Una gran mujer, de Kantemir Balagov

By enero 18, 2020Sin categoría

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Los valientes duermen solos nº 1082
Una gran mujer (Dylda) (2019), de Kantemir Balagov

«Con hipnótica fotografía, planos cerrados, predilección por los interiores y una reconstrucción de época encomiable, Balagov elabora una puesta en escena escrupulosa y cuidadísima, creando una cautivadora experiencia desde su fotograma inicial hasta la perturbadora composición musical que acompaña a los créditos finales.» Los valientes duermen solos, sábado 18 de enero de 2020. 

Una gran mujer (2019), de Kantemir Balagov. 130′ Rusia. Festival de Cannes – Un Certain Regard – Mejor dirección. Premios del Cine Europeo: Nominada a mejor actriz (Viktoria Miroshnichenko). Satellite Awards: Nominada a mejor película internacional. Historia: Svetlana Aleksiévich. Dirección: Kantemir Balagov. Guión: Kantemir Balagov, Aleksandr Terekhov. Música: Evgueni Galperine. Fotografía: Kseniya Sereda. Reparto: Viktoria Miroshnichenko, Vasilisa Perelygina, Konstantin Balakirev, Andrey Bykov,Olga Dragunova, Timofey Glazkov

Niño bonito del cine europeo, Kantemir Balagov es un joven director de 28 años oriundo de Nálchik, una pequeña ciudad de 250 mil habitantes situada casi en la frontera con Georgia y no muy lejos de Chechenia, dos de las regiones más convulsas e inestables del mundo. Hace apenas dos años, Balagov deslumbró en Cannes y se llevó el premio FIPRESCI y a mejor director en Un Certain Régard con Demasiado cerca, un drama familiar ambientado en la comunidad judía en plena guerra chechena. Ahora, el director ha vuelto a ganar los mismos galardones con Una gran mujer (Beanpole), filme que ha pasado la primera criba de los Oscar para mejor película extranjera. Inspirándose en La guerra no tiene rostro de mujer (publicada por Debate) de Svetlana Aleksiévich, ganadora del Premio Nobel, un volumen que recoge los testimonios de aquellas que padecieron los horrores de la II Guerra Mundial, Balagov se sitúa en el San Pertersburgo de 1945, entonces llamado Leningrado, justo cuando termina la contienda.

Una ciudad repleta de muerte y silencio que acaba de padecer un infernal sitio que duró 900 días y dejó a la población exhausta. Una ciudad a la que también regresan, heridos, traumatizados, arrastrando incontables pesares, los soldados del frente. Entre ellos, dos mujeres, Iya (Viktoria Miroshnichenko), una joven “largirucha” de ojos apagados y piel translúcida que cría a un niño, y su amiga Masha (Vasilisa Perelygina), que lleva sus heridas de guerra de manera distinta, en silencio la primera, de una manera más agresiva y llamativa la segunda. Todo se enreda cuando muere el niño, que resulta ser de Masha aunque su amiga lo cuide, y le pide que tenga otro por ella “en compensación” ya que ha vuelto estéril del frente. El sentimiento de culpa, los dramas de la historia, la brutalidad de la guerra o su elaborado trabajo con la puesta en escena en este filme con aire pictórico son algunos de los asuntos que trata Balagov. 

 

Leningrado, 1945. La Segunda Guerra Mundial ha devastado la ciudad y derruido sus edificios, dejando a sus ciudadanos en la miseria tanto a nivel físico como psíquico. El asedio (uno de los peores de la Historia) ha terminado, la vida y la muerte continúan combatiendo en el desastre que la guerra deja tras de sí. Dos mujeres jóvenes, Iya y Masha, tratan de encontrar un sentido a sus vidas para reunir fuerzas de cara a reconstruir la ciudad.