxs por la enseñanza verticalista, todxs hemos recurrido a los apuntes y a las lecciones magistrales. Todxs hemos mamado la teta de los sabios. Cuando me refiero a enseñanzas que aceptan el verticalismo de ahora, me refiero fundamentalmente a aquellas que han cambiado la ideología dominante, pero no el aparato hegemónico. O expresado en mayor claridad: Se trata de personas al servicio de una ideología de carácter generalmente marxista. Para estos docentes, la escuela es un lugar de captación, de producción de futuros militantes. Los programas, por supuesto, vienen de arriba. Es una pirámide. Sobre esa base descansa toda la ideología, todo el aparto ideológico de cualquier «Estado» impuesto a la fuerza (capitalista, comunista, socialista, anarquista…). ¿Qué ha cambiado en esta programación? ¿Y si fuera «anarquista»? A buen seguro la historia no la estudiarían de la misma manera. Pero no estaría yo tan seguro de que el ejercicio de la crítica, la pasión por la libertad, la dinámica de creación individual, la heterodoxia, apareciesen en ningún sistema impuesto, o que aportasen algo sustancialmente nuevo con respecto al pasado.
¿La Escuela Libre en un engranaje capitalista? «Habría que ver…» , «está por demostrar…» Estoy hablando, como puede apreciarse, en términos de hipótesis. Y ello, porque precisamente este tipo de experiencias no están nada extendidas, y sobre todo porque el lapsus de tiempo en que se están desarrollando es excesivamente breve como para poder emitir un juicio mínimamente riguroso. Mi opinión es que es una escuela que produce peligrosa inadaptación de la infancia en una sociedad que le rodea. Y no es que aquí se abogue por la «adaptación» del capitalismo. En todo caso, se cae en una manipulación de la Infancia, precisamente la que se quería evitar. Pues, ¿no queda la Infancia indefensa ante la única alternativa que se le imparte en este tipo de escuelas, tan indefensa como quedaba la Infancia rusa en la pedagogía de Zdanov? ¿No es éste un monismo reduccionista que hace de la Infancia un ser amaestrado al no amaestramiento?
Desde las comunas hippies, que hace décadas fueron un reflejo de las sociedades utópicas primitivas (y hoy han sido tragadas en su mayoría por la poderosa maquinaria capitalista), pasando por los movimientos provos, comuneros y universitarios de Centroeuropa, hasta el mayo del sesenta y ocho, una breve, pero importante historia de movimientos marginales de educación, se ha ido gestando. Yo les llamo escuelas de «libertad al margen de la necesidad», siguiendo un poco el supuesto esquema freudiano, que habla del principio del placer contrapuesto al principio de la realidad. Quien elige el principio del placer, deja al niño vivir su vida, al contacto con la naturaleza, sin ningún tipo de coerción. La vida no es trabajo, ni se encara como algo destinado a hacer la Infancia de hoy la edad adulta del mañana. La vida, por el contrario, es juego. Todo lúdico es lo que está reservado a la Infancia. La Infancia sólo se pertenece a sí misma, a su propia libertad.
En este tipo de comunas, a las que por supuestos las mamás y los papás «normales» no suelen enviar a sus hijxs, porque allí no se imparten títulos, ni diplomas, ni medallas, ni bandas, ni capacitaciones profesionales reconocidas por el Estado para el día de mañana, ni nada de lo que exige el «principio de realidad», es frecuente que se genere una cierta -¿e inocente?- esquizofrenia: La Infancia, al no salir capacitada profesionalmente, no podrá incorporarse a la vida social. Y esto le causará un cierto trauma, so pena que aprenda en muy poco tiempo lo que la demás Infancia ha tenido que aprender en bastantes años. Está por demostrar que esto sea posible. Está por demostrar que esto sea imposible. Tampoco tienen por qué darse comunas donde obligatoriamente no se enseñe nada en absoluto. Habría que ver si una enseñanza crítica, no de contenidos, sino capaz de enseñar a pensar en libertad, es capaz o no de proporcionar en un breve lapsus de tiempo lo que las escuelas dogmáticas al uso se esfuerzan en meter en la cabeza de lxs alumnxs a presión.
No debe olvidarse que, pese a la enseñanza «libre», y por ello lo traigo a coalición: ¿Educación privada, concertada, o estatal? ¿Educar pijxs con dinero público? ¿Educación Pública con argumentos capitalistas? Si dentro de la Institución que comentamos se fomenta y respeta su libertad, pero al salir de esa Institución lo que le rodea es el capitalismo, estaremos creando libertad para ¿elegir el capitalismo? ¿Como? Yo diría: ¿Cómo no? Esta es al menos mi opinión, que reconozco puede estar equivocada. En todo caso, me gustaría mucho saber cómo es posible la pedagogía de la no-coerción. Personalmente creo que una cosa es el lavado de cerebro, al que no creo que haya derecho, y otra una pedagogía arcangélica o serafinesca donde, tras las huellas de Carl Rogers, se pretenda que la Infancia no sea influida por nada ni por nadie. Esto último es imposible, porque la infancia no vive en una campana neumática.
La degradación que todo afecta. «Libre», ¿cómo iba a infectar a una palabra tan nuclear? El tiempo ha pasado. Mi padre y mi madre, una de las cosas que más lamentan es la de la amnesia histórica. ¿Aquí nadie se acuerda de lo que fue ayer, ni sabe lo que vamos a ser mañana? Apenas dos años de la muerte de Franco, que unos Cuadernos de Pedagogía catalanes encuestaban a los partidos políticos sobre el tema de la pedagogía y sus «alternativas» de cambio. La «autegestión», decían, era algo que, o se daba, o nadie podía poner en marcha ninguna experiencia educativa con visos de credibilidad. Por entonces mi familia sabía que si los partidos del espectro parlamentario, así como los situados en la periferia, pero con ambiciones de poder, que si esos partidos reclamaban únicamente de la «autogestión» era porque esa palabra estaba de moda. Tan de moda que los bancos se atrevieron a exhibir como lema publicitario en las vidrieras de sus agencias el «autogestione su dinero».
¿Cómo podría ser una pedagogía no autogestionaria? Solamente podría ser una pedagogía autoritaria. Pero esto que acabo de escribir está ya demasiado escrito, y ya fue de tal resulta incluso cacofónico. Puesta así las cosas, lo primero que cabe decir es que no es compatible la autogestión con la propiedad privada de los medios de producción. ¿Qué patronx sensatx, qué dueñx de colegio o institución educativa sería capaz de hacerse el harakiri, para entregar su propiedad a lxs trabajadorxs, al barrio, a la sociedad? Sobrepasando en terreno de la enseñanza privada, ¿hay algún ejemplo en la historia en que el Estado diga: «Ciudadanía, hagamos del Estado una sociedad civil, donde todxs administren lo de todxs. Eliminemos el aparato ideológico de Estado, quebremos los organismos de represión, suprimamos los códigos sobre los que se asienta nuestro orden civil, y transformemos el imperio de los Borbones en el imperio del amor, la libertad, la igualdad, la fraternidad? El Estado, como la substancia de Spinoza, tiende a perseverar, procreando retoños y más retoños.
