
CUADERNO NEGRO, caminando por la la polirritmia y el cromatismo de Lennie Tristano en el Nueva York de los cincuenta, cuando grabó su propia impresión del cuento Un descenso al Maelström de Edgar Allan Poe. Nacido en Chicago en 1919, Tristano fue un pianista con un prodigioso don. Después de quedar ciego a la edad de nueve años, aprendió piano, saxo, clarinete en la atmósfera felizmente caótica de la Escuela para Ciegos de illinois, donde también dio muestras precoces de una inteligencia matemática superior. Tristano quería saltearse la exposición del tema y empezar directamente improvisando sobre sus progresiones armónicas.
, «OH HO,
Miró.»
CUADERNO ROJO, hay obra orig. Lennie Tristano: His Life and Music (2007), de Eunmi Shim. Publicado en Michigan por University of Michigan Press en 2007.
, he jugado con los caminos musicales de Tristano, que eran vanguardistas incluso para los estándares experimentales del modernismo; en 1949, años antes de que músicos como Ornette Coleman y Cecil Taylor se atribuyeran el movimiento. Tristano realizó las primeras grabaciones de free jazz, de improvisación grupal basada en la interacción espontánea entre los miembros de la banda sin tener en cuenta la forma predeterminada. armonía o ritmo. Luego, en la década de 1950, Tristano abrió nuevos caminos con el uso de multitracking. Tristano también fue pionero en la enseñanza del jazz, dedicando la última parte de su carrera casi exclusivamente a la instrucción musical. Fundó una escuela de jazz, la primera de su tipo, entre cuyos estudiantes estaban los saxofonistas Warne Marsh y Lee Konitz y el pianista Sal Mosca. Con su combinación de historia oral, investigación de archivos y análisis musical, Lennie Tristano arroja nueva luz sobre el importante papel que desempeñó Tristano en el mundo del jazz y presenta a este músico a menudo ignorado a una nueva generación de aficionados al jazz. La presente nota se ha hecho a través del kollage, de personajes separados de sus plantillas narradoras, espacios que probablemente no existen, pero que de algún modo deberían haber existido. Varias veces se oyen tijeretazos de voces entrecortadas. De todas formas, acabarán recortándose con unas tijeras, en una delicada blandura, un pie de nota herida. No se me escapa que presentar estos fragmentos de manera seguida desvirtúa en cierta medida su sentido original.
