Los valientes duermen solos nº 1016
El silencio (2015), de Humberto Rivas
«Sus imágenes se caracterizan por tratarse casi siempre de espacios sin presencia humana, cuya principal particularidad es la luz natural que les da texturas especiales. Este libro se propone como un recorrido ordenado que funcione como un relato circular, evitando en las fotos apariciones humanas o animales para que se perciba el misterio de la soledad de los espacios. Se ingresaría por las naturalezas muertas, el segundo estadio sería la intimidad de los interiores y estos abrirían el espacio de los muros, frentes, esquinas, puertas y otros espacios. El relato seguiría con los portales y las entradas hasta las esquinas, que a su vez dejarían paso a los muros y espacios que se cierran. Luego los exteriores, las grandes casas, los lugares destruidos, el paisaje y la parte final, cuando la vegetación invade las casas y las cosas, para concluir con la foto más abstracta de la selección, un muro vegetal.» Los valientes duermen solos. Sábado 28 de septiembre de 2019.
El silencio (2015), de Humberto Rivas. Publicado en Buenos Aires por Ediciones Lariviere en 2015. 240 pp. Cartoné. 29 x 24 cm.
Cuando Humberto Rivas se mudó a Barcelona, en 1976, procedente de su Buenos Aires natal, su llegada fue muy significativa para el medio cultural de Barcelona, y su obra causó un gran impacto. Rivas se convirtió en un autor fundamental para el desarrollo de la fotografía en España a partir de la primera mitad de los años setenta. Para Rivas, un maestro de la fotografía era todo lo contrario de un “cazador de instantes”. Lo suyo no tenía nada que ver con la casualidad, ni siquiera con la falsa audacia del voyeurismo; era un constructor de imágenes. Trabajaba esencialmente en el estudio con cámara de placas, y en exteriores lo hacía pensando globalmente en el conjunto de su trabajo. Con su obra, la fotografía española se abría a una nueva forma de documentar desde la búsqueda de la impronta del tiempo, de la cultura, de la memoria. Sus imágenes siempre incorporan la mirada del espectador, y en ellas siempre existe una posibilidad de diálogo.
La producción fotográfica de Humberto Rivas se enmarcaría en diferentes “géneros fotográficos” según la historiografía de la época, aunque él nunca se sometió a clasificación alguna, y es desde este hecho de donde arranca su aportación a la renovación de la fotografía española. Sus personajes, que al igual que los paisajes de la ciudad, según le gustaba decir, “lo eligen para ser registrados por su cámara”, atienden a una particular contradicción: son paisajes sin personas y personas sin paisaje; o lo uno o lo otro, nunca juntos en una misma imagen.
