Los valientes duermen solos. Sueño nº 692
Malcolm Lowry
“…el éxito invita al descuido…”
«…Qué razón tenía ese historiador s quién él debe leer algún día: el éxito invita al descuido, por medio de la autoindulgencia…» Malcolm Lowry en «Una elefanta y el Coliseo«. Capítulo XX. Por el canal de Panamá. Rumbo a Europa 1947-1949. Página 479
Bibliografía selecta
Perseguido por los demonios. Vida de Malcolm Lowry, de Gordon Bowker. Colección Lengua y estudios literarios. Título original: Pursued by Furies. A Life of Malcolm Lowry. Primera edición en inglés, 1993. Primera edición en español por Fondo de Cultura Económica, México, 2008. Impreso en México. Traducción de María Aída Espinoza Meléndez
Material de prensa: presentación, notas y cronología
Malcolm Lowry (28 de julio de 1909 en Cheshire – 26 de junio de 1957)
Habrá quien opte por recordar su vida como la de un dipsómano sin solución que desperdició un talento abusivo para la escritura por su amor por la botella. Como también quedarán los que prefieran quedarse con la idea de que Malcolm Lowry vivió inmerso en la práctica del más exagerado ejercicio de filantropía que estaba a su alcance: sacrificar todo lo demás por hacer de su propia existencia el caldo de cultivo de su obra. La tormentosa vida de Lowry ha llamado la atención de estudiosos de la literatura, escritores, periodistas y aun cineastas. Con la ayuda de testimonios, correspondencia inédita y una investigación exhaustiva, Gordon Bowker nos muestra aquí la forma en que la realidad vivida por Lowry lograba siempre infiltrarse en los personajes de sus obras, lo que hace confusa la línea que separa al hombre de la ficción.
Niño rico y consentido –sus cuidadores le daban una copa de vino para que se durmiese pronto–, tuvo todas las facilidades para armar un bagaje formativo con el que potenciar su innata habilidad para juntar letras. Estudió Filosofía en Cambridge y publicó su primera novela, «Ultramarina», en 1933, el mismo año que se graduó. Encontró una referencia en el novelista Conrad Aiken, del que quedó prendado tras leer su «Blue Voyage», y que influyó de manera incontestable en la redacción de su obra. También «The ship sails on», del noruego Nordhal Grieg, con la que Lowry colma sus ansias por encontrar faros con los que iluminar su zozobra, hasta el punto de que consideraba «Ultramarina» una mezcla de plagios de ambas lecturas. Es con Aiken con quien, durante un viaje a España, conoce a Jan Gabrial, que terminará convirtiéndose en su primera esposa. El «ça va, ça va» con el que respondió a la pregunta de si aceptaba a Jan como esposa sirvió como preludio al abandono de su mujer, que no tardó en quemarse en el infierno del errático escritor, sólo capaz de amar sin ataduras su propia miseria. Se marcha a Nueva York y su marido, previo paso por una clínica de desintoxicación, cruza el Atlántico para recuperarla.
Ni sus tardes tocando el ukelele, ni su valor como golfista, ni su afición por otro líquido, el que llenaba las piscinas en las que infatigablemente nadó toda su vida, le sirvieron para evitar irse a Cuernava en 1936 a huir de la vida –le tenía miedo, como al fracaso o al sexo, según le dijo un doctor de Canadá a Margerie–. Allí enhebraría la trama de su gran obra, «Bajo el volcán», donde reflejó, empapado en litros de mezcal, su desamor con Jan. Moriría el desdichado Lowry sin poder pasear con su título culmen bajo el brazo, pero en su tumba podrá congratularse de verlo ahora publicado en español, merced a que cuando en 1936 visitó a Jan en Nueva York, dejó una copia del libro en casa de su exsuegra. No sería hasta que murió Margerie Bonner, en 1988, cuando Jan se cercioró de que el legado de su exmarido le pertenecía ya en exclusiva y la transcribió para terminar entregándosela a la Biblioteca de Nueva York.