Aula voladora de Melocotón Grande. Ecología / Álbum Ilustrado nº282
Crictor, de Tomi Ungerer. Título original: Crictor die gute schlange © Diogenes Verlag AG, Zurich, 1963, 1980. Edición original publicada en los Estados Unidos en 1958. Edición española © Ediciones Alfaguara, Madrid, 1986 © de la traducción, Milena Arroyo, 1986. Coordinador de la Colección: Michi Strausfeld. La maqueta de la colección y diseño de la cubierta: Enric Satué. Colección: Infantil Alfaguara. Impreso en GREFOL, Móstoles, Madrid. 36 pp. Rústica cosida con hilo. 19 x 19 cm
El mundo de Janosch tiene que ver con el mundo del alma; se refiere al coraje, al riesgo, al temor, a la exploración, el peligro, el descubrimiento. Y el cuento oral pasa de boca en boca, aunque las bocas hablen lenguas diversas, pues la traducción de un idioma a otro no tropieza con dificultades verbales o métricas de ninguna clase, tal vez que carece de una redacción precisa. Cualquiera que haya entendido o captado la estructura de un relato así, en un lenguaje ajeno, puede transportarla a su propio idioma, sin trabajo alguno. Por eso el cuento es el género literario emigrante por excelencia. Se infiltra a través de los territorios lingüísticos más extraños, a través de los orbes culturales más dispares. El niño cuando lee actúa desde el punto de vista del al, a, funciona desde el apasionamiento, desde el sentimiento, desde la adhesión o rechazo viscerales. La literatura infantil tiene que tener relación con el alma, tiene que ver con las cosas inventadas por el alma. Las convenciones del espíritu caen lejos: el niño no ha recorrido el camino que le lleva al espíritu. El mundo del alma se refiere al coraje, al riesgo, al temor, a la exploración el peligro, el descubrimiento. Aplicando altas dosis de originalidad y sentido del humor, Tomi Ungerer convierte una enorme serpiente en la fiel mascota de una adorable anciana. “Críctor” resulta de la insólita mezcla entre el exotismo africano y la exquisitez de la sociedad francesa decimonónica, aderezada con ironía y surrealismo. Este laureado clásico de 1963 conserva toda su frescura para seguir cautivando a nuevas generaciones de lectores. Lejos de atemorizar, Críctor es una boa dócil que Ungerer humaniza y descontextualiza hasta extremos sorprendentes, con ilustraciones detallistas, salpicadas de suaves tonos verdes: desde vestirla y hacerla estudiar en el colegio, hasta llevarla a tomar un refresco o pasear por un parque nevado. Un acto heroico la convertirá en un personaje célebre y admirado por toda la ciudadanía. Con un poco de imaginación, he aquí un firme candidato al título de “mejor amigo del hombre”.
