Edward Gorey. The Wuggly Ump

By septiembre 7, 2018Sin categoría

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Los valientes duermen solos nº 677

Edward Gorey. The Wuggly Ump (1963)

Título original: The Wuggly Ump (J. B. Lippincott & Co. Philadelphia, 1963. 64 pp. Rústica. 15 x 13 cm) Edición española: Libros del Zorro Rojo, Barcelona/ Madrid. Traducción de Marcial Souto.Enero de 2011. Impreso en Asian Pacific Offset. 

“«No veo disparidad entre mis libros y el día a día… Escribo sobre la vida cotidiana», decía. Combinaba «una Inglaterra victoriana de finales de siglo, o ya eduardiana, con unas pinceladas de la lectura favorita de sus días de universitario (en particular Ronal Firbank, Evelyn Waugh e Ivy Compton Burnett) y una afición de por vida a Agatha Christie» escribió The Guardian a su muerte. Él aseguraba que no había un deleite morboso tras sus ingeniosas historias que mostraban niños u otras víctimas desdichadas al borde de una muerte inmerecida. Tim Burton se rindió con devoción a  Gorey: diseñador e ilustrador de libros, tanto para niños como para adultos. Vivió en la ciudad de Nueva York y combinó sus polifacéticas dotes artísticas a la hora de escribir y diseñar sus propios libros.”

Material de prensa: presentación, notas y cronología

Sentado en la G de Google, Edward Gorey conversa con uno de sus misteriosos y amenazantes personajes en el que sería su 88 cumpleaños, una fecha en la que el famoso buscador de Internet ha querido rescatar la figura de este ilustrador estadounidense fallecido a los 75 años por un infarto. El resto de las letras del «doodle» destilan humor, originalidad y surrealismo, el combinado presente en las macabras historias ilustradas de Gorey que le convirtieron en un fenómeno de culto. Al alfabeto moral victoriano le enfrentaba a sus opuestos de forma que en su cuento «Los pequeñines macabros», la «A es de Amy, que se cayó por las escaleras», «la F es de Fanny, completamente succionada por una sanguijuela» o «la Z es de Zillah, que bebió demasiada ginebra».

Dulce y perturbadora, El Wuggly Ump es otra obra maestra del inimitable Edward Gorey: tres niños despreocupados y felices que cantan y trenzan flores; un monstruo cavernario que come fango y sanguijuelas y quiere cambiar de dieta; un encuentro inevitable y el triunfo de la naturaleza. Tras la dulzura de una apacible rima infantil, la figura de Wuggly Ump cobra presencia en el inocente mundo de tres niños que entonan esta canción. De este modo, dos planos de realidad se entremezclan y el suspense entra en juego. El avance del monstruo que abandona su cueva coincide con la vuelta del trío a casa. El encuentro no tarda en producirse y nuestras sospechas quedan confirmadas. No exento de humor y hasta de ternura, Gorey es un autor próximo a la narrativa popular que tiende por igual a fascinar y a causar un sano desasosiego.

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