LVDS 1260, estilos de soñar, enfatizaba MARK FISHER

 

«Expulsados de ese cálido lecho,
Nosotros somos lo que ellos sueñan
.»
SYLVIA PLATH, POESÍA COMPLETA 110. Los durmientes, pp. 218

 


 

 

«Es una noche que me paras y me preguntas por….»
LUNA EN SAGITARIO, Cuarto menguante

 

 

En abril de 2019, antes aun de que entremos en la estación Sant Jordi, el vestíbulo de la estación está alicatado en verde tilo. Al poco rato, mi querido compañero de vida, Pere Torrell (responsable de la editoral Plec 22), aparece por la la librería. Abro mi chaqueta y saco la libreta verde. -¿Conoces esto? Pere se ríe con la cabeza. -Lo he encontrado en el patio de las cubetas. Es la edición española del K-PUNK -VOLUMEN 1. Le hecha un vistazo y se ríe. -Efectivamente. Aguardo a que diga algo más. Algo de todas esas cosas que yo ignoro. Pero se limita a rayar el plástico con la uña del meñique derecho, y permanece en silencio. Reclinado en un rincón, apoyando sus botines color mostaza contra la cubeta de libros, Pere se entretiene manoseando el libro. Retuerce el plástico, hace con él un paquetito rectangular, vuelve a desdoblarlo. Forma un canutillo, lo estruja, lo hace girar en la palma de su mano hasta redondearlo; al final aplasta la bolita con el índice y el pulgar, y la mete en uno de los bolsillos de su pantalón vaquero. 

Es un álbum de poesías. -¿Un qué? -Un álbum de poesías. También te menciona a ti. Me alarga el libro y paso las hojas hasta llegar a la página en cuestión. Ya tengo la mano pegada en la página. Tengo una iluminación desagradable y presenta un aspecto sucio. Caminamos hacia el pasaje subterráneo; un túnel de escasa altura con mosaicos en las paredes nos lleva al otro lado de la calle. Sobre nuestras cabezas retumba el original de la primera edición de K-PUNK que Pere adquirió en noviembre de 2018: K-punk: The Collected and Unpublished Writings of Mark Fisher (Verso Books). Mientras volvemos a subir las escaleras vemos cómo dos novelas que Fisher leyó sucesivamente se basan en el «sueño»:

 

«, pera cada una enfatiza polos opuestos de la experiencia onírica. Sueño programado (1977), de Christopher Priest, trata sobre un proyecto de sueño colectivo, una iniciativa patrocinada por el gobierno para intervenir el inconsciente y encontrar soluciones para los problemas políticos y económicos que han paralizado a la sociedad en 1985, el presente de la novela. (…) El resultado es un extraño tipo de utopía, en lo que lo burocrático ofrece un trasfondo para lo bucólico: las irritaciones de la máquina oficial soviética parecen estar construidas en el espacio onírico como una precondición necesaria para la dolorida languidez del idilio Wessex*, en la que la vida cotidiana está cubierta de un erotismo mediterráneo. (…) Son sus yo-oníricos los que se enamoran uno del otro. Lo que finalmente perturba el idilio es el tipo de sangrado de realidad* o hemorragia ontológica sobre los que girarán las novelas posteriores de Priest. Sueño programado ansía el ciberespacio de Gibson, pero también es una visión de los sesenta evocada hacia el amargo final de los setenta. Los inconsolables (1995), de Kazuo Ishiguro, conecta con un tipo de espacio-tiempo completamente diferente. El título de la novela es adecuado ya que nos sumerge, como Alicia proyectada en el País de las Maravillas, en un mundo sin consuelo, un mundo de urgencias incesantes. Este es el primer y más obvio punto de contraste con Sueño programado, donde los imperativos oficiales, tanto dentro como fuera del espacio onírico, operan como borrosos pretextos para las trayectorias libidinales que parten «lo que debería estar ocurriendo» (esta tendencia pone en riesgo la totalidad del proyecto). En Los inconsolables, lo oficial también se desvanece, pero no asume la cualidad benigna del pretexto libidinal (la ostensible finalidad que permite que ocurra el goce precisamente porque nunca es alcanzada), sino la forma de un objeto tortuoso, tentador y frustrante, cuya imposibilidad de ser alcanzado proyecta una sombra de horrible ansiedad sobre todo. Tras llegar a una ciudad sin nombre del centro de Europa para brindar un concierto, el renombrado pianista Ryder es atacado por incontables demanda, a las que no se puede resistir, que lo distraen de sus deberes oficiales. Tiene que escuchar tocar el piano a unos jóvenes aspirantes; tiene que hablar en encuentros nocturnos de lo que no estaba al tanto; tiene que ir a las afueras de la ciudad para ser fotografiado frente a un monumento cuya significación le es incompresible. Nuevas urgencias aparecen dentro de otras urgencias, infinitamente. Los inconsolables es, en parte, un pastiche de Kafka, y lo que Ishiguro sobre todo toma de Kafka es su geografía onírica, a la vez bizarra y extrañamente familiar. Los espacios que parecieran haber estado muy alejados unos de los otros se revelan súbitamente como adyacentes. (…) En Los inconsolables, como en Kafka, esta espacialidad perversa de contigüidad sin consistencia surge porque el espacio (y el tiempo) en su totalidad está subordinado a la urgenciaNo hay tiempo excepto por el de la urgencia; y todo el espacio está curvado por la urgencia (y sus frustraciones). Los obstáculos emergen súbitamente. (…) como en Kafka, entonces, Los inconsolables está coloreada por una ingenua sensación de vergüenza. Dos estilos opuestos de soñar, entonces: uno lánguido, lacónico, el otro agobiado, estresado.»

