Krysztof Kieślowski

By julio 8, 2019Sin categoría

Lvds_Kieslowski 2

Sueño 902

Krysztof Kieślowski

“…EL SISTEMA NO LE IMPIDIÓ CONTINUAR…”

«…Los regímenes de los denominados países del Este tenían muchos defectos pero permitían a los cineastas trabajar con una regularidad y seriedad que solo la televisión pública británica ha facilitado en algún período a gente como Loach, Frears o Leigh. Krysztof Kieslowski se formó como documentalista. Nunca dejó de serlo. Su cámara seguía los actores, se fijaba con los detalles, era sensible a las atmósferas. Sus films fueron a menudo prohibidos pero el sistema no le impidió continuar…» Los valientes duermen solos, un domingo 7 de julio de 2019.

Bibliografía selecta y material de prensa: presentación, notas y cronología

José María Morales, consejero delegado de la productora y distribuidora Wanda Vision, distribuyó en España el cine de Krzysztof Kieslowski y era amigo del cineasta.

Conocí a Kieslowski en Varsovia en el estreno de No amarás. Ya nos habíamos cruzado en el Festival de San Sebastián porque compré el Decálogo.Pero fue con No amarás cuando cuajó nuestra amistad, que además derivó en la distribución de la trilogía Tres colores. A Krzysztof le gustaba mucho España. Azul la presentó en la Seminci, y el Goya que ganó por ese trabajo se lo entregamos durante el festival de Berlín, donde presentaba Blanco, con la puerta de Brandeburgo de fondo. ConRojo disfrutó muchísimo en San Sebastián: un día comió unas pochas, y le gustaron tanto que rehusó la merluza que le habían preparado de segundo, repitió pochas y de postre comió… pochas. Tímido, reservado, Krzysztof era ante todo muy inteligente. Y eso le hacía tomar decisiones curiosas: cuando le fue a buscar un coche para llevarle a Valladolid, solo pidió por adelantado que no pusiera música. A mí me extrañó, porque siempre fue un cineasta muy preocupado por sus bandas sonoras. “Cuando voy en coche, quiero ir tranquilo, pensando y viendo el paisaje, y la música me distrae”, me respondió.

El Krzysztof que yo conocí fue muy consciente de hasta dónde había llegado en el cine. Acabada la trilogía, le pregunté qué iba a ser lo próximo, e incluso con los guiones avanzados de Cielo, Purgatorio e Infierno [que finalmente se rodaron con otros directores], me respondió: “La gente no me cree, José María, pero no voy a dirigir más”.

Incluso hablamos de filmar en España y coproducirPurgatorio. “Vamos si quieres ir avanzando, aunque ya verás tú cómo al final no las hacemos”. Y desgraciadamente así fue. La trilogía fue extenuante para él a todos los niveles. Recuerdo muchísimo un paseo en el Festival de Setúbal, al atardecer, cuando vimos desde la costa una manada de delfines, y volvió a repetir: “Esto se ha acabado”. “Pero, ¡si estás en tu mejor momento!”. “Que no, José María, que esto se ha acabado”. Azul tuvo en España 600.000 espectadores; Rojo, 300.000; Blanco, 150.000. Cantidades impresionantes, que hoy son imposibles. Echo de menos su humor inteligente —de ese que cuando tú vas, él ya ha ido y vuelto dos veces—, su humanismo, su capacidad de reírse de sí mismo. Marcó mi carrera y me marcó su amistad.

Lvds_Kieslowski