Tomi Ungerer, Rufus (1961)

By enero 28, 2016Sin categoría

MELOCOTÓN GRANDE: Proyecto Educació Infantil (P3, P4, P5) «Pintamos el miedo para cambiarlo del color que nos gusta»

Rufus

Tomi Ungerer, Rufus (1961)

Título original: Rufus (Diógenes Verlag, Zurich, 1980) Ed. española (Alfaguara, Madrid, 1983) Trad. Pablo Lizcano.15,5 x19 cm

Proyecto Escolar de Melocotón Grande (Biblioteca Escolar: Lectura Ciclo Infantil)

Imaginemos que una persona tiene miedo a las cucarachas, pero responde no a la presencia del animal sino al contexto; ¿cuántas veces os habrán hecho temblar de miedo? Las pautas educativas fundamentales para prevenir y disminuir los miedos infantiles son aquellas que permiten al niño sentirse seguro y adquirir capacidad de control frente a situaciones de peligro y miedo. Los miedos pueden ser normales (miedo a relacionarse con el propio miedo): dentro de la noche están nuestros miedos. Los antiguos griegos distinguían entre «feos» (el miedo bien llevado) y phobos (el terror incontrolable). Podemos considerar miedos normales los que son adecuados a la gravedad del peligro y no nos anulan de control y respuesta. Aquí os presento a Rufus de Ungerer: es el gusto por experimentar posibilidades y por la intencionalidad. ¿Qué significados puede extraer un niño de la percepción de Rufus de Ungerer? Probablemente una pregunta directa en torno a la luz y a la oscuridad proporcione respuestas de carácter funcional y ligadas a la experiencia inmediata «es cuando hay luz», «es porque se vuelve todo oscuro», «yo cuando duermo está todo oscuro»… La noche (ligada a la oscuridad) no tiene ningún efecto sobre la vida cotidiana, desde el punto de vista del sentido común; representa la ausencia de todo lo activo y eficaz: «Acceder a la luz», «la luz es vida», son, por el contrario, motivos llenos de valores positivos. Por otra parte, las mismas interpretaciones, en la historia de la humanidad, se han llenado estos términos de significado: por ejemplo, la luz se ha convertido en el símbolo de la razón, mientras que la oscuridad, de la ignorancia, de manera que la tinieblas m´as negra representa una total dispersión y desorientación. Una vez ya en la escuela queramos llegar a una representación de la noche, teniendo en cuenta tanto la vivencia emotiva de los pequeños, expresada a través de sus conversaciones, como la referencia cultural ofrecida por la exposición del álbum ilustrado, los títulos que los niños dan a sus obras son tan significativos como Rufus. Representan así la oscuridad, pero dentro de la oscuridad están nuestros sueños: por ello otros colores capaces de suscitar otras imágenes mezcladas a la oscuridad. Rufus es el murciélago, pero presentado diferente al que encarna en muchas civilizaciones el poder de las sombras. El placer de la manipulación tiende a superar el poder de la intencionalidad de la representación. Es difícil dosificar el color, esperar que se seque en fundión del resultado que se quiere obtener: Bram Stoker lo inmortalizó y creó toda una cultura en torno al vampirismo con su obra Drácula (1897). El niño se vale de lo mítico y de lo histórico para entrecruzar el origen de algunos seres significativos y reelabora la leyenda colocando a Drácula como un habitante más.

Rufus2

Rufus

Tomi Ungerer, Rufus (1961)

Título original: Rufus (Diógenes Verlag, Zurich, 1980) Ed. española (Alfaguara, Madrid, 1983) Trad. Pablo Lizcano.15,5 x19 cm

Proyecto Escolar de Melocotón Grande (Biblioteca Escolar: Lectura Ciclo Infantil)

Imaginemos que una persona tiene miedo a las cucarachas, pero responde no a la presencia del animal sino al contexto; ¿cuántas veces os habrán hecho temblar de miedo? Las pautas educativas fundamentales para prevenir y disminuir los miedos infantiles son aquellas que permiten al niño sentirse seguro y adquirir capacidad de control frente a situaciones de peligro y miedo. Los miedos pueden ser normales (miedo a relacionarse con el propio miedo): dentro de la noche están nuestros miedos. Los antiguos griegos distinguían entre «feos» (el miedo bien llevado) y phobos (el terror incontrolable). Podemos considerar miedos normales los que son adecuados a la gravedad del peligro y no nos anulan de control y respuesta. Aquí os presento a Rufus de Ungerer: es el gusto por experimentar posibilidades y por la intencionalidad. ¿Qué significados puede extraer un niño de la percepción de Rufus de Ungerer? Probablemente una pregunta directa en torno a la luz y a la oscuridad proporcione respuestas de carácter funcional y ligadas a la experiencia inmediata «es cuando hay luz», «es porque se vuelve todo oscuro», «yo cuando duermo está todo oscuro»… La noche (ligada a la oscuridad) no tiene ningún efecto sobre la vida cotidiana, desde el punto de vista del sentido común; representa la ausencia de todo lo activo y eficaz: «Acceder a la luz», «la luz es vida», son, por el contrario, motivos llenos de valores positivos. Por otra parte, las mismas interpretaciones, en la historia de la humanidad, se han llenado estos términos de significado: por ejemplo, la luz se ha convertido en el símbolo de la razón, mientras que la oscuridad, de la ignorancia, de manera que la tinieblas m´as negra representa una total dispersión y desorientación. Una vez ya en la escuela queramos llegar a una representación de la noche, teniendo en cuenta tanto la vivencia emotiva de los pequeños, expresada a través de sus conversaciones, como la referencia cultural ofrecida por la exposición del álbum ilustrado, los títulos que los niños dan a sus obras son tan significativos como Rufus. Representan así la oscuridad, pero dentro de la oscuridad están nuestros sueños: por ello otros colores capaces de suscitar otras imágenes mezcladas a la oscuridad. Rufus es el murciélago, pero presentado diferente al que encarna en muchas civilizaciones el poder de las sombras. El placer de la manipulación tiende a superar el poder de la intencionalidad de la representación. Es difícil dosificar el color, esperar que se seque en fundión del resultado que se quiere obtener: Bram Stoker lo inmortalizó y creó toda una cultura en torno al vampirismo con su obra Drácula (1897). El niño se vale de lo mítico y de lo histórico para entrecruzar el origen de algunos seres significativos y reelabora la leyenda colocando a Drácula como un habitante más.

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