*El título original de la novela es A Dream Of Wessex. Wessex es también el nombre de un antiguo reino anglosajón, establecido en el sur de la actual Gran bretaña desde el siglo VI hasta comienzos del siglo X.
*El término reality bleed (sangrado de realidad) fue tomado por el crítico William Egginton de uno de los diálogos de eXistenZ de David Cronemberg y reutilizado para designar lo que él considera un tropo de ficción moderna: el colapso de la distinción entre dos tipos de realidades (realidad y ficción, sueño y vigilia, etc.). Por lo general este colapso se da de manera repentina, tomando al espectador por sorpresa, que de repente percibe como una realidad «sangra» al interior de la otra.

 

«El caracol deja una estela plateada». Volvemos a Los durmientes* de Plath. «Volvemos la vista atrás».  Podemos señalar entonces que existen dos formas de escepticismo: dos estilos opuestos de soñar. Acordémonos de Los durmientes: «Nosotros somos lo que ellos sueñan». De hecho es lo que usualmente pasa: «Los durmientes no pueden sufrir/Ningún daño.» Los valientes duermen solos.

*The Sleepers, octubre de 1959. (…) No map traces the street/Where those two sleepers are./We have lost track of it./They lie as if under water/In a blue, unchanging light,/The French window ajar/Curtained with yellow lace./Through the narrow crack/Odours of wet earth rise./The snail leaves a silver track;/Dark thickets hedge the house./We take a backward look/Among petals pale as death/And leaves steadfast in shape/They sleep on, mouth to mouth./A white mist is going up. / The small green nostrils breathe, And they turn in their sleepOusted from that warm bed/We are a dream that they dream./Their eyelids keep the shade./No harm can come to them./We cast our skins and slide/Into another time.

 

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L’abril del 2019, just abans de que entrem a l’estació Sant Jordi, el vestíbul de l’estació està enrajolat en verd til·ler. Al cap de poca estona, el meu estimat company de vida, Pere Torrell (responsable de l’editorial Plec 22), apareix per la llibreria. Obro la meva jaqueta i trec la llibreta verda. -¿Coneixes això? En Pere riu amb el cap. -Ho he trobat al pati de les cubetes. És l’edició espanyola del K-PUNK -VOLUM 1. Li fa una ullada i riu. -Efectivament. Espero que digui alguna cosa més. Una cosa de totes aquestes coses que jo ignoro. Però es limita a ratllar el plàstic amb l’ungla del dit petit dret, i roman en silenci. Reclinat en un racó, recolzant els seus botins color mostassa contra la cubeta de llibres, en Pere s’entreté grapejant el llibre. Retorça el plàstic, fa amb ell un paquetet rectangular, torna a desdoblar-lo. Forma un canonet, l’esprem, el fa girar al palmell de la mà fins arrodonir-lo; al final aixafa la boleta amb l’índex i el polze, i la fica en una de les butxaques dels seus pantalons texans.

