Filmoteca nº 444 # El hombre de Londres, de Béla Tarr

By agosto 11, 2017Sin categoría

MG. Bela Tarr El hombre de Londres

Aula voladora de Melocotón Grande
#Filmoteca nº 444

El hombre de Londres, de Béla Tarr

Hungría, Alemania y Francia, 2007. 135′ B/N.  MONO. 16/9. Reparto: Miroslav Krobot, Tilsa Swinton, Erika Bók, János Derzsi, Agi Szirtes, István Lénárt. Guión: László Krasznahorkai y Béla Tarr, basado en la novela «L’homme de Londres», de Georges Simeon. Música de Mihály Vig. Director de fotografía de Fred Kelemen. Festival de Cannes 2007: Nominada a la Palma de Oro (mejor película)

Maloin es un vigilante de una estación de tren que, de forma casual, es testigo de un asesinato, y acaba haciéndose cargo de una maleta llena de dinero que trastocará para siempre su vida, acarreándole muchos problemas. Inspirada en la novela de Georges Simenon «El hombre de Londres»

La primera película del húngaro Béla Tarr estrenada comercialmente en España es, también, su testamento anunciado: la obra que cierra una de las filmografías más provocadoras y ambiciosas del último cine de autor europeo. The Turin horse habla del final en el más amplio de los sentidos: de la mortalidad, de cómo cada sujeto se acaba disolviendo en la oscuridad y la inexistencia. Su planteamiento narrativo y estético es tan radical como cabría esperar de alguien que posee una película de siete horas en su filmografía —la monumentalSátántangó (1994)—; de un creador, en suma, que en la secuencia inicial de su anterior trabajo —El hombre de Londres (2007), editada aquí en DVD— rompió con todas las inercias de representación de la ficción noir a través de un osado tratamiento de tiempo y espacio. En The Turin horse también podría identificarse un leve sustrato genérico: un western alegórico sobre una granja solitaria, azotada por una tormenta incesante, en cuyo interior un carretero y su hija desgranan sus rutinas diarias al tiempo que su caballo encabeza una renuncia existencia.

Rodada en severo blanco y negro, escrita en virtuosos planos secuencia, la película parte de la idea de dilucidar qué ocurrió con ese caballo azotado por un carretero que se cruzó en el camino de Friedrich Nietzsche con dramáticos resultados. Las primeras imágenes, con el caballo avanzando contra el viento, aíslan una inusual forma de belleza cinematográfica que el resto del metraje no hará sino adensar. El conjunto exige un severo compromiso con sus claves estilísticas, con su vaciado narrativo, pero hay que evitar descalificarla como experiencia solo apta para espectadores culteranos: de hecho, quizá The Turin horse sea la más antiintelectual de las películas en su conquista de una esencia cinematográfica universal.
MG. El hombre en Londres