El bosque infinito, de Annie Proulx

By noviembre 2, 2016Sin categoría

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Los valientes duermen solos nº 243
El bosque infinito (2006), de Annie Prouxl 

«La noción del infinito siempre ha sido escurridiza. Puede incluso que la teoría matemática más aceptada no haya situado al infinito sobre fundamentos verdaderamente rigurosos. Al igual que casi todo el mundo, durante más de dos milenios los matemáticos no han sabido a ciencia cierta qué pensar del infinito. Lo verdaderamente infinito sigue estando mucho más allá de nuestro alcance. Entenderemos mejor la historia de la Tierra si conocemos la forma en que la interacción entre las fuerzas tectónicas erosivas y climáticas modela las montañas. Las montañas ocupan un volumen mayor que todas las estructuras de construcción humanas juntas.  Las montañas se crean y modelan, tal parece, no sólo por los movimientos de las grandes placas tectónicas que constituyen el exterior de la Tierra, sino también por el clima y la erosión. Se quejan los ecólogos de la trivialización que sufre su disciplina y los medios de comunicación, confundida con un sentimiento ambientalista hoy de moda. El libro dirigido por Annie Proulx desarrolla uno de los temas centrales de la ecología, la incidencia de los factores ambientales sobre la estructura de las comunidades humanas. La gracia del libro se basa en esa habilidad de la autora para combinar los factores ambientales con los relativos a la comunidad humana. La ecología, entre la vida real y la física teórica.» Los valientes duermen solos, 2016.

El bosque infinito (2016), de Annie Prouxl. Título original: Barkskins. © Scribner, junio de 2016. Edición española © Tusquets, Barcelona, octubre de 2016 © de la traducción, Carlos Milla Soler, 2016. Colección: Andanzas | Serie Volumen independiente. 848 pp. Rústica con solapas. 15 x 23 cm

A finales del siglo XVII, René Sel y Charles Duquet, peones contratados para cortar madera, desembarcan en Canadá, conocido entonces como Nueva Francia, con un magro contrato para trabajar en durísimas condiciones en las tierras de un déspota colono francés. Mientras Duquet, astuto y taimado, cae enfermo y escapa de esa «esclavitud» para acabar dedicándose al comercio de pieles y, finalmente, de madera, René, sensible a su entorno, se queda en la plantación y sobrevive a su «amo», unido a una india mayor que él. Pese a que los destinos de ambos se anuncian trágicos, sus sucesores, a lo largo de tres siglos, seguirán ligados a lo que —cuando sus antepasados llegaron— eran unos bosques sin límites, aparentemente inagotables. El bosque infinito sigue a los intrépidos descendientes de René y Charles hasta la actualidad, en un viaje a través de Norteamérica, Europa, China y Nueva Zelanda: una aventura llena de peligros, venganzas, aniquilación cultural y amor por las tradiciones indias, en una novela que explora no sólo las relaciones entre los pueblos (indios y colonos; franceses, ingleses y norteamericanos; Oriente y Occidente), sino también la implacable destrucción de la naturaleza por el hombre.

Annie Proulx (Connecticut, 1935) irrumpió en el mundo literario en la cincuentena, pero lo hizo brillantemente. Su segunda novela, Atando cabos, fue llevada al cine, mereció el Pulitzer 1993 y el National Book Award, y cosechó un rotundo éxito de lectores. Le siguieron un volumen de cuentos, Canciones del corazón (1988), y dos novelas, Los crímenes del acordeón (1996) y Un as en la manga (2002). El relato Brokeback Mountain, convertido en película, volvió a llevarla a la actualidad.

Annie Proulx near Sheridan, Wyoming, 1996