Juan el Oso. A.R. Almodóvar. Cuentos al amor de la lumbre I. Il. Pepe Pla (1983)
Primera ed. (Anaya, Madrid, octubre de 1983) Cartoné. 320 pp. 16,5 x 24,5 cm
Toma nota de Melocotón Grande
Como bien indica Antonio Rodríguez Almodovar: Juan el Oso es casi el paradigma de los cuentos maravillosos: sin duda el más popular y extendido en la literatura folklórica de los países de la misma área cultural. Juan el Oso ha sido objeto de importantes estudios antropológico-culturales, entre los que destaca uno de Friedrich Panzer, que clasifica el cuento en tres tipos fundamentales: I. Nacimiento maravilloso del héroe; II. Falta el nacimiento maravilloso (el demonio entra en el jardín, roba frutas y lo destroza todo; III. Falta también el nacimiento maravilloso. Tres princesas son robadas por el demonio. Juan el Oso constituye uno de los cuentos españoles básicos, que rechaza, por así decirlo, cualquier intento de ser agrupados con otros en los que se han querido ver semejanzas: alguno de estos pretendidos parientes como Juan sin miedo, ni siquiera es un cuento maravilloso. En principio, estamos ante la forma más depurada de princesa secuestrada (encantada) en un pozo, que representa el Hades, o infierno pagano, de donde, como Eurídice, habrá de ser rescatada por algún semidiós. Pero no es el mito de Orfeo, sino la leyenda de nuestro héroe, pues el abuelo del del de la Odisea, Arceisios, era llamado el hijo del oso por su ascendencia. De hecho, el final de nuestro cuento no puede estarás cerca del retorno del héroe de Troya a su casa de Ítaca, donde sólo será reconocido por su esposa, Penélope. En cuanto al parangón de nuestro héroe popular con Hércules, es notorio. Al igual que Eva, nuestra heroína, se acercó al árbol prohibido, esto es, desafió a la divinidad por lo que fue hundida y confiada al demonio.. Su rescate, como en todas las mitologías de origen oriental, incluida la judeocristiana, simboliza la liberación del hombre en manos de un semidiós.