LOS VALIENTES DUERMEN SOLOS
Viógrafía y se hizo impresor
Nací en Barcelona en 1979.
Estudié Artes Gráficas en el Gremio de Industrias Gráficas de Barcelona. Allí me gradué como técnico en impresión offset, colorimetría y espectrofotometría.
Me especialicé en el diseño editorial y producción del libro. Hice de mi especialidad oficio como cajista, impresor y encuadernador en la imprenta del Gran Teatre del Liceu, en la imprenta de la Casa Milà (La Pedrera) y en AGO. En todas ellas, una media de producción de 50 libros para editoriales europeas especializadas en arte, arquitectura y diseño. Obtuve el premio europeo Top Aplication 2011 por mi trabajo.
CARTA AL HIJO
Y OTROS ESCRITOS DE UN AUTOR DE COMIC DE LOS 70
POR PEDRO VALERA
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Pedro Deu Valera (L’Hospitalet de Llobregat, 27 de marzo de 1949), más conocido por el seudónimo con el que solía firmar sus obras (Pedro Valera), fue un historietista español durante los años 70. Artista autodidacta, su carrera como dibujante de tebeos comenzó cuando en 1969 cuando conoció al dibujante de comics de culto Rafael Aura León, más conocido como Auraleón; el cual el editor Josep Toutain le incluyó en la plantilla de la agencia Selecciones Ilustradas. Esta era una agencia española de sindicación que proporcionaba dibujantes para numerosas publicaciones, sobre todo británicas durante los años 50 y posteriormente norteamericanas. La sensibilidad extraviada, irónica y ardiente de Pedro Valera le lleva a dibujar comics, escribir poesía, pintar, hacer fotografías y a profundizar su escucha en el blues, jazz, rock, prog, kraut, electrónica, concreta y clásica, donde se mueve con su amigo Auraleón por el Barrio Xino y Sant Antoni, y este con Nazario, Luis García, Star, Ajoblanco y todos aquellos que participan en las Jornadas libertarias de 1977 del Saló Diana de Barcelona, y más adelante, en los 80, en In/dolencia, Rambla, El Vibora y Makoki. Tras el suicidio de Auraleón el 24 de junio de 1993, Pedro desaparece del cómic para expresar ese aspecto fantasmal que puede tener el mundo en que vivimos. Esta botánica de la muerte, es lo que llama su motivo para seguir con su obra, con los diálogos del primer graffiti que están combinados con la experimentación de la insolación, fotocopia, revelado, impresión y video, cómic underground, acción pictórica, posthumor, amargura, transexualidad e intersexualidad, cabaret, accionismo y acción directa. Pedro Valera aparece como historietista, amigo y compañero en la Wikipedia de Rafael Auraleón. A Pedro Valera no le gusta nada los elogios públicos o dedicaciones personales de ningún tipo. Siempre ha intentado ser una mezcla del anarquismo que hablaban lxs inmigrantes a manera de vacilaciones o tartamudeos: es difícil describir esa voz que se sabe extraña y que en todo momento vela por deformarlo. Se llena de impurezas y de trucos que no sorprenden, que no quieren sorprender. La enfermedad lo ha dejado apartado de la vida social, pero sigue abrazando Su hijo, David Deu, más conocido conocido como Thabeat Valera o Los Valientes Duermen Solos ha tenido la suerte de estar a su lado y acompañarle en todas sus creaciones, performances, manifestaciones y poder conocer desde que tengo uso de razón el arte total.
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Mi hijo David se llama algo bastante insomne y el título es suyo: Los valientes duermen solos. Le sigue un material gráfico de indudable gancho, knockouts fotomecánicos, a lo que hay que añadir un sinúmero de fugas, detenciones, juicios, fanzines y entrevistas a personas raras; aquellas que le han contado cosas todavía más raras, y en los lugares más inesperados de oriente y occidente. Para entender algo de la persona que ha convertido Los valientes duermen solos en una airada protesta y el activismo en una forma arte -de libertad, lucha, pasión e imaginación-, es necesario retroceder hasta el hoyo y otros lugares su periferia. Mi hijo tuvo una niñez feliz. Le regalamos una lámpara de papel. Para mí la arquitectura sirve para eso. Para ayudar a crecer mejor, sin esa constante recreación de una infancia consumista. La escasez es un filtro que permite distinguir entre lo necesario y lo prescindible. Cuando tienes poco necesitas acertar más en tus decisiones.