És un àlbum de poesies. -¿Un què? -Un àlbum de poesies. També t’esmenta a tu. M’allarga el llibre i passo els fulls fins arribar a la pàgina en qüestió. Ja tinc la mà enganxada a la pàgina. Tinc una il·luminació desagradable i presenta un aspecte brut. Caminem cap al passatge subterrani; un túnel de poca alçada amb mosaics a les parets ens porta a l’altra banda del carrer. Sobre els nostres caps ressona l’original de la primera edició de K-PUNK que en Pere va adquirir el novembre de 2018: K-punk: Col·lected i Unpublished Writings of Mark Fisher (Verso Books). Mentre tornem a pujar les escales veiem com dues novel·les que Fisher va llegir successivament es basen en el somni:

 

«, pera cada una enfatiza polos opuestos de la experiencia onírica. Sueño programado (1977), de Christopher Priest, trata sobre un proyecto de sueño colectivo, una iniciativa patrocinada por el gobierno para intervenir el inconsciente y encontrar soluciones para los problemas políticos y económicos que han paralizado a la sociedad en 1985, el presente de la novela. (…) El resultado es un extraño tipo de utopía, en lo que lo burocrático ofrece un trasfondo para lo bucólico: las irritaciones de la máquina oficial soviética parecen estar construidas en el espacio onírico como una precondición necesaria para la dolorida languidez del idilio Wessex*, en la que la vida cotidiana está cubierta de un erotismo mediterráneo. (…) Son sus yo-oníricos los que se enamoran uno del otro. Lo que finalmente perturba el idilio es el tipo de sangrado de realidad* o hemorragia ontológica sobre los que girarán las novelas posteriores de Priest. Sueño programado ansía el ciberespacio de Gibson, pero también es una visión de los sesenta evocada hacia el amargo final de los setenta. Los inconsolables (1995), de Kazuo Ishiguro, conecta con un tipo de espacio-tiempo completamente diferente. El título de la novela es adecuado ya que nos sumerge, como Alicia proyectada en el País de las Maravillas, en un mundo sin consuelo, un mundo de urgencias incesantes. Este es el primer y más obvio punto de contraste con Sueño programado, donde los imperativos oficiales, tanto dentro como fuera del espacio onírico, operan como borrosos pretextos para las trayectorias libidinales que parten «lo que debería estar ocurriendo» (esta tendencia pone en riesgo la totalidad del proyecto). En Los inconsolables, lo oficial también se desvanece, pero no asume la cualidad benigna del pretexto libidinal (la ostensible finalidad que permite que ocurra el goce precisamente porque nunca es alcanzada), sino la forma de un objeto tortuoso, tentador y frustrante, cuya imposibilidad de ser alcanzado proyecta una sombra de horrible ansiedad sobre todo. Tras llegar a una ciudad sin nombre del centro de Europa para brindar un concierto, el renombrado pianista Ryder es atacado por incontables demanda, a las que no se puede resistir, que lo distraen de sus deberes oficiales. Tiene que escuchar tocar el piano a unos jóvenes aspirantes; tiene que hablar en encuentros nocturnos de lo que no estaba al tanto; tiene que ir a las afueras de la ciudad para ser fotografiado frente a un monumento cuya significación le es incompresible. Nuevas urgencias aparecen dentro de otras urgencias, infinitamente. Los inconsolables es, en parte, un pastiche de Kafka, y lo que Ishiguro sobre todo toma de Kafka es su geografía onírica, a la vez bizarra y extrañamente familiar. Los espacios que parecieran haber estado muy alejados unos de los otros se revelan súbitamente como adyacentes. (…) En Los inconsolables, como en Kafka, esta espacialidad perversa de contigüidad sin consistencia surge porque el espacio (y el tiempo) en su totalidad está subordinado a la urgenciaNo hay tiempo excepto por el de la urgencia; y todo el espacio está curvado por la urgencia (y sus frustraciones). Los obstáculos emergen súbitamente. (…) como en Kafka, entonces, Los inconsolables está coloreada por una ingenua sensación de vergüenza. Dos estilos opuestos de soñar, entonces: uno lánguido, lacónico, el otro agobiado, estresado.»

