Susan Fenimore Cooper

By diciembre 3, 2018Sin categoría

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Los valientes duermen solos. Sueño nº 740

Susan Fenimore Cooper

“…EL RESTO DE LUGARES DEL VIEJO MUNDO…”

«…En Europa, son unas completas desconocidas, así como en el resto de lugares del Viejo Mundo. Tienen marcas más variadas que la mayoría de las golondrinas (…) Anoche cayó una buena lluvia, con rayos y truenos. Todo brillaba espléndidamente. Días y noches como estos, a principios de la electricidad y la lluvia, son cosas maravillosas…» Viernes, 5 de mayo. Página 80.

Bibliografía selecta

Diario Rural. Apuntes de una naturalista. Primavera. Verano, de Susan Fenimore Cooper. Edición original: Rural Hours, New York: George P. Putnam, 1850. Publicado en español por Pepitas de calabaza ed. en Logroño en noviembre de 2018. Introducción de María Sánchez. Traducción de Esther Cruz. Fotografía de la cubierta de Teresa Rodríguez. Grafismo de Julián Lacalle.

Material de prensa: presentación, notas y cronología

Susan Fenimore Cooper (17 de abril de 1813 en Scarsdale – 31 de diciembre de 1894 en Cooperstown)

Susan Fenimore Cooper, naturalista y escritora, fue una mujer con una amplia cultura, favorecida en parte por la biblioteca de su padre, el escritor John Fenimore Cooper (autor de, entre otras obras, El último mohicano), al que acompañó en su viaje a Europa. Además fundó un orfanato en Cooperstown, Nueva York, y lo convirtió en una célebre organización benéfica. Colaboró en publicaciones, como The Atlantic Monthly, The Freeman’s Journal, Harper’s New Monthly y Putnam’s Magazine, y además de Diario rural, publicó, entre otros, los libros Female Suffrage: A Letter to the Christian Women of America o Rhyme and Reason of Country Life. Susan Fenimore Cooper fue una minuciosa observadora de su entorno, como lo demuestran los muchos apuntes de en Diario rural les dedica a las flores, los árboles, las aves o los insectos. Pero su escritura, firme y precisa, detallista y minuciosa, transparente en la plasmación de sus ideas, la llevó a la reflexión sobre temas tan dispares como la implantación de especies vegetales y animales europeas, el lirismo de los nombres de las plantas, la migración de las golondrinas o la crítica a la matanza de los pieles rojas. Un libro que aún conserva el olor de la hierba de Nueva Inglaterra en primavera.

«Hablando de libros, ando en mitad de uno que me está encantando: Diario rural, de la señorita Cooper. ¿Quién puede ser? Parece una mujer muy inteligente, y ofrece un relato magistral de la batalla entre nuestras malas hierbas y las de ustedes».—Charles Darwin, En una carta dirigida a Asa Gray. El cielo y los caminos, el bosque y las flores, los mamíferos, los insectos… la vida silvestre. Y como fondo, la actividad humana que, a mediados del siglo XIX, en esa parte del este de Norteamérica conocida como Nueva Inglaterra, comienza a modificar la faz de la tierra y la forma de pensar de sus habitantes. En ese marco se desarrolla el Diario ruralde Susan Fenimore Cooper, a quien puede considerarse como la primera escritora sobre la naturaleza.

Diario rural es a la vez una invitación a lo pequeño y a lo colectivo, una contemplación y una reflexión: el libro de una mujer que vivió en un pueblo sin progreso, que se alejó de romanticismos, idealismos y trascendentalismos, y que cultivó la lectura, la observación y la escritura para dar cuenta de lo que hoy apenas queda huella: la vida salvaje. Nos llena de alegría presentar por primera vez en castellano el Diario rural de Susan Fenimore Cooper, el relato de las observaciones de su vida campestre durante las cuatro estaciones, durante los años 1848 y 1849. Se trata de una pieza fundacional de la literatura sobre la naturaleza, y que vio la luz cuatro años antes de que H. D. Thoreau publicara Walden. Publicamos –con prólogo de María Sánchez y traducción de Esther Cruz- el diario completo en dos volúmenes que incluyen, cada uno de ellos, dos estaciones (primavera-verano y otoño-invierno).

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