En conclusión: Ni el capitalista privado, ni el Estado, que es la suma de los capitalistas privados, van a permitir que lxs trabajadorxs (y en este caso lxs trabajadorxs de la enseñanza) gestionen por sí mismxs, en la comuna en la que viven, de acuerdo con la comunidad en que participan, la marcha de sus propios asuntos. Pero hay más: Reyes muertos, reyes puestos, y la eterna rueda del eterno retorno. Hay quien no se quiere enterar todavía de que esto es tan importante como la abolición de las jerarquías. La revolución, decía Mounier, será material o no será, será espiritual o no será.
¿Qué es el fracaso, y qué es el éxito?
Cobrar conciencia de que el mundo de la cultura no se rige por leyes estrictamente culturales, y de que algunas que lo fueron se ven ahora desposeídas de tal carácter por el anquilosamiento de la rutina, constituye el punto de partida ineludible para todo criterio válido, vivo y creador con dicho mundo. ¿Se puede ignorar que el ámbito académico, medios, comunicación y cultura, está dominado desde siempre por teóricos y críticos que se obstinan en imponer, según ellos, la única línea con vigencia, fuera de la cual no habría salvación? El Estado se hace cada vez mayor en todas las partes del mundo. No es curioso ni casual el que, cuanto más «perfecta» es una sociedad capitalista, cuente con mayor número de mentalidad burócrata (bloggers, tubers, casters, medios, comunicación, editoriales, academia, enseñanza, funcionarios, contratas, agentes culturales, autónomos, privada…) trabajando por la causa. España, pese a todas sus miserias económicas actuales, no puede ser una excepción en este panorama, y se carga lenta, pero progresivamente, de burócratas. Cada día son más lxs burócratas que dependen del Estado, y menos los que pueden permitirse el lujo de montar una plataforma libertaria. El hecho que cada vez día crezca más la hidra, y que sus cabezas sean más numerosas, no quiere decir que en consecuencia aceptemos el modo de educar capitalista, donde ni la autonomía, ni la autogestión, ni la libertad, ni la crítica, ni… son posibles. Este tipo de enseñanza estatal está carente totalmente de imaginación. Todo el mundo anda loco por que le hagan catedrático, con o sin oposiciones. Mientras tanto, los que vivimos al margen, sabemos que este sistema de enseñanza no es apta para la vida de nuestra Madre Tierra. No toda la vida se limita a las cuatro paredes de un Estado. Desde siempre, hubo en el movimiento libertario personas que fueron marginales, y no solamente porque la sociedad las marginó, sino porque ellas mismas se situaron al margen de la sociedad vigente. Todavía vemos, y deciden relacionarse entre sí con independencia de lo que ocurre en el resto del Estado. Sexo, amor, estética, alimentación, administración, recursos, bienes comunes, apoyo mutuo, acción, arte, trabajo, teoría, ética, estética, economía… todo es vivido desde la perspectiva de una nueva luz, una luz distinta a la usual. La libertad se encuentra dentro de la necesidad.
Incluso las rocas escarpadas, las cavernas cubiertas de musgo, las rutas irregulares y las cascadas naturales con toda la gracia terrible de su rudeza, dado que representan la naturaleza de una manera más verdadera, me interesan mucho más y me parecen de una magnificencia superior a la afectación normal de los jardines principescos. La armonía de la naturaleza se descubre mejor donde se somete a la prueba, donde parece contrahecha, deforme, monstruosa. La naturaleza es también caos, desorden, imperfección, que cobra sentido dentro de la armonía de todo. Ese desorden es significativo para la mente y fascinante para los sentidos, porque nos obliga a a interrogarnos sobre el cambio, las transformaciones. La Naturaleza es una eterna sucesión de formas formadoras, que tiene su origen también en la putrefacción y el caos, entonces la contemplación de paisajes poco amenos como los desiertos y las montañas, verdaderos loci horridi, hace que nos sintamos más cerca de aquel aspecto dinámico y enérgico de la naturaleza que le confiere el espíritu y la vivifica. No solo es necesario salir del mundo del conocimiento libresco, sino que también es necesario salir de las vías ordinarias, en sentido literal y metafórico.
Ante la idea de que «cada cueva es un mundo», es decir, que en ellas se efectuaron actos no imaginados o poco apreciados por nosotros, podríamos sintetizar que el problema que sigue sin resolverse es el del significado del «arte». Un estudio documentado del arte parietal no hubiera podido concebirse sin numerosas visitas a los espacios subterráneos, realizadas y facilitadas por la amabilidad de las guías que tuvieron la responsabilidad sobre estos lugares. El Documento no resuelve el problema del «arte», pero abre una ventana hacia otras posibilidades interpretativas. Documentar consiste en situarnos en una actitud ingenua, dejaremos que nuestro yo otro, se pierda en la brevedad de aquellas sacerdotisas asociadas a una supuesta evolución hasta el arte, la magia y la brujería moderna.
Mi padre estaba tumbado boca arriba pero no dormía, y yo veía sus ojos brillantes mirando fijamente el techo que colgaba sobre su cabeza. Se volvió hacia mí -Yo sé bien quienes son los míos. Y se que hay muchos con ellos. Y otra cosa te voy a decir… -era su voz; breve, una especie de golpe. Vi un rostro que no era el mío. Una mano invisible arrastraba a mi padre al pasado. Pues allí estaba yo. Ahora me encontraba contemplando el barroco siniestro de su ruina, paredes ciegas surgieron ante nuestros ojos como un esqueleto con los huesos desperdigados. A la Bajada de la Luna, después de las palabras de mi padre, cambiamos de lugar, moviéndose en sentido contrario de las agujas del reloj. Benditos sean sus pies, que me han traído por estos caminos. Benditas sean las rodillas de mi abuelo, mi abuela y mi tía, esfumadas apresuradamente en la oscuridad del Fosal de la Cantera de Montjuic. La profundidad recurre a las alturas. Lo he contemplado con detenimiento durante diez segundos, y en mi lugar queda el temblor y el miedo. Nos vimos reflejados en el miserable ventanal. Los marcos de la ventana estaban podridos. Y cuando nos vimos reflejados y devorados por la podredumbre, tengo por un momento la sensación clara de estar viendo sus cadáveres de cómo yacen en una miserable masacre en el fondo de las fosa común. Esta autodestrucción continua es nuestra patética naturaleza. Sus muertes son el crimen absoluto, eso que no puede ser aceptado y, menos aún perdonado. “¿Qué ha cambiado ahora con el “cambio” de régimen?” le pregunto a Imre Kertész en Yo, otro. Crónica del cambio. -me respondo- “Yo es otro” (Rimbaud).