*El título original de la novela es A Dream Of Wessex. Wessex es también el nombre de un antiguo reino anglosajón, establecido en el sur de la actual Gran bretaña desde el siglo VI hasta comienzos del siglo X.
*El término reality bleed (sangrado de realidad) fue tomado por el crítico William Egginton de uno de los diálogos de eXistenZ de David Cronemberg y reutilizado para designar lo que él considera un tropo de ficción moderna: el colapso de la distinción entre dos tipos de realidades (realidad y ficción, sueño y vigilia, etc.). Por lo general este colapso se da de manera repentina, tomando al espectador por sorpresa, que de repente percibe como una realidad «sangra» al interior de la otra.

 

«El caracol deja una estela plateada». Volvemos a Los durmientes* de Plath. «Volvemos la vista atrás».  Podemos señalar entonces que existen dos formas de escepticismo: dos estilos opuestos de soñar. Acordémonos de Los durmientes: «Nosotros somos lo que ellos sueñan». De hecho es lo que usualmente pasa: «Los durmientes no pueden sufrir/Ningún daño.» Los valientes duermen solos.

*The Sleepers, octubre de 1959. (…) No map traces the street/Where those two sleepers are./We have lost track of it./They lie as if under water/In a blue, unchanging light,/The French window ajar/Curtained with yellow lace./Through the narrow crack/Odours of wet earth rise./The snail leaves a silver track;/Dark thickets hedge the house./We take a backward look/Among petals pale as death/And leaves steadfast in shape/They sleep on, mouth to mouth./A white mist is going up. / The small green nostrils breathe, And they turn in their sleepOusted from that warm bed/We are a dream that they dream./Their eyelids keep the shade./No harm can come to them./We cast our skins and slide/Into another time.

 

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Lvds, domingo, 6 de mayo del 2023

 

 

VANDALISMO
El proyecto Los Valientes Duermen Solos se puede comparar a una sociedad secreta. De las acciones se desprende un anonimato por la contracultura
abierta en la que no existe una jerarquía, ni una creación arbitraria de leyendas, ni un núcleo central de electos con funciones dirigentes: no hay rastro de elitismo y mucho menos ceremonias de iniciación. En realidad, parece que ni siquiera el abandono del nombre sea una conditio sine qua non para adherirse a esta estrategia de pánico mediático y sabotaje del imaginario. L.V.D.S. contra los cultos extraños del patrimonio cultural del Estado. La luz de este discurso, las citas, la bibliografía y las fuentes de información, lejos de pretender exhibir erudición, no se muestran más que para dar a quien esté interesada en el presente texto pistas y referencias para  contrastar la información o para buscar nueva y poder profundizar más y mejor en el tema. El contenido de esta obra puede ser distribuido, copiado y comunicado libremente, siempre y cuando su uso no sea comercial. La Prensa clandestina y del exilio, manual de guerrilla y sabotaje Carnets de identidad quemándose es recordar que el Estado está para proteger al sistema, no a clase trabajadora. Colapso. Catatonia, el cerebro saturado de información. El artista fallecido, el Cliente, el Greal, los contactos, los funcionarios del ayuntamiento. Su vida fundida con la tuya. Nudo de la corbata que anuncia en el mundo: -¡Yo muevo los hilos! Hoy es posible realizar la unión esencial entre sueño y acción, en los límites de una liberación total; y por eso es necesario liberarse de una vez por todas del concepto In-dividu (noción profundamente reaccionaria, antropocéntrica y estrechamente ligada al concepto copyright) en nombre del Con-dividuo, es decir, en nombre de una singularidad múltiple que conlleve nuevas ideas de responsabilidad y voluntad, y que no tiene nada que ofrecer ni a los jueces ni a los magistrados. Cada cuerpo-mente particular (cada -dividuo) está atravesado por vertiginosos flujos de comunicación que van más allá de los  límites del cuerpo individual y crean una comunión elástica entre particularidades: la con-dividualidad. El No Copyright, el arte del plagio, los nombres múltiples, todas las prácticas contraculturales de trabajo en red, etc. son: La idea del nombre colectivo viene de mucho antes del uso que se ha hecho durante  estos últimos siglos.  Entre los distintos campos de etapas importantes en el camino de la especie humana para con la individualidad. investigación sobre el uso de los nombres múltiples, el más interesante y provechoso es probablemente el que tiene que ver con la Masonería. Más allá de ser una secta conservadora y de derechas, la Masonería ha tenido un papel histórico durante el período de antes de la formación e institucionalización de la Gran Logia de Inglaterra. Efectivamente, antes del paso a la secta institucionalizada en la “Masonería especulativa”, varias colegas invisibles se han caracterizado siempre por posicionarse, de forma más o menos explícita, contra el Poder. Los roles políticos y las jerarquías en realidad tenían un papel importante en la fase decadente de la masonería de 1723 (la obra de James Anderson: Las obligaciones de los Constructores Libres). De los rituales de iniciación, las ceremonias, los secretos y los símbolos sólo podemos ver un elitismo y una actitud plagiadora de las sectas verticales y el Poder.
La Masonería usa a modo de plagio el esoterismo para oponerse al Catolicismo. No es sino la fusión de elementos de diversas corrientes místicas: desde los antiguos egipcios a los druidas que no pueden ser otra cosa que un arma letal contra el dogmatismo religioso y la verticalidad del tráfico y violación del ser humano. Ahora se entiende qué nivel de decadencia y símbolo de deterioro alcanzó la Masonería en 1717 con la unión de todas las logias orangistas en la Grand Lodge. El Gran Oriente, ahora ya completamente esclavo del poder, no perdió tiempo en delatarlos a la policía de París. Es evidente pues que la Masonería es un simulacro decaído de los orígenes remotos de la contracultura entre los antiguos Egipcios, así como el uso de un seudónimo colectivo entre pitagónicos. No son los únicos casos de nombre colectivo. En la prehistoria de la contracultura encontramos colectivos libres, quienes profesaban una visión compuesta que mezclaba y plagiaba elemento, egipcio, hebreo, cristiano, griego, babilónico, persa. Su doctrina se basaba en la indeterminación y continuo cambio de los pensamientos según la situación. En este caso, ya no nos encontramos ante una comunidad bien definida en el tiempo y el espacio. Este antidogmatismo fue atacado, acusado y perseguido. Para escapar de las persecuciones que sufrían adoptaron un nombre colectivo. Más que un nombre real era un sujeto colectivo: un macro cuerpo formado por toda la comunidad, cada ser era, por tanto, el Nombre Múltiple, expandiéndose como una mancha de aceite hasta el punto de tejer una trama infinita de nombres colectivos que generaba otros nombres colectivos. Se formó así un enjambre caótico que aseguraba la supervivencia de la contracultura. Tras la caída de la secta, la Comuna de París ha resumido en sí misma todas estas experiencias. Saludos del Gran Maestro del Desorden de la Performance Cósmica.



