Mi baile con el siglo, de Stéphane Frédéric Hessel

Los valientes duermen solos nº 1033
Mi baile con el siglo (2011), de Stéphane Frédéric Hessel

«Durante los agitados días parisinos de Mayo del 68 André Glucksmann tenía treinta y un años, Guy Debord treinta y cinco, Jacques Derrida treinta y siete, Michel Foucault cuarenta y dos, Jean Baudrillard cuarenta y tres, Gilles Deleuze cuarenta y cinco, y Roland Barthes cincuenta y tres. ¡Todos eran más jóvenes de lo que  Stéphane Fréréric Hessel es ahora! El único que superaba sesenta años era Jean-Paul Sartre y sus quince minutos de gloria ya los había agotado cuando rechazó el Nobel de Literatura en 1964. ¿Quién lideró a los indignados parisinos durante las elecciones europeas de 2009? Un anciano escritor torturado por la Gestapo y prisionero de los campos de exterminio de Buchenwald y Dora-Mittelbau: Stéphane Frédéric Hessel (1917-2013), autor del manifiesto Indignez-voux! (2010).» Los valientes duermen solos. Jueves 24 de octubre de 2019.

Mi baile con el siglo (2011), de Stéfane Frédéric Hessel. Publicado en Barcelona por Destino en octubre 2011. Colección: Imago Mundi. Rústica con solapas. 352 pp.

El hombre que, con ¡Indignaos!, inspiró a millones de personas nació en Berlín en octubre de 1917, hijo de dos espíritus libres, el escritor de origen judío Franz Hessel y la pintora Hélène Grund. Ambos formaron con Henri-Pierre Rocher el célebre trío que retrató Truffaut en Jules et Jim. Creció y se formó en París, desde donde, en 1941, viajó a Londres para unirse a la Resistencia del general De Gaulle contra la invasión nazi. Detenido y brutalmente interrogado por la Gestapo, fue deportado al campo de exterminio de Buchenwald, del que logró salir tras intercambiar su identidad con la de un preso ya fallecido.

Tras la segunda guerra mundial, en 1948, participó en la redacción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, e inició una carrera diplomática que le llevó a la Indochina francesa, Argel y Ginebra, y asumió tareas de mediador en situaciones extremas, como en Burundi en 1994, en vísperas del genocidio en la vecina Ruanda. Una dilatada labor reconocida en 1981 con la dignidad de embajador de Francia. Estas memorias, escritas con una sinceridad que emociona, pero siempre con pudor, desvelan a un personaje de convicciones profundas y corazón generoso, de elevada estatura moral, y convierten su testimonio en un verdadero baile con el siglo XX. Un baile que concluye con una pregunta esperanzada, pero también inquietante: «¿Conocerán nuestras sociedades una nueva alba o un crepúsculo definitivo?».

Stéphane Hessel (Berlín, 1917-París, 2013), el diplomático germano-francés que dio nombre a la indignación, tuvo como padres a dos espíritus libres, el escritor de origen judío Franz Hessel y la pintora Helen Grund, que formaron con Henri-Pierre Roché el célebre trío que retrató Truffaut en Jules y Jim. Creció y se formó en París, desde donde, en 1941, viajó a Londres para unirse a la Resistencia del general De Gaulle contra la invasión nazi. Detenido y brutalmente interrogado por la Gestapo, fue deportado al campo de exterminio de Buchenwald, de donde logró salir tras intercambiar la identidad con un preso ya fallecido. Tras la segunda guerra mundial participó en la redacción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948. Su carrera diplomática le llevó a la Indochina francesa, Argel, Ginebra, y a asumir tareas de mediador en situaciones extremas, como en Burundi en 1994, en vísperas del genocidio en la vecina Ruanda. Una dilatada labor reconocida en 1981 con la dignidad de embajador de Francia. En sus últimos años alcanzó la fama internacional gracias a ¡Indignaos! (2011), un libro que canalizó el sentimiento popular y cuyo legado aún perdura. Entre sus obras están también ¡Comprometeos! (2011), las memorias Mi baile con el siglo (2011) y, junto al filósofo Edgar Morin, El camino de la esperanza (2012), todas ellas publicadas en Destino.