Mi familia paterna firmaba con el dedo, procedentes de Águlias (Murcia), habían llegado huyendo de los caciques. L’Hospitalet era conocida como la bóbila de Barcelona. Mi abuelo era un libertario alfarero hospitalense que vivía en la calle Onesimo Redondo número 23. -Vamos, traduzco. Siempre hay otra manera de explicarse cuando digo que todo el mundo tenía unas katiuskas. Muchísimo barrizal. Calles sin asfaltar. Allí no había nada, sólo las líneas de alta tensión. Arrabales informales, poblados lumperianos, con todo el aspecto de una zona rural devastada por calamidades, tempestades, viento huracanado y calamarsa. Viñedos y viviendas autoconstruidas. Una puerta como una celda. Una familia por habitación. Nuestros antepasados pagaban grandes sacrificios por unos alrededores que se habían convertido en un lugar con muchos problemas de carácter higiénico-sanitario, sumado a los signos de pobreza y enfermedad, la caridad o la muerte de criaturas menores de un año. A falta de alcantarillado, las aguas residuales se recogían en pozos muertos, las letrinas, que se situaban en el patio. Su limpieza no se respetaba y se vaciaba en la misma calle. La aparición de bobilas favoreció no solo el barrio de Quico Sabaté, sino también a Santa Eulalia, la Florida y Pubillas Casas.
Antes de 1853, la mayoría de las heroicxs pionerxs eran, en realidad, protoanarquistas, ocupantes ilegales que estaban democratizando la Tierra. Tomaban la Tierra que necesitaban para vivir, y se aliaban para defender sus reclamaciones ante los especuladores y los acaparadores de la Tierra, establecían grupos para proveerse de los servicios sociales básicos y estimularan a otros ocupantes a establecerse, ya que la fuerza estaba en el número. La organización de lxs ocupantes era la clave. Toda la fuerza del mito ha consistido en ensombrecer esta inscripción de clase en la frontera, en borrar la amenaza a la autoridad que la frontera suponía, envolviéndola en un romántico manto de individualismo y patriotismo.
En 1853, en la casa de tres plantas, correspondiente al número 13 de la carretera de Collblanc ya encontrábamos viviendo a miembros de la Guardia Civil y sus respectivas familias. No es de extrañar que el envío de la benemérita fuera “una manera de aportar grandes beneficios para los pueblos” por parte del Gobierno Civil. Desde aquí, y huérfano, mi padre había sido criado por su tía Magdalena, conocida como la “espiritista del Baix Llobregat”. Con sus modestas sandalias, y con las uñas sin pintar, llevaba dos décadas buscando a su hijo libertario, desaparecido en la Batalla del Ebro. Lo que empezó siendo unas visitas al Delta acabó en una ruta por todo el territorio del Baix Llobregat en busca de médiums, espiritistas. Todo el mundo abusaba de su confianza. Padecía una dolencia mental horrible. Y la semana siguiente, lo mismo, y la otra lo mismo, hasta que se cansó y pudo salir del coma profundo hasta contemplar la runa de las brujas. Al final a la suma sacerdotisa le había merecido la pena. Era como unos misteriosos medicamentos de nuestra casa; era más beneficioso que tomar las medicinas. La iniciadora consagraba con aceite. Mi padre perdía las tardes deambulando con su tía rodeada de gatos. Lo atiborraba de caridad por hogares, hospitales y cementerios, ofreciendo consuelo y cuidados. ¡Él no tocaba nada! Aprendió del espíritu que cargaba con pesos carentes de honor.
Las sanadoras, espiritistas, médiums de mapas cósmicos de Barcelona y el Baix Llobregat, estaban tan relacionadas entre sí como una multitud de paseantes por los alrededores del centro espiritista del Raval de 1891, de la mano de Teresa Claramunt y Ángeles López de Ayala. Oigo sus voces junto a mí pero ellas ya no están. Temblando solo queda un vestido de los años sesenta. Amotinar. Incitar. Citar. La anciana, de apariencia un tanto maniática, que no chiflada, dice algo, su hijo la corrige, intenta guardar las formas, pero al final se limita a sonreír confuso; me doy cuenta que estoy perdido.
Quien conocía muy bien a Los Aguiluchos de L’Hospitalet era Camil Piñón, integrante en la CNT. El Gato Negro, situado en la calle Occidente nº16 era un bar de mala reputación; había estado denunciado por altercados dentro y fuera del local, pero ni rastro. El bar Triana de la calle Llobregat nº23 era un lugar de mala fama para la moral cristiana. El bar Collblanc número 47 era un foco de escándalo y perversión. Los años 60 fueron gobernados por los sin ley.
La colección fílmica de la Filmoteca de Catalunya arrancó en 1981. Uno de los pases que cambió la mirada de mi padre fue «Les statues meurent aussi» / «Las estatuas también mueren» (Francia, 1953); treinta minutos dirigidos por Chris Maker, con la ayuda de Alain Resnais. «Cuando los hombres están muertos, entran en la historia. Cuando las estatuas están muertas, entran en el arte. Esta botánica de la muerte, es lo que nosotros llamamos la cultura -entre el arte africano y el occidental.” Las estatuas y las máscaras tradicionales de África, construidas por los hombres y mujeres del mundo no literario, eran tiradas después de su uso ceremonial; tranquila y simplemente se abandonaban hasta pudrirse; esto era un proceso rápido para la madera y otros materiales orgánicos en los climas calurosos y húmedos.
Eedro soñaba en contar cosas a través del dibujo. Escenarios ambiciosos, desenfrenados, destellos de grandeza creados por el pincel inigualable de su máxima cúspide, Abdul Mati Klarwein.
El problema no era sólo como sacarle partido, sino también como equipararlo con las antiguas Bellas Artes. Además, empiezan los principales problemas a los que Pedro ha tenido que enfrentarse: no sabemos casi nada nada de la cultura madre ni de la importancia de las esculturas en esa cultura. Hay otros muchos ejemplos, desde el remoto arte rupestre del Sáhara, que no parece relacionado con ninguna tradición artística existente hoy en día, hasta el arte de las esculturas de terracota de Nok, incluso el arte de los Ashanti que surge claramente de una base anterior al siglo dieciocho. A veces se entremezclan historias diferentes. Pedro averiguó que, estrictamente hablando, nunca se ha escrito una historia del arte de África o del Oriente próximo.