El Barrio Xino de los ochenta era un lugar construido en muy mal estado, empapado de dificultades. A mi hijo le sacudía la violencia, la pasividad, el individualismo, las conductas autodestructivas, la explotación laboral y sexual, y la represión policial. Nunca pensó que ocurriría, o no de ese modo. Cualquiera podía ser encarcelado. La memoria era peligrosa y borrarla era el mayor castigo. La memoria es un regalo si tienes conciencia. Los valientes duermen solos fue creado por mi hijo, un domingo de 1987. Consistía en hacer realidad esa fantasía de omnisciencia: enciclopedias, guías, diccionarios y todo eso que los sabios denominaban «REFERENCE BOOKS».
la relación con mi padre fue muy significativa en las navidades de 1988; con esa energía de la que estaba hecha mi vida a los nueve años. el universo de mi padre era un duro trabajo malpagado en metalurgia e ilustrar comics undergounds. fui el ayudante en su casa taller. vinilos, pintura, muchísimos libros, y sobretodo, me enseñaba a soldar con estaño, a revelar fotos, a reparar cacharros eléctricos, a construir con las nociones de la mecánica, al dibujo lineal, también a desmontar y reparar cintas de cromo, vhs o soldar las piezas para tunear mi bici. mis dibujos animados de los 80 fueron las ilustraciones de juan carlos eguillor en los cuentos de martín gaite y matute… mi padre se encargaba de la cenas y de quitarme los libros de la cama al quedarme dormido.
Rafael Tous, propietario de la Sala Metrònom, iba detrás de nuestras obras, y nos compraba las planchas originales. El día 22 de febrero de 1989 mi amigo Genis Cano nos invitó – mi hijo a punto de cumplir los 10 años- y a presenciar en directo un mural de 34 metros pintado por Keith Haring en una plaza que ya no existe: la Salvador Seguí, ubicada entre la calle Robadors y la de Sant Pau; en la confluencia de las calles de Sant Rafael y de la Cadena, en esa esquina donde el Noi del Sucre y Paronas (Francesc Comas), fueron asesinados por pistoleros de la patronal catalana el 10 de marzo de 1923.
Ese día 22 de febrero de 1989, a su regreso de Madrid, Keith Haring se vio con su amiga Montse Guillén, quien tuvo la idea de la acción de Haring en Barcelona: «Haring aceptó con la condición de poder elegir el lugar. Rápidamente se consiguieron los permisos necesarios por parte del Ayuntamiento y Haring eligió una plaza en el corazón del Raval, que entonces aún se conocía como Barrio Chino y que estaba muy degradado. Haring optó por una de las paredes donde cada mañana se encontraban más jeringuillas, en decía que le recordaba los barrios marginales de Nueva York donde había empezado a pintar. Aunque Haring explica en sus Diarios que pintó el mural el 24 de febrero, la prensa de la época y el video que grabó la acción documentan que fue el día 27. Dos días después, dejaba la ciudad.» Haring mariconeaba por el underground de Nazario y el Bar Kike. Me pregunto que se habrá hecho del frisbee que Haring le taqueó al futuro galerista José Antonio Carulla en la Barceloneta.
Dormía el barrio al lado de mi hijo y le veo surgir en la noche, y David empezaba a cubrir las calles de palabras pintadas atravesando las fronteras psíquicas que delimitan nuestros espacios. La policía nos hacía perder la eternidad en cinco minutos. Su pintura tenía que salir afuera (y como fuera), y aquellos años fueron una especie de sueño que le permitía la emergencia de lo oculto-infra. Las razones por las que prefería permanecer en anonimato no difieren de las que esgrime para optar por su otro ónoma.
La mitad del tiempo duerme, la otra sueña, no siempre se levanta, para despertar tiene que dormir. ¡Despierta! dijo un hombre ilustre, pero murió. Huye de la vulgaridad de estar bien despierto. Se somete a cambios continuos, sin otra memoria que la que noche tras noche dejo allí donde duerme con un baúl con vinilos. Donde no alcanzan los rayos del sol alcanzan las notas musicales. Cuando duerme solo, sólo tiene un libro, es decir, el texto que invita a salir de la vigilia, y logra introducir palabras venidas de otra noche.
octubre de 1994. no conocíamos los límites. tan encendidos recuerdo mi adolescencia siempre trasladándome, día y noche, pesadamente cargado de pintura. con un excelente sentido de la orientación, lo cual nos llevó a profanar las cocheras de la línea 5 de metro. en mi mochila albergaba siempre más libros y pintura de los necesarios, como si se tratara del equipaje de un solitario que sale de largo viaje y teme quedarse sin pintura y lectura durante su ausencia. a la hora de pintar, teníamos por costumbre llevar la misma bomber reversible para no llamar la atención. de mis dieciséis horas de vigilia diaria, al menos diez transcurrían imitando a Ad-Rock de los Beastie Boys. tenía 15 años, y no paró hasta dar con la sudadera del Check your head.