DIGITALIZACIÓN DEL VANDALISMO. Momento de conversión de lo analógico a lo digital por medio de la estación
de desvíos y modificaciones. Además de producir una imagen digital del objeto, detecto contornos 
y los extraigo con
trazos de colores. Hay un momento brutalmente destructivo en repintar estas imágenes que habitan en la calle.
Me mueve un profundo interés por la forma del arte popular. Y el resultado es siempre una imagen nueva.
Sin entrar en lo que se entienda por “vandalismo”, siempre parto de un compromiso con la imagen.
 Mis únicas armas que he utilizado son las de la guerrilla psicológica. Mi objetivo es llevar
el pánico a los santuarios del poder; los medios de comunicación, los hacedores 
de patentes de la cultura , las comisarias policiales del arte.
Los valientes duermen solos es mi

pseudónimo utilizado desde los años noventa en
diversas tendencias
contestatarias como acciones de sabotaje
informativo
. Es un multiple name
 justamente con la eliminación
de la individualidad es donde comienza el camino en el que, como
individuos, somos libres de actuar. Cualquiera puede firmar una
acción, una iniciativa artística, una campaña de sabotaje mediá-
tica con el nombre (nunca nadie cobrará derechos de autor).
“Conquistar las fuerzas de
la ebriedad para la
revolución”
WALTER BENJAMIN

 

 

 

«Azules y Púrpuras»
A
ZUL PÁLIDO¹

 

Tonalidad: azul.
Un azul menos apreciado,
pero que está en todas partes.
En Ghana, una hermosa leyenda cuenta el nacimiento del azul.
En otro tiempo, el cielo abrazaba estrechamente a la tierra
y alimentaba a los hombres.
Cada uno podía coger un trocito de nube para comérsela.
Este alimento celeste llenaba el corazón
y daba a la persona que se lo hubiera comido
la facultad de flotar y soñar,
de recuperar la paz y la alegría del tiempo.
Pero conseguir una nube era una tarea ardua,
pues era necesario ser puro de pensamiento y espíritu,
y tener cuidado de no emborracharse de cielo.
Eso fue lo que sucedió a Asi,
que deseó el azul egoístamente.