Mis dibujos animados de los 80 fueron las ilustraciones impresas a una tinta de Juan Carlos Eguillor. Mi padre se encargaba de la cenas -mientras mi madre trabajaba- y de quitarme los libros de la cama al quedarme dormido. La relación con mi padre fue muy significativa en las navidades de 1988; con esa energía de la que estaba hecha mi vida a los nueve años. el universo de mi padre era un duro trabajo malpagado en metalurgia e saber que ilustraba comics undergounds hizo que le pidiera ser su ayudante en su casa taller. Aprendí ha trabajar conectándolo todo; el espacio público y la relación de este con la vida y el mundo. Eso era la idea de un tejido. Y nuevamente repetía esa idea de tejer con los vinilos, la pintura, muchísimos libros -de segunda y tercera mano- amontonados. Esta explicación me parece particularmente importante por la simple razón que la autonomía sería un estado de lucha. Aprendí a soldar con estaño, , cámaras fotográficas, a revelar y ampliar fotografías, a experimentar, a desmontar, reparar y limpiar cualquier cinta y aparato. Podría decir lo mismo a construir con las nociones del dibujo y la mecánica, y a soldar las piezas de una chatarrería para poner a punto mi primera bici. Me da la impresión que mi padre tiene esa obsesión por Felix Guattari; una especie de cometa. En un momento dado, está un tiempo en un lugar; en otro está en el otro lado, en otro es terapeuta de una clínica de campo, en otro momento, también, hospeda a los autónomos italianos en su piso, mientras, por ejemplo, en la cocina se emite la Radio Tomate y en la sala toca la guitarra.
Durante el último trimestre de 1995 trabajo y estudio fueron sinónimos. Por las mañanas finalizaba la faena de la imprenta del Liceu (Sampons) y por las tardes asistía a la FP de Artes Gráficas en el Gremio de Industrias Gráficas de Barcelona. Joan Ivars, buen conocedor del sector y experimentado pedagogo, nos proporcionó los conocimientos necesarios para afrontar la clásica diatriba de si era más conveniente un escáner de tambor o uno plano. Con seguridad de que, en la mayoría de los casos, el de tambor permitía una mayor calidad: al disponer de una fuente de luz más puntual y brillante puede diferenciar detalles en áreas de la imagen cuya densidad es de 3,5 o más. No obstante, se debe reconocer que su utilización, especialmente para impresores menos familiarizados en el área de la preimpresión, su empleo resultaba lento y lleno de operaciones “sofisticadas”. El plano, en cambio, resultaba mucho más práctico: Tengamos en cuenta que el ojo humano tiene dificultades para diferenciar densidades que van más allá de 2,90 ya que, por encima de este nivel, todo nos parece negro. Para el caso concreto que estamos considerando de un impresor medio con mezcla de labores, será imprescindible averiguar el volumen relativo de trabajos que, por sus características y calidad, podrían ser “entrados” mediante el escáner en plano.
«GRAFFREGITI»: resulta de los procesos primarios de la expresión, los caracterizados por el desplazamiento, la simbolización y la represión. Principio que va desde los muros hasta las orillas fantasmales de la noche. Las marionetas de la ciudad ceden su lugar ante las fuerzas mágicas del muro. Hay cosas terribles en el mundo, terribles como un muro por el campo, frente a un ciruelo. Los muros dispuestos siempre ahí, y alzados a los ojos, con su poco de tierra, ancha como la herida que muestra la división, cuando uno anda solo. En los muros están las puertas por donde entrar se pueda y llegar por una de ellas. Cualquiera que se haya asomado al estudio de los límites conoce la importancia de las puertas, dispositivo de tránsito entre espacios que pueden ser cotidianos, insólitos, imprevistos, o temibles. Estas puertas se abren sobre el subconsciente, como que se abren sobre el destino. Esto lo sabía hasta Buñuel, cuando en Un perro andaluz, hizo que una puerta urbana se abriese sorpresivamente a una playa batida por el viento.
«Dormía el barrio al lado de mi hijo y le veo surgir en la noche, y David empezaba a cubrir las calles de palabras pintadas atravesando las fronteras psíquicas que delimitan nuestros espacios. La policía nos hacía perder la eternidad en cinco minutos. Su pintura tenía que salir afuera (y como fuera), y aquellos años fueron una especie de sueño que le permitía la emergencia de lo oculto-infra. Las razones por las que prefería permanecer en anonimato no difieren de las que esgrime para optar por su otro ónoma. La mitad del tiempo duerme, la otra sueña, no siempre se levanta, para despertar tiene que dormir. ¡Despierta! le dijo un hombre ilustre, pero murió. Huye de la vulgaridad de estar bien despierto. Se somete a cambios continuos, sin otra memoria que la que noche tras noche dejo allí donde duerme con un baúl con vinilos. Donde no alcanzan los rayos del sol alcanzan las notas musicales. Cuando duerme solo, sólo tiene un libro, es decir, el texto que invita a salir de la vigilia, y logra introducir palabras venidas de otra noche.» -Tal y como ha señalado mi padre.
El liberalismo ya no tiene agenda. La ciudad se ha convertido en una «caldera hirviendo». Semejante histeria xenófoba conexión causal entre crimen, drogas, inmigración, violencia, okupas… puede ser el escenario de una aguda bipolaridad urbana, frente a las cuales todos lxs demás somos consideradxs peligrosxs, donde una alternativa más directa sigue resistiendo a sus eslóganes mediáticos, a la renovación, al fascismo y al Estado policial. Las calles de Karcelona, que alguna vez estuvieran repletas del encanto de la vida comunitaria, librerías y ateneos, vida comunitaria, espacios libres y autogestionados, son ahora la reacción contra el «robo» de la ciudad. Una vengativa y desesperada defensa de la falange de privilegios desafiados, envuelta en un lenguaje populista de la moralidad cívica, los valores familiares y la seguridad barrial; augura una feroz terror de raza/clase/género de la clase dominante, un grupo social que desde la historia de la burguesía ha sido «puesto en el lugar» por un mercado inmobiliario asolado, la amenaza y la realidad del desempleo, la aniquilación de los servicios sociales y la emergencia de las minorías y la inmigración, así como también de las mujeres, las personas sin hogar, lxs desempleados, la comunidad LGTVIQ+… La ciudad revanchista ha sido escandalosamente reafirmada por la programación de la televisión dedicada a la carnaza y la venganza; codificados de igual modo por la raza y el nacionalismo, íntimamente conectados con la clase y el género, han hecho cristalizar la emergente eugenesia como antídoto frente a un pueblo degenerado y libertino.
Simone Weil había perdido ese sentimiento de lugar cuando escribió Echar raíces. Para ella el desarraigo no era sólo físico, sino también social y psicológico: «uno puede vivir el desarraigo sin haberse trasladado o sido forzado a trasladarse.» Con el desarraigo, anticipó la idea de Robert Putnam de capital social. Lo que Thomas Carlyle llamó el «vínculo monetario» (la transformación de todas las relaciones humanas en transacciones económicas) contamina los lugares en los que nacemos y crecemos. El dinero se ha vuelto demasiado caro: «El dinero destruye las raíces en cualquier lugar en el que penetra y sustituye cualquier motivación por el deseo de ganar. Nada es más claro ni más simple que una cifra». El resultado, escribe Weil, es que «aunque permanezcan en el mismo lugar geográfico, han sido desarraigados y exiliados y readmitidos, como si no quedara más remedio, como carne para trabajar.» Los lazos que había se han roto.
