Cesare Pavese

By mayo 25, 2019Sin categoría

Lvds_Trabajar cansa

Sueño 876

Cesare Pavese

“…MANÍA DE SOLEDAD…”

«…Ceno cualquier cosa junto a la clara ventana. El cuarto tiene ya la oscuridad del cielo. Al salir, las calles tranquilas conducen, en pocos pasos, al campo abierto. Como y miro el cielo —quién sabe cuántas mujeres están comiendo a estas horas—; mi cuerpo está tranquilo; el trabajo y la mujer aturden mi cuerpo…» Manía de soledad (1933), de Cesare Pavese. Los valientes duermen solos, un viernes 25 de mayo de 2019.

Bibliografía selecta y material de prensa: presentación, notas y cronología

Trabajar cansa. Seguido de el oficio de poeta y a propósito de algunos poemas no escritos todavía, de Cesare Pavese. Título original: Lavorare stanca; el primer libro de poemas de Cesare Pavese, cuya primera edición (Ed. Solaría, Florencia, 1936) aumentó el autor en la segunda (Ed. Einaudi, Turín, 1943) La edición de este libro ha sido publicado en Madrid por Visor Libros en 2019.Colección Visor de Poesía. 324 págs., 19,4 x 12,6 cms. Rústica con solapas.

Cesare Pavese (Santo Stefano Belbo 1908 – Turín 1950) publicó la edición definitiva de su cancionero Trabajar cansa en la editorial Einaudi de Turín en 1943, tras una importante reelaboración estructural de la primera edición del libro, publicada en las ediciones Solaria de Florencia en 1936. El autor acompañó los poemas de dos apéndices, El oficio de poeta, de 1934, y A propósito de algunos poemas no escritos todavía, de 1940. En estos exponía las razones de su intensa experimentación poética iniciada en 1930 con la redacción del poema ?Los mares del Sur?, que representa idealmente el inicio de la fase madura de su obra. La edición definitiva de Trabajar cansa, que ahora se presenta al lector en lengua española tal y como la concibió Pavese, prepara el camino tanto a buena parte de su narrativa inminentemente posterior a 1935, como al resto de su poesía, con la que guarda una estrecha relación textual.

La aparición de Trabajar cansa presentó una alternativa opuesta al hermetismo imperante en la poesía lírica italiana de esos años y preparó el terreno a las nuevas y distintas poéticas que proliferan en ese país después de la segunda posguerra. Con este libro aportó a la lírica el poema-narración, una poesía “clara, simple y objetiva” de carácter polémico y en contra de los recursos retóricos y amaneramientos formales, de las amañadas disposiciones tipográficas —viejas ya en esos tiempos—, de la métrica y la rima tradicionales. Con Los mares del sur —el primer poema de ese libro y que él consideraba “lo mejor que se estuviese escribiendo en Italia”—, sienta las bases de lo que será su trabajo poético futuro. Los requerimientos narrativos lo inducen a elegir los versos de doce, trece y más sílabas con ritmo dactílico, en lugar del endecasílabo tradicional en casi todos los poemas-narración, empleando el tono coloquial del habla piamontesa.

Los personajes son prostitutas, maestritas, pordioseros, campesinos, noctámbulos, borrachos, vagabundos solitarios que atraviesan plazas y calles desiertas, buscando el inexistente camino del retorno, sin más porvenir que el de sus propios recuerdos, inconscientemente inmersos en su “inmadurez” de adolescentes, en el mito fundamental de la infancia del mundo. Todos ellos son seres silenciosos que saben escuchar “el silencio que dura”, el silencioso discurso de los dioses remotos: “Callar es nuestra virtud…”; “Algún antepasado nuestro debió estar muy solo / —un gran hombre entre idiotas o un pobre loco / para enseñar a los suyos tanto silencio…”; “Aquí, en la oscuridad, solo, / mi cuerpo está tranquilo y se siente señor…”; “Caminar por caminar; las plazas y las calles / están solas…”; “Pero este hombre ni mira. Se va a su casa a dormir / y la vida no es más que un zumbido de silencio…”; “Temblaremos de soledad. Pero queremos estar solos”. Todos ellos —él mismo— se cuentan a sí mismos los proyectos de toda su vida, devanando el hilo de un interminable monólogo interior.

Trabajadores ocasionales, desganados, que escapan de casa para vagar por las colinas o a la orilla de los ríos, maravillosos seres improductivos que reconquistan la libertad fumando en silencio; los sobrevivientes de la edad de oro. “La auténtica innovación pavesiana consiste en la demostración —incisiva y activa con frecuencia— de que la experimentación técnico-gnoseológica de la poesía contemporánea no puede detenerse en las formas de la lírica pura… En la inmediata posguerra, la poesía de Pavese se ha significado continuamente como un ejemplo anti-hermético, de concreción realista, de una clara dicción de los personajes, asuntos, situaciones de la sociedad…

Los temas que serán típicos del narrador futuro, Las Langas, Turín, las colinas, la ciudad y el campo, la infancia y sus tensiones, sus búsquedas, un gusto entre lawrenciano y dannunziano por una pagana sensualidad de la tierra…” Trabajar cansa principia trazando un círculo que se cierra virtualmente en los Diálogos con Leucó, que es, quizás, su obra más profunda y perfecta, indispensable para penetrar en el aterrado mundo pavesiano. La selección de los poemas aparece aquí en orden cronológico, con el propósito de observar la evolución y el cambio hacia otras formas empleadas posteriormente por Pavese. Asimismo la selección va de Los mares del sur a The cats will know, el penúltimo poema que escribiera meses antes de su muerte. Los poemas marcados con asterisco se publicaron póstumamente. Cesare Pavese nació en Santo Stefano Belbo (Piamonte). el 9 de septiembre de 1908. Murió el 27 de agosto de 1950, en Turín. “Nadie se suicida: la muerte es destino.”

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