Aula voladora de Melocotón Grande
#Álbum ilustrado nº 508
El viatje del Saltamartí, de Arnold Lobel (1978)
Título original: Grasshopper on the Road. Harper Collins Children’s Books, 1978. Edición catalana: Kalandraka Catalunya. Traducción de Maria Luchetti. Colección: Clàssics contemporanis. Impreso en España. 68 pp. Cartoné. 15 x 21,5 cm.
Saltamontes quería hacer un viaje. «Encontraré un camino –pensó–. Seguiré ese camino adonde vaya». Una mañana Saltamontes encontró un camino. Era largo y polvoriento. Subía por las colinas y bajaba a los valles. –Este camino me parece bonito –dijo Saltamontes–.¡Esta es mi ruta!
“Saltamontes va de viaje” reúne seis relatos del destacado autor estadounidense Arnold Lobel: El Club, Una casa nueva,La barrendera, La travesía, Siempre y Al atardecer. Con cada personaje que encuentra en su largo caminar vivirá una aventura, una experiencia que va más allá de lo que muestra aparentemente. Porque en este libro, la sustancia está en el propio viaje.
Las historias de Saltamontes, incansable caminante y ciudadano del mundo, trazan perfiles inherentes a la condición humana; transmiten la poesía que se oculta en lo cotidiano. Si para el público infantil cada relato es un episodio más en las peripecias de tan peculiar protagonista, con las dificultades que encuentra en su trayecto, los adultos encuentran en esta obra otras lecturas enriquecedoras: entre ellas, que la felicidad está en las cosas simples, lejos de las cuestiones que nos complican la vida y nos impiden lograr nuestros objetivos o disfrutar del día a día.
Que los relatos de Arnold Lobel sean sencillos no significa que sean superficiales o banales. La mayoría tratan sobre la amistad y el amor, representan la aventura de vivir, nunca la rutina ni la monotonía. Por eso, para Saltamontes cada día es como el comienzo de una nueva vida. Moviéndose entre la tenrura y el humor, los libros de Lobel constan de pequeñas historias independientes, unidas por un hilo común, como sucede en “Historias de ratones”, “El cerdito”, “Tío Elefante” o “El libro de los guarripios” (KALANDRAKA). Además de los textos, Lobel también es el ilustrador de sus libros y su grafismo refleja la misma ternura que la obra literaria. Los dibujos que acompañan los textos -de trazo firme y reducida paleta de colores- forman parte esencial e indivisible de un conjunto: las palabras no se entenderían sin las imágenes.