«Para que amemos a nuestro país», escribió Burke, «nuestro país tiene que ser digno de ser amado». En la misma línea Weil insistía en que era imposible amar a un Estado: «El Estado es una cosa fría que no puede ser amado, pero mata y suprime todo lo que podría serlo». También Weil execraba el romance de la izquierda con la revolución, de la que dijo que es una palabra «por la que se mata, por la que se muere, por la que se envía a las masas populares a la muerte, pero por la que no tiene ningún contenido». Weil vio con total claridad que la revolución en Rusia había derivado en una jerarquía aun más opresiva. Weil recorrió un largo camino más allá de una crítica de la sociedad materialista y, en su modo particular, marxista. En lugar de esta, ahora Weil ofrecía una perspectiva espiritual que consigue ser a la vez más radical que su posición anterior.
En este Dormitorio deseo Despertar vuestro interés hasta dormir. Y para facilitaros la tarea de búsqueda de recursos, os dejo a mi disposición toda la información, con calidades superiores a las que uno pueda ofrecer desde su scanner y mala memoria. Esta idea se ha hecho toscamente. La ventaja de una mala memoria consiste en poder gozar varias veces de una misma cosa como la primera vez. Cambio de cuerdas apostando por la composición de Collages que es, al igual que la Música, un humilde homenaje a la obra desde un ejercicio de transparencia, basado en los principios de Horizontalidad. Creo totalmente necesaria la accesibilidad a la cultura y la necesidad de generarla desde posiciones críticas. Hubiese podido robar el material en internet, pero es degradante y cobarde, y hasta castigado por vuestras leyes que hacen un delito de la miseria. Todas las imágenes utilizadas llevan acreditada su procedencia. Quien quiera saber que me escriba un comentario y se lo mando por correo o carta ordinaria.
El suplemento TIERRA Y LIBERTAD, con servicios de Librería, fue un seminario anarquista que, a partir de 1906 y 1923, respectivamente, pasando a ser editados en Barcelona, y convertidos en el principal centro anarquista español. Siendo ya órgano de la FAI, TIERRA Y LIBERTAD comienzó a publicarse en agosto de 1932. Se encontraba en la calle Unión 19, 3º 1ª del Barrio Chino de Barcelona. Se imprimió en Gráficos Alfa, Bruch 71. Entre agosto de 1935 y enero de 1936 fue editada en Valencia, y volvió a serlo en Barcelona hasta el 21 de enero de 1939, es decir, cinco días antes de la entrada del ejército franquista en la ciudad. Con una cantidad ingente de evidencias para demostrar la decadencia de las instituciones culturales y civiles, y con la desaparición del verano anarquista de la Barcelona (la de nuestrxs abuelxs) la que quiso hacer realidad la utopía, se ha dado un declive paralelo: a jugar solos o a la petanca. Podéis ver un capricho, quizá vanidad, al pensar que los diarios excesivamente precisos son el final de la Libertad: por eso sólo los períodos «vacíos» que se interponen son los plenos. Trabajo para dormir. Prefiero ser porquero y que me entiendan los cerdos. ¡Como las imágenes comunes a todos los seres: los sueños! Acabo contemplando mis noches, densas y mates. Es una noche que me paras y me preguntas por blancos, grises y negros, azules y púrpuras, verdes, rojos y marrones. Nos estamos despidiendo de esa época que era la nuestra, que fue arrojada sobre el mundo. Duermo entre las gargantas de la conciencia universal, intento reanudar una relación más sincera con el mundo natural, una relación más respetuosa con nuestra MADRE TIERRA. La primera preocupación de cualquier clase es hacer saltar por los aires de un modo u otro la indiferencia ante la naturaleza. Todo ecosistema manifiesta una periodicidad múltiple, compleja. Ciertos períodos, como el año, el día, aparecen manifiestamente reforzados por los otros, en buena parte, de la relación que existe entre la longitud de los períodos de tipo cósmico. El desafío de extender las manos a ese antiguo paisaje sonoro que han sido las raíces directamente en la tierra aplastada bajo un manto de asfalto, cemento y guerras. , para vitalizar la autoconciencia de las unidades y grupos sociales, para revolucionar la comprensión y estimular la emoción. Termino con una cita de mi estimada Dolors Marin, sacada de su libro Anarquismo, una introducción: «El hurto sólo existe a través de la explotación del hombre por el hombre… cuando la Sociedad te quita tu derecho a existir, tú debes tomarlo.»
Dispone de una escuela de arte metida en casa, por decirlo de algún modo. Su abuela es una de las modistas de El Molino. El sindicato del vestido del 34 está situado en la calle del Carmen. Allí acude a las primeras reuniones del Grupo Cultural Femenino para escuchar a Áurea Cuadrado (Modista del Sindicato del Vestido y parte de Mujeres Libres). El ruido de la máquina de coser no cesa. En la pared se encuentran apoyadas algunas bobinas de papel de 50 gramos y bocetos y números; algo parecido al ambiente recreado por Tim Burton en Alicia en el país de las maravillas.
19 Carrer Aurora 19
«Yo soy del chino (a los del chino esto del Raval nos parece un poco pijoteras) y ser del barrio chino en aquella época nos ha marcado. La vida se hacía en la calle y había un espíritu de compañerismo y de cariño entre la gente, quizá porque era una época muy dura.» Luisa Rodríguez. Secretaria de El Víbora, participó en el histórico mitin de la CNT de 1977 junto a Federica Montseny.
Un esquema simple que proviene de la semana pasada: apeado, comiendo helado acompañado de mis dos amores (Alex y Cris) me reencontré con mi estimado Salvador Klarwein. Un investigador, actor e hijo del pintor Mati Klarwein. Una de nuestras constantes temáticas de conversación es el juego subterráneo que se establece en el Raval entre apariencia y realidad. Las Olimpiadas de Barcelona han sido el principio de la diáspora. Salvador Klarwein resiste y nosotros nos largamos. Charlando junto a él, consideré que debíamos apostar siempre por “los locos” – como nuestros padres artistas- como los cuerdos, y a los cuerdos como locos. Estos últimos con el agravante que son los únicos que pueden curar a los cuerdos. Obligados a señalar así, la rigurosa conformación de una escenografía filosófica personal que acude allí donde la razón, el sentimiento y la palabra debaten la naturaleza de su vigencia. En momentos en que las preocupaciones ciudadanas han asaltado las elecciones municipales de Barcelona 2023, recrece la pintura de Mati Klarwein sobre sus propios niveles.
Nuestra memoria atravesó la metralla de los recuerdos como vecinos de la calle Aurora. A principios de los años ochenta soy un zagal de la calle Aurora número 19; edificio situado en la última barraca de tiro en el corazón del Barrio Chino de Barcelona; dónde vivió la trabajadora textil y anarcosindicalista Teresa Claramunt, más conocida como la Virgen Roja de Barcelona. En el portal número 12 vivía la familia Klarwein.