David abandonó el colegio y empezó como cajista en una minerva a pedal en el Gran Teatre del Liceu, y de repente lo encuentro en La Pedrera de Gaudí componiendo catálogos de Durero, Goya, Fortuny, Kandinsky, Malevich, Rodchenko, Chagall y Giacometti. No sé cómo comenzó su relación con algunos seres que luego y durante años formaron parte de su vida por un proceso de lenta filtración, casi por ósmosis, hoy no son fáciles de recordar, como suele ocurrir con lo cotidiano y repetido. David ha compartido conversaciones con personalidades como Nazario, Klarwein Family, Luis Marsans, Moebius, Julio Vaquero, Pedro Moreno Meyerhoff, Clutchy Hopkins, Rafael Auraleón, Stuart Christie, Jordi Valls, Pepe Ribas, Silvia Federici, Pepe González, Svetlana Aleksievich, Fernando Fernández, Miguel Gallardo, Hugo Pratt, Milo Manara, Cesar González, Luis E. Herrero, Enrique Vilamatas y Paula Massot, Victor Nubla, Javier Calvo, Xefo Guasch, Silvia Federici, David Schmidlapp, Martha Cooper y Nika Kramer, Herny Chalfant, Zebster Rock, Mircea Cartarescu, Alexander Lavrentiev Rodchenko, Rammellzee, Stuart Argabright, CX KidtroniK, Herbie Hancock, Melvin van Peebles, Genís Cano, Jordi Sabatés, Marlena Shaw, Sharon Jones, Andrew Mason, Elsa Plaza, Luis García, Miquel Fuster, Joaquín Jordà, Juan Giménez, Phase 2, Raimón Arola y Lluïsa Vert, Isabel Barba, Vicenc Altaió, Simon Green, Antonio López, Victor Erice, José Luis Guerin, Jaume Vallcorba, Mauricio Wiesenthal, Jacobo Siruela, Pere Gimferrer, Carlos Taché, Julie Doucet, Arnau Puig, Sonia Turón,Dolors Marín, Andrea Michaelsson Btoy, Ana María Moix, Michi Strausfeld, Servando Rocha, Víctor Sáenz-Díez, Diego Luis Sanromán Peña, Balthazar Clementi, Pere Cuadrado, Pat Andrea, Mark Bodé,Manuel Delgado, Marina Garcés, Santi López Petit, Sharon Jones, Angela Davis, Pam Grier, Ikon, Alejandro Palomas, Victoria Combalía, Valeriano Bozal, Monty Stark, Luke Mosling, Miss Van, Sixe Paredes, Futura 2000, Samuel Aranda, Fasim, Richard Stallman,Elaine Brown, Anita y La Janet.
Paco: mi abuelo materno. Siendo un niño acudía, a finales de los años veinte, a la cárcel Modelo, ya que era el niño que entregaba el dinero de los anarquistas presos de la FAI. Siendo un zagal de las Joventudes Libertarias, pasó tanta hambre que no tenía ni para comer. Confeccionaba pipas, sombreros, zapatos, decorados; lo alternaba con su oficio de mecánico y herrero. Se unió a la columna del cuartel Bakunin de la diagonal. Fue de aquellos que quedó sordo de un oído. me recordaba a mi abuelo como el padre que no tuve; con él descubrí la libertad, El Molino, y la intersexualidad. Su abuelo materno era amigo de Pere Cuadrado; juntos se recorrían Zona Franca, Can Tunis, Can Clos y El Polvorín. Sabemos que hay en ellos todo un resto de historias de rechazo a la guardia civil en el Barrio Xino y Pueblo Seco; entre otras, en aquel entonces, todo su ardor poético pasaba por rayarles el coche con las llaves de casa. Me contaban que una de las primeras ágoras fue en Zona Franca. Tenían un amigo anarquista que vivía en el mismo Polvorín. Algunos fines de semana merodeábamos por esos barrizales dignos de poetas beatniks como Dylan Thomas. Los primeros disturbios aparecieron ya en 1949 (mucho antes de los disturbios en el famoso 56), en la misma clase obrera desalojada de los barracones de Montjuïc, reubicada en Can tunis. Dicha por su abuelo: «analfabetos de clases populares que Franco les puso en la cabeza la invención de una «clase media», «un proletario, un propietario», que casa con la idea «corporativa» de Mussolini, y que más tarde recoge el propio Hitler («corporativismo» igual a «nacionalsocialismo»), de ahí que el main kamf habla de nacionalizar la economía y transformar el proletariado en un «corporativismo». El corporativismo puede firmar contratos, comprar y vender, tiene los mismo derechos y obligaciones que el individuo; sólo se diferencia de que un corporativismo no puede ser condenado a muerte.»
Ha hecho muchas acciones urbanas que establecen una relación entre quien hace la ciudad y quien la usa. Trabaja para poder dormir. Tan descontento está de las redes sociales, que se ha hecho la suya propia para su uso personal. El sueño es el salón de su casa. Sin saberlo, el caracol tiene el cuello de jirafa. Todo cansa, salvo el sueño, los valientes duermen solos.
Pedro Valera, Barcelona, 28 de octubre de 2021.