Portrait de la jeune fille en feu, de Céline Sciamma

By enero 27, 2020Sin categoría

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Los valientes duermen solos nº 1089
Portrait de la jeune fille en feu (2019), de Céline Sciamma

«El gesto implica una mirada: quién si no una mujer iba a retratar algo oculto en un imaginario históricamente dominado por los hombres. En ‘Portrait de la jeune fille en feu’ también hay una subversión de las historias tantas veces contadas: el plano-contraplano, la sensualidad de la mirada, el enamoramiento y el deseo pertenece a las mujeres.» Los valientes duermen solos, jueves 16 de enero de 2020. 

Portrait de la jeune fille en feu (2019), de Céline Sciamma. 120′. Francia. 35 mm. Color. Mono. Dirección: Jean-Marie Straub y Danièle Huillet. Imagen: Henri Alekan. Sonido: Louis Hochet, Georges Vaglio. Festival de Cannes: Mejor guión (2019) Premios del Cine Europeo: Mejor guión (2019).

1770. Marianne es pintora y debe realizar el retrato de boda de Héloïse, una joven que acaba de dejar el convento. Héloïse se resiste a su destino de esposa, negándose a posar. Marianne tendrá que pintarla en secreto. Presentada como dama de compañía, la observa. Una historia de amor, sororidad, de feminismo y feminidad, que habla sobre arte, mitología y vitalidad, sobre liberación existencial y, en definitiva, sobre lo que debería ser la celebración de la vida o también, valga la contradicción, sobre la imposibilidad de celebrarla desde la plenitud en cuerpo y alma. Así se nos presenta la nueva y fascinante película de la realizadora francesa Celine Sciamma, «Portrait de la jeune fille en feu», la cual, inmersos ya en el ecuador del festival, supone la primera verdadera amenaza para que «Dolor y Gloria» no se haga con la Palma. Directa al corazón. Celine Sciamma, cuyo nombre ya empieza a hacerse grande en el cine europeo gracias a joyas del calado de «Tomboy», vuelve a sentarse en la silla de directora tras dedicar los últimos años a escribir los guiones de «Cuando tienes 17 años» y «La vida de Calabacín». Un retorno a la realización que le ha valido, ni más ni menos, que su anhelado debut en Sección Oficial de Cannes tras competir con su anterior y poderosa «Girlhood» en la Quincena de Realizadores de 2014.

«Portrait de une jeune fille» supone la primera vez que Celine Sciamma trabaja con actores profesionales. De hecho, cuenta con el protagonismo de su pareja sentimental en la vida real, Adèle Haenel (a quien recientemente hemos podido ver en «120 pulsaciones por minuto», «La chica desconocida» o «Les Combattants» así como la película responsable de inaugurar la Quincena de este año, «Le Daim»). Y del personaje retrato a quien le retrata: Noémie Merlant, quien se diera a conocer con «Le Ciel Attendrá». Ambas ofrecen un impecable trabajo interpretativo, excepcionalmente matizado y estóicamente contenido. Les secundan Luàna Bajrami («L’Heure de la Sortie») y la ya mítica y reconocida Valeria Golino. Bien podríamos presentarla como un posible cruce entre «La joven de la perla» y «Reina Cristina». También como la otra cara de la moneda de «La vida de Adele». Pero lo que ante todo es; una reinterpretación conmovedoramente poética, inevitablemente dolorosa pero también profundamente enternecedora del mito de Orfeo y Eurídice. Para empezar a profundizar en la esencia y alma de la maravillosa nueva obra de la responsable de «Girlhood» resulta esencial e imprescindible incurrir primero en el relato mitológico que traza y reinterpreta a su magistral manera: el mito de Orfeo y Eurídice. La suya es una leyenda que relata el amor pasional e incondicional que se profesaron uno de los principales héroes de la mitología griega y una ninfa a la que conoció en el bosque de Tracia. Sin embargo, en una de sus excursiones al bosque para visitar a sus antiguas compañeras, Eurídice es asesinada por un cazador al intentar salvar al cervatillo que éste pretendía matar. Un destino cruel y del todo desesperanzador al que Orfeo parece condenado y no acepta como suyo hasta tal punto que decide hacer algo al respecto: ir a buscarla al infierno, el Hades, para traerla de vuelta a la vida. Es allí donde Perséfone, la esposa de Hades, señor del infierno, decide permitir la vuelta de Eurídice al mundo de los vivos, pero con una condición: Orfeo será el que abra la marcha en el camino de vuelta, pero si se gira para mirar a Eurídice antes de salir por completo del inframundo y llegar a la luz del día, ésta volverá al Hades por y para siempre.

En efecto, hablamos de la historia por excelencia del amor platónico, la imposibilidad de vivir un amor profundamente veraz e incondicional. Un mito que Celine Sciamma hace suyo, reinterpreta, escenifica y tiene permanentemente presente, a su fascinante manera a través del pasional romance, tan contenido como definitivamente sincero y auténtico, que viven (y padecen) Marianne y Héloïse. Una preciosa historia de amor, un apasionado fresco de emociones y deseo oprimido (pero también inrrefenable) que más allá de incidir en la relación creativa entre el que observa y es observado, lo que ante todo retrata y representa es la presencia de un amor pasado y la resonancia a largo plazo de ese amor experimentado en nuestro corazón, que de alguna manera compensa su pérdida. Sentimientos que florecen a corazón abierto y que son representados a través de un dispositivo formal austero en su superficie pero inabarcablemente complejo, rico y sensible en su interior. Largos planos secuencia con elementos mínimos encuadrados para dar forma a un doble retrato femenino que, a camino entre la sensación de nostalgia y melancolía, pero también del desahogo y la liberación que, entre perder la alegría pero también recuperarla, nos regala además un buen puñado de secuencias memorables de un intenso poderío emocional que son artísticamente sublimes. La única mala noticia que «Portrait de une jeune fille» puede conllevar es que bien podría evitar que Pedro Almodóvar se haga con la Palma de Oro. Por lo demás, todo en ella es a celebrar.