El Barrio Chino de los ochenta era un lugar construido en muy mal estado, empapado de dificultades. Me sacudía la violencia, la pasividad, el individualismo, las conductas autodestructivas, la explotación laboral y sexual, y la represión policial. Nunca pensé que ocurriría, o no de ese modo. Cualquiera podía ser encarcelado.
Rafael Tous de la Sala Metrònom iba detrás de la obra de Mati, y de autores del comic undeground como Nazario, Ceesepe, Luis García, Max, Auraleón o de autores anónimos como mi padre, y les compraba los originales o las planchas. El día 22 de febrero de 1989 Genis Cano nos invitó – estaba a punto de cumplir los 10 años- a presenciar en directo un mural de 34 metros pintado por Keith Haring en una plaza que ya no existe: la Salvador Seguí, ubicada entre la calle Robadors y la de Sant Pau; en la confluencia de las calles de Sant Rafael y de la Cadena, en esa esquina donde el Noi del Sucre y Paronas (Francesc Comas), fueron asesinados por pistoleros de la patronal catalana el 10 de marzo de 1923. Aunque a Mati la gente lo llamaba “el pintor” porque su técnica representaba al artista renacentista (aceite y temple a la caseína enseñado por Ernst Fuchs) como modernista detestaba la nostalgia ya que la consideraba una parálisis. Le encantaba ver graffiti en el barrio Chino porque allí aún se mantenía de pie el mural original de Keith Haring pintado en aquel edificio ruinoso de la plaza Salvador Seguí (lugar donde asesinaron al coloso del anarcosindicalismo).
Ese día 22 de febrero de 1989, a su regreso de Madrid, Keith Haring se vio con su amiga Montse Guillén, quien tuvo la idea de la acción de Haring en Barcelona: «Haring aceptó con la condición de poder elegir el lugar. Rápidamente se consiguieron los permisos necesarios por parte del Ayuntamiento y Haring eligió una plaza en el corazón del Raval, que entonces aún se conocía como Barrio Chino y que estaba muy degradado. Haring optó por una de las paredes donde cada mañana se encontraban más jeringuillas, en decía que le recordaba los barrios marginales de Nueva York donde había empezado a pintar. Aunque Haring explica en sus Diarios que pintó el mural el 24 de febrero, la prensa de la época y el video que grabó la acción documentan que fue el día 27. Dos días después, dejaba la ciudad.» Haring mariconeaba por el underground de Nazario y el Bar Kike. Me pregunto que se habrá hecho del frisbee que Haring le taqueó al futuro galerista José Antonio Carulla en la Barceloneta.
Mi padre acudía a la clandestinidad de esos antros siniestros como El Kentucky, los desaparecidos Bar Aurora y Bar Estrellita, y los Putivermuts de la calle Robadors, organizados por sus amigas Llum Ventura y Elsa Plaza. Ésta última se encargaba de la gráfica de la librería y editorial feminista LaSal Edicions de les Dones, en el número 8 de la calle Riereta, donde acudía la segunda generación de Mujeres Libres. Elsa Plaza se ha convertido en una de nuestras más importantes psicogeógrafas contemporáneas. Quisiera cerrar esta reflexión haciendo hincapié en su libro Desmontando el caso de Enriqueta Martí (La Vampira del Raval) en que contrapone a la protagonista de una de las leyendas urbanas barcelonesas más difundidas. Tuvo que ser el hijo de una prostituta que lo abandonó (Jean Genet) quien escribiera que el Barrio Chino era un «desorden sucio, en el centro de un barrio que apestaba a aceite, orín y mierda.» Los perfiles siguen desdoblándose hacia la derecha. En la confluencia de la calle del Carmen y calle Hospital se encuentra la plaza del Pedró; y en ella el monumento más antiguo de Barcelona: la fuente de santa Eulalia (1673). El nombre de la plaza proviene del padrón según la leyenda, fue martirizada y crucificada Eulàlia en este lugar. Me agaché frente a la fuente y miré hacia arriba desde la cera. Vi el rostro de Eulàlia mientras me percataba que era ella. Entré en pánico y corrí, pero al llegar al final de la calle ella estaba ahí esperándome. Doblé la esquina y la vi de nuevo. Seguí corriendo, dando distintas vueltas pero cada vez que alzaba la mirada la veía. Para donde corriera siempre tenía a Eulàlia enfrente de mí. Llegué a casa y me caí a la cama, pero al cerrar los ojos Eulàlia aún me miraba; parecía presionarme la frente y apretar mi cabeza contra la almohada. Intenté mantener los ojos abiertos y miré la ventana dormido. Finalmente, Eulàlia se desvaneció y caí en un sueño profundo y sin sueños. Ni santa Eulàlia, ni Olalla, ni Eulària, ni Laia. La palabra «Eulàlia» viene del griego «Eulalia«: La que habla bien. «eu» (bien) y «lalein» (hablar).
Mi madre Lola a su aire. No tiene redes sociales. Se informa a través de su grupo de amigas telegrameras. Actualmente se dedica a cuidar de mi padre. Todo ello lo combina con su amor por la confección de puntos de libro. No le va el mundo virtual; es lo contrario a ella. No entiende la necesidad de los aviones y los transatlánticos, el turismo desenfrenado, la gentrificación no la soporta. Conoció a mi padre una noche de Sant Juan en 1967. Ella se presentó como libertaria. Poco después, respondiéndole con sequedad, supo que se refería a la izquierda independentista anticapitalista. En casa nos discutíamos por temas de identidad, feminismo, conciencia de clase. Ambos gritábamos tanto que me daba por abrir el grifo del fregadero. Y en medio de todo aquello Stuart Christie me lo recordaba: «conocí a tú madre, tú eres el hijo de la Dolores y tu abuela es María de El Molino!». Mi madre frecuentaba la segunda etapa de Mujeres Libres con Elsa Plaza (ilustradora de las Ediciones de laSal) el bar-biblioteca laSal del Barrio Xino. En otro momento también abrió el grifo del El Periódico de Catalunya cuando colaboraba Montserrat Roig: perfumaban los suelos de todo el edificio, de punta a punta. Iban y venían a los Putivermuts (la propia Llum Ventura nos dijo que aún se acuerda de ella). Y muchos abrigos y jerseys que dejó en su armario porque me pilla de buena mañana fuera de casa. Posteriormente, la invención del nuevo “Raval” fue un secreto bien guardado.
LOS VALIENTES DUERMEN SOLOS
Viógrafía y se hizo impresor
Nací en Barcelona en 1979.
Estudié Artes Gráficas en el Gremio de Industrias Gráficas de Barcelona. Allí me gradué como técnico en impresión offset, colorimetría y espectrofotometría.
Me especialicé en el diseño editorial y producción del libro. Hice de mi especialidad oficio como cajista, impresor y encuadernador en la imprenta del Gran Teatre del Liceu, en la imprenta de la Casa Milà (La Pedrera) y en AGO. En todas ellas, una media de producción de 50 libros para editoriales europeas especializadas en arte, arquitectura y diseño. Obtuve el premio europeo Top Aplication 2011 por mi trabajo.
