O pao nosso de cada dia, de Anna Bella Geiger

By diciembre 6, 2019Sin categoría

Our Daily Bread 1978 Anna Bella Geiger born 1933 Purchased with assistance from the Pinta Museum Acquisition Program 2015 http://www.tate.org.uk/art/work/T14257

Los valientes duermen solos nº 1047
O pao nosso de cada dia (1978), de Anna Bella Geiger

«La obra es un comentario directo sobre la pobreza de América Latina en esa época y que  sigue teniendo vigencia hoy en día. Las fotografías que compononen la obra presentan rebanadas de pan agujereadas en la parte central, y el hueco tiene la forma de los mapas de Brasil o América latina. Debido a su interés en los juegos de palabras, la artista adoptó el título en un pasaje del Padre Nuestro: «nuestro pan de cada día».» Los valientes duermen solos, jueves 5 de diciembre de 2019.

O pao nosso de cada dia (1978), de Anna Bella Geiger. Impresiones offset sobre cartulina y papel kraft. 75 x 75

La trayectoria de Geiger es fructífera desde los orígenes, abandonando muy pronto sus comienzos abstractos de los años cincuenta para entrar de lleno en el su etapa conceptual, sobre todo tras su viaje a Nueva York en la década de 1970.Tras finalizar sus estudios de Literatura inglesa en la Univesidad de Brasil, en 1956 se casa con el geógrafo Pedro Geiger. Incluso aquellos años iniciales dedicados a la pintura abstracta, en los que ya participa en la Primera Exposición de Arte Abstracto de Petrópolis, estaba influenciada por la enseñanza de Fayga Ostrower, la maestra polaca de origen judío con quien Geiger aprendió el grabado. Esta técnica la llevó también a aprender la libertad de crear sin la presión de la obra única. El concepto mismo de la repetición y las series asociado al grabado constituyen, poco a poco, unas fascinantes estrategias contra del discurso de autoridad, a menudo camufladas, a las cuales acude Geiger con frecuencia.

Desde muy temprano empieza a trabajar con collages y dibujos, fotomontajes, vídeo, fotografías, libros de artista e instalaciones. En 1954 viaja a Nueva York, donde asiste a cursos y conoce a Henry Kahnweiler, famoso marchante de los artistas surrealistas, que se interesa por su trabajo y adquiere alguna de sus obras. Regresa a Estados Unidos en los años setenta, momento en el cual entra en contacto con personalidades como Vito Acconci y Joseph Beuys. La artista recurre a nuevas fórmulas narrativas, sobre todo aquellas que buscan revertir las maneras de contar el mundo desde una posición masculina. Adopta, pues, una identidad y narración quebradas, repletas de repeticiones y falsas repeticiones de esas que tanto gustaron a Duchamp, uno de sus artistas preferidos.

Es interesante señalar el origen judío-polaco de la familia de Anna Bella Geiger. Es, por tanto, una familia con otras costumbres, otra cultura, otros relatos que recordar. Por eso, quizá, Geiger ve el mundo a la vez desde dentro y desde fuera, como nativa y como extranjera, tal y como muestra la mítica obra Brasil nativo/Brasil extranjero: unas postales –recurso a menudo usado por Geiger junto con la fotografía– que representan lo típico de Brasil y que son remedadas por ella y sus amigos extranjeros y convertidas en unas fotos que reproducen las mismas cuatro poses, confrontando lo de dentro y lo de fuera. Un trabajo que, como sucede en toda su obra, muestra una delicadez, inteligencia, radicalidad camuflada e introspección fascinante.

Lvds_Anna Bella Geier