Sueño 872
Laurie Anderson
“…EL SAMPLEO COMO EXPRESIÓN CREATIVA…”
«Se puede interpretar a modo de sampleo de manifestaciones como el teatro, la danza, el rito, lo narrativo, la música, el entretenimiento popular y hasta los deportes, que otorga una dimensión polifónica a inquietudes históricas y autobiográficas.…» En palabras del teórico cultural Jon McKenzie. Los valientes duermen solos, un viernes 25 de mayo de 2019.
Bibliografía selecta y material de prensa: presentación, notas y cronología
Laurie Anderson (Glen Ellyn, Illinois, 1947) ha explorado indistintamente la performance, la música electrónica, las artes visuales y el cine. Ha publicado diez álbumes de música, entre los que destacan Big Science (1982), Mister Heartbreak (1984), Home of the Brave (1986), banda sonora de su película homónima, Life On A String (2001) yHomeland (2010). O Superman, un tema musical minimalista con voz modificada electrónicamente, marcó el inicio de la cultura posmoderna, según el crítico de arte Craig Owens, y llegó al número dos en la lista de éxitos británicos. Ha compuesto la música de películas de Wim Wenders y Jonathan Demme, de obras coreográficas de Trisha Brown, Bill T. Jones y Molissa Fenley, y de la pieza escénica Far Side of the Moon, de Robert Lepage.
Ha realizado giras internacionales con espectáculos de spoken word y complejas peformances multimedia, comoUnited States I-V (1983), Empty Places (1990), The Nerve Bible (1995) y Songs and Stories from Moby Dick (1999), basado en la novela de Herman Melville. Su obra visual ha sido objeto de exposiciones individuales y colectivas en los principales museos europeos y norteamericanos. Como cineasta, ha realizado los filmes Home of the Brave(1984) y Heart of a Dog (2005), entre otros, además de un amplio número de vídeos.
Ha recibido distinciones y reconocimientos, como el Premio Honorífico a Leyendas del Pratt Institute (2011), el Dorothy y Lilian Gish a toda una carrera artística (2007), el Deutsche Schallplatten por el álbum Life On A String(2001) y numerosos apoyos del norteamericano National Endowment of Arts y de la Fundación Guggenheim. Fue la primera artista en obtener una residencia en 2002 en la NASA por su constante investigación sobre tecnología.
A partir de la publicación de su último libro, All the Things I Lost in the Flood (Rizzoli, 2018), en el que revisa una trayectoria de más de cuarenta años, Laurie Anderson ofrece en el Museo Reina Sofía una performance sobre temas como la pérdida, la memoria y la narración. En ella transforma e integra poesía, lenguaje y nuevas tecnologías, experimentación sonora y comentarios sobre esculturas, óperas e instalaciones multimedia del pasado, articulando un espacio híbrido donde se difuminan las fronteras entre testimonio, ficción y sensación. Esta conferencia performativa única, ya que Anderson no ofrece otra en España, incluye proyecciones multimedia, intervenciones sobre el código, la voz y el lenguaje digital y reflexiones sobre obras históricas (desde óperas a instalaciones), y está basada en este primer volumen que comprende todas las performances de la artista, además de algunos de sus ensayos sobre lenguaje y narración.
La actividad se enmarca en la exploración que el Museo Reina Sofía ha llevado a cabo en años recientes sobre las correspondencias entre artes en vivo y artes visuales. Esta búsqueda ha dado como resultado la intervención en el Museo de músicos, coreógrafos y bailarines cruciales en la historia de dicha relación —como Merce Cunningham, Martha Graham, Joan La Barbara, Steve Paxton y Simone Forti—, y la exposición de una parte de la Colección orientada hacia estas influencias y contaminaciones recíprocas. Así, en varias salas se muestra la forma en que, desde 1960, el cuerpo y el tiempo se introducen en el arte contemporáneo a partir de la danza, la música y el sonido.
La performance de Laurie Anderson, una de las artistas más relevantes de nuestro tiempo, es otro hito en esta exploración del Museo. Su obra está en el origen de la experimentación sonora con el lenguaje y de la performance multimedia, y ha trabajado en el espacio común entre la música experimental y el arte contemporáneo a partir de dos ideas principales: la primera, que toda experiencia está mediada por la tecnología y es producida artificialmente. Anderson es, de esta manera, una de las pioneras en considerar que la sociedad está dominada por una virtualización absoluta en la que la realidad es solo un elemento más. La segunda, que toda práctica artística es una forma de narración. Su obra, situada entre la música, la performance, las artes visuales y el cine, experimenta en todos estos medios con la forma de contar historias, utilizando el lenguaje para crear sentido. Así, su trabajo avanza y desarrolla el interés por la ficción experimental como manera de producir otros presentes.