CARTA AL HIJO
Y OTROS ESCRITOS DE UN AUTOR DE COMIC DE LOS 70
POR PEDRO VALERA
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Pedro Deu Valera (L’Hospitalet de Llobregat, 27 de marzo de 1949), más conocido por el seudónimo con el que solía firmar sus obras (Pedro Valera), fue un historietista español durante los años 70. Artista autodidacta, su carrera como dibujante de tebeos comenzó cuando en 1969 cuando conoció al dibujante de comics de culto Rafael Aura León, más conocido como Auraleón; el cual el editor Josep Toutain le incluyó en la plantilla de la agencia Selecciones Ilustradas. Esta era una agencia española de sindicación que proporcionaba dibujantes para numerosas publicaciones, sobre todo británicas durante los años 50 y posteriormente norteamericanas. La sensibilidad extraviada, irónica y ardiente de Pedro Valera le lleva a dibujar comics, escribir poesía, pintar, hacer fotografías y a profundizar su escucha en el blues, jazz, rock, prog, kraut, electrónica, concreta y clásica, donde se mueve con su amigo Auraleón por el Barrio Xino y Sant Antoni, y este con Nazario, Luis García, Star, Ajoblanco y todos aquellos que participan en las Jornadas libertarias de 1977 del Saló Diana de Barcelona, y más adelante, en los 80, en In/dolencia, Rambla, El Vibora y Makoki. Tras el suicidio de Auraleón el 24 de junio de 1993, Pedro desaparece del cómic para expresar ese aspecto fantasmal que puede tener el mundo en que vivimos. Esta botánica de la muerte, es lo que llama su motivo para seguir con su obra, con los diálogos del primer graffiti que están combinados con la experimentación de la insolación, fotocopia, revelado, impresión y video, cómic underground, acción pictórica, posthumor, amargura, transexualidad e intersexualidad, cabaret, accionismo y acción directa. Pedro Valera aparece como historietista, amigo y compañero en la Wikipedia de Rafael Auraleón. A Pedro Valera no le gusta nada los elogios públicos o dedicaciones personales de ningún tipo. Siempre ha intentado ser una mezcla del anarquismo que hablaban lxs inmigrantes a manera de vacilaciones o tartamudeos: es difícil describir esa voz que se sabe extraña y que en todo momento vela por deformarlo. Se llena de impurezas y de trucos que no sorprenden, que no quieren sorprender. La enfermedad lo ha dejado apartado de la vida social, pero sigue abrazando Su hijo, David Deu, más conocido conocido como Thabeat Valera o Los Valientes Duermen Solos ha tenido la suerte de estar a su lado y acompañarle en todas sus creaciones, performances, manifestaciones y poder conocer desde que tengo uso de razón el arte total.
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Mi hijo David se llama algo bastante insomne y el título es suyo: Los valientes duermen solos. Le sigue un material gráfico de indudable gancho, knockouts fotomecánicos, a lo que hay que añadir un sinúmero de fugas, detenciones, juicios, fanzines y entrevistas a personas raras; aquellas que le han contado cosas todavía más raras, y en los lugares más inesperados de oriente y occidente. Para entender algo de la persona que ha convertido Los valientes duermen solos en una airada protesta y el activismo en una forma arte -de libertad, lucha, pasión e imaginación-, es necesario retroceder hasta el hoyo y otros lugares su periferia. Mi hijo tuvo una niñez feliz. Le regalamos una lámpara de papel. Para mí la arquitectura sirve para eso. Para ayudar a crecer mejor, sin esa constante recreación de una infancia consumista. La escasez es un filtro que permite distinguir entre lo necesario y lo prescindible. Cuando tienes poco necesitas acertar más en tus decisiones.
El Barrio Xino de los ochenta era un lugar construido en muy mal estado, empapado de dificultades. A mi hijo le sacudía la violencia, la pasividad, el individualismo, las conductas autodestructivas, la explotación laboral y sexual, y la represión policial. Nunca pensó que ocurriría, o no de ese modo. Cualquiera podía ser encarcelado. La memoria era peligrosa y borrarla era el mayor castigo. La memoria es un regalo si tienes conciencia. Los valientes duermen solos fue creado por mi hijo, un domingo de 1987. Consistía en hacer realidad esa fantasía de omnisciencia: enciclopedias, guías, diccionarios y todo eso que los sabios denominaban «REFERENCE BOOKS».
la relación con mi padre fue muy significativa en las navidades de 1988; con esa energía de la que estaba hecha mi vida a los nueve años. el universo de mi padre era un duro trabajo malpagado en metalurgia e ilustrar comics undergounds. fui el ayudante en su casa taller. vinilos, pintura, muchísimos libros, y sobretodo, me enseñaba a soldar con estaño, a revelar fotos, a reparar cacharros eléctricos, a construir con las nociones de la mecánica, al dibujo lineal, también a desmontar y reparar cintas de cromo, vhs o soldar las piezas para tunear mi bici. mis dibujos animados de los 80 fueron las ilustraciones de juan carlos eguillor en los cuentos de martín gaite y matute… mi padre se encargaba de la cenas y de quitarme los libros de la cama al quedarme dormido.
Rafael Tous, propietario de la Sala Metrònom, iba detrás de nuestras obras, y nos compraba las planchas originales. El día 22 de febrero de 1989 mi amigo Genis Cano nos invitó – mi hijo a punto de cumplir los 10 años- y a presenciar en directo un mural de 34 metros pintado por Keith Haring en una plaza que ya no existe: la Salvador Seguí, ubicada entre la calle Robadors y la de Sant Pau; en la confluencia de las calles de Sant Rafael y de la Cadena, en esa esquina donde el Noi del Sucre y Paronas (Francesc Comas), fueron asesinados por pistoleros de la patronal catalana el 10 de marzo de 1923.
Ese día 22 de febrero de 1989, a su regreso de Madrid, Keith Haring se vio con su amiga Montse Guillén, quien tuvo la idea de la acción de Haring en Barcelona: «Haring aceptó con la condición de poder elegir el lugar. Rápidamente se consiguieron los permisos necesarios por parte del Ayuntamiento y Haring eligió una plaza en el corazón del Raval, que entonces aún se conocía como Barrio Chino y que estaba muy degradado. Haring optó por una de las paredes donde cada mañana se encontraban más jeringuillas, en decía que le recordaba los barrios marginales de Nueva York donde había empezado a pintar. Aunque Haring explica en sus Diarios que pintó el mural el 24 de febrero, la prensa de la época y el video que grabó la acción documentan que fue el día 27. Dos días después, dejaba la ciudad.» Haring mariconeaba por el underground de Nazario y el Bar Kike. Me pregunto que se habrá hecho del frisbee que Haring le taqueó al futuro galerista José Antonio Carulla en la Barceloneta.
Dormía el barrio al lado de mi hijo y le veo surgir en la noche, y David empezaba a cubrir las calles de palabras pintadas atravesando las fronteras psíquicas que delimitan nuestros espacios. La policía nos hacía perder la eternidad en cinco minutos. Su pintura tenía que salir afuera (y como fuera), y aquellos años fueron una especie de sueño que le permitía la emergencia de lo oculto-infra. Las razones por las que prefería permanecer en anonimato no difieren de las que esgrime para optar por su otro ónoma.
La mitad del tiempo duerme, la otra sueña, no siempre se levanta, para despertar tiene que dormir. ¡Despierta! dijo un hombre ilustre, pero murió. Huye de la vulgaridad de estar bien despierto. Se somete a cambios continuos, sin otra memoria que la que noche tras noche dejo allí donde duerme con un baúl con vinilos. Donde no alcanzan los rayos del sol alcanzan las notas musicales. Cuando duerme solo, sólo tiene un libro, es decir, el texto que invita a salir de la vigilia, y logra introducir palabras venidas de otra noche.
octubre de 1994. no conocíamos los límites. tan encendidos recuerdo mi adolescencia siempre trasladándome, día y noche, pesadamente cargado de pintura. con un excelente sentido de la orientación, lo cual nos llevó a profanar las cocheras de la línea 5 de metro. en mi mochila albergaba siempre más libros y pintura de los necesarios, como si se tratara del equipaje de un solitario que sale de largo viaje y teme quedarse sin pintura y lectura durante su ausencia. a la hora de pintar, teníamos por costumbre llevar la misma bomber reversible para no llamar la atención. de mis dieciséis horas de vigilia diaria, al menos diez transcurrían imitando a Ad-Rock de los Beastie Boys. tenía 15 años, y no paró hasta dar con la sudadera del Check your head.
David abandonó el colegio y empezó como cajista en una minerva a pedal en el Gran Teatre del Liceu, y de repente lo encuentro en La Pedrera de Gaudí componiendo catálogos de Durero, Goya, Fortuny, Kandinsky, Malevich, Rodchenko, Chagall y Giacometti. No sé cómo comenzó su relación con algunos seres que luego y durante años formaron parte de su vida por un proceso de lenta filtración, casi por ósmosis, hoy no son fáciles de recordar, como suele ocurrir con lo cotidiano y repetido. David ha compartido conversaciones con personalidades como Nazario, Klarwein Family, Luis Marsans, Moebius, Julio Vaquero, Pedro Moreno Meyerhoff, Clutchy Hopkins, Rafael Auraleón, Stuart Christie, Jordi Valls, Pepe Ribas, Silvia Federici, Pepe González, Svetlana Aleksievich, Fernando Fernández, Miguel Gallardo, Hugo Pratt, Milo Manara, Cesar González, Luis E. Herrero, Enrique Vilamatas y Paula Massot, Victor Nubla, Javier Calvo, Xefo Guasch, Silvia Federici, David Schmidlapp, Martha Cooper y Nika Kramer, Herny Chalfant, Zebster Rock, Mircea Cartarescu, Alexander Lavrentiev Rodchenko, Rammellzee, Stuart Argabright, CX KidtroniK, Herbie Hancock, Melvin van Peebles, Genís Cano, Jordi Sabatés, Marlena Shaw, Sharon Jones, Andrew Mason, Elsa Plaza, Luis García, Miquel Fuster, Joaquín Jordà, Juan Giménez, Phase 2, Raimón Arola y Lluïsa Vert, Isabel Barba, Vicenc Altaió, Simon Green, Antonio López, Victor Erice, José Luis Guerin, Jaume Vallcorba, Mauricio Wiesenthal, Jacobo Siruela, Pere Gimferrer, Carlos Taché, Julie Doucet, Arnau Puig, Sonia Turón,Dolors Marín, Andrea Michaelsson Btoy, Ana María Moix, Michi Strausfeld, Servando Rocha, Víctor Sáenz-Díez, Diego Luis Sanromán Peña, Balthazar Clementi, Pere Cuadrado, Pat Andrea, Mark Bodé,Manuel Delgado, Marina Garcés, Santi López Petit, Sharon Jones, Angela Davis, Pam Grier, Ikon, Alejandro Palomas, Victoria Combalía, Valeriano Bozal, Monty Stark, Luke Mosling, Miss Van, Sixe Paredes, Futura 2000, Samuel Aranda, Fasim, Richard Stallman,Elaine Brown, Anita y La Janet.
Paco: mi abuelo materno. Siendo un niño acudía, a finales de los años veinte, a la cárcel Modelo, ya que era el niño que entregaba el dinero de los anarquistas presos de la FAI. Siendo un zagal de las Joventudes Libertarias, pasó tanta hambre que no tenía ni para comer. Confeccionaba pipas, sombreros, zapatos, decorados; lo alternaba con su oficio de mecánico y herrero. Se unió a la columna del cuartel Bakunin de la diagonal. Fue de aquellos que quedó sordo de un oído. me recordaba a mi abuelo como el padre que no tuve; con él descubrí la libertad, El Molino, y la intersexualidad. Su abuelo materno era amigo de Pere Cuadrado; juntos se recorrían Zona Franca, Can Tunis, Can Clos y El Polvorín. Sabemos que hay en ellos todo un resto de historias de rechazo a la guardia civil en el Barrio Xino y Pueblo Seco; entre otras, en aquel entonces, todo su ardor poético pasaba por rayarles el coche con las llaves de casa. Me contaban que una de las primeras ágoras fue en Zona Franca. Tenían un amigo anarquista que vivía en el mismo Polvorín. Algunos fines de semana merodeábamos por esos barrizales dignos de poetas beatniks como Dylan Thomas. Los primeros disturbios aparecieron ya en 1949 (mucho antes de los disturbios en el famoso 56), en la misma clase obrera desalojada de los barracones de Montjuïc, reubicada en Can tunis. Dicha por su abuelo: «analfabetos de clases populares que Franco les puso en la cabeza la invención de una «clase media», «un proletario, un propietario», que casa con la idea «corporativa» de Mussolini, y que más tarde recoge el propio Hitler («corporativismo» igual a «nacionalsocialismo»), de ahí que el main kamf habla de nacionalizar la economía y transformar el proletariado en un «corporativismo». El corporativismo puede firmar contratos, comprar y vender, tiene los mismo derechos y obligaciones que el individuo; sólo se diferencia de que un corporativismo no puede ser condenado a muerte.»
Ha hecho muchas acciones urbanas que establecen una relación entre quien hace la ciudad y quien la usa. Trabaja para poder dormir. Tan descontento está de las redes sociales, que se ha hecho la suya propia para su uso personal. El sueño es el salón de su casa. Sin saberlo, el caracol tiene el cuello de jirafa. Todo cansa, salvo el sueño, los valientes duermen solos.
Pedro Valera, Barcelona, 28 de octubre de 2021.