¹Tipo de coloración azul índigo.

 

 

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Acompañando cada Luna de estas Series, cuido la selección de una imagen de Cubierta y otra de Contra que es, al igual que la música, un humilde homenaje a la Obra desde un ejercicio de Transparencia, basado en los principios de Horizontalidad. Creo totalmente necesaria la accesibilidad a la cultura y la necesidad de generarla desde posiciones críticas. Para conseguir las imágenes, me he alejado de la red para no hacer público sus nombres a especuladores y monopolios. Podéis ver un capricho. Quizá vanidad. Pero no, el necesario contraste que invoca los rasgos de la era contra cultural. Es una exigencia propia para torcer la mano hábil y ligera de quienes saben deslizar imágenes y datos donde conviene o desea hacernos ver. Cada imagen utilizada, lleva acreditada su autoría. En este Dormitorio deseo Despertar vuestro interés por estxs artistas. Y para facilitaros la tarea de búsqueda de recursos, os dejo a mi disposición toda la información. Quien quiera saber que me escriba un Comentario y se lo mando por correo o carta ordinaria.

Las imágenes proceden de un material gráfico de indudable gancho, knockouts fotomecánicos, a lo que hay que añadir ilustraciones que han sido cedidas por lxs propixs autorxs: publicaciones físicas: originales, portafolios, láminas o bien, impresos de ejemplares descatalogados y todo eso que los sabios denominaban «REFERENCE BOOKS» que se vendían en rastros y librerías especializadas. Hubiese podido robar imágenes de la red: pero es degradante y cobarde, y hasta castigado por vuestras leyes que hacen un delito de la miseria. Los diarios excesivamente precisos son el final de la libertad: por eso sólo los períodos «vacíos» que se interponen son los plenos. Trabajo para dormir. Prefiero ser porquero y que me entiendan los cerdos.

Termino con una cita sacada de Anarquismo, una introducción, de mi querida amiga Dolors Marin: «El hurto sólo existe a través de la explotación del hombre por el hombre… cuando la Sociedad te quita tu derecho a existir, tú debes tomarlo.»

Tras fisgarViógrafía y se hizo impreso. Finales de 1986. Tengo siete años. Mi habitación es oscura y lóbrega. Soy Valiente. Duermo solo. Donde no alcanzan los rayos del sol alcanzan las notas musicales. Mi padre (Pedro Valera) se encarga de la cenas y de quitarme los libros de la cama al quedarme dormido. Mis padres me regalaron una lámpara de papel. Acudir a esos libros, vhs, cintas, vinilos, es natural en mí incluso antes de saber mirar, leer y escuchar. Para conocerme a mi mismo fue necesario retroceder hasta el hoyo del magma. Soy hijo de nuestro Barri Xino: El Raval: en su día llamado «siniestro» o «tenebroso» (los barrios chinos, los lugares del hampa). Los Archivos de Los Valientes Duermen Solos aparecen al ver una mujer deslizarse por las calles con un abrigo bastante decrépito de color verde que ya amarillea y me recuerda con viveza mis primeras pinturas. Basta con adquirir una Holga de plástico para capturar la imagen; una olivetti lettera 25 para mecanografiar el texto, y un inves 8086, para indexar los primeros documentos físicos en un archivo electrónico. Apunto notas de poética, lecturas de toda clase, observaciones sobre la vida cotidiana, aforismos, borradores, viajes, referencias pictóricas: son embriones o gérmenes o ideas en estado primario. Esas notas se encuentran agrupadas en cuadernos, de los cuales el primero abarca desde junio de 1993. Me propongo a darles un formato a modo de fanzine, escogidos de aquí y de allá con el objeto de ofrecer unos papeles inéditos de personajes que probablemente no existen, pero que de algún modo debieran haber existido. Sin contar lo que está desperdigado, se puede asegurar que no se ha publicado ni el uno por ciento de todo lo que ha desaparecido, o bien se ha ocultado, borrado, perdido, enterrado, quemado, olvidado. Es esa clase de ritmo, de voces, de ideas encontradas en esos objetos polvorientos de agujero de bala.

En mi caso, tenía veintiún años cuando di lugar a mi primer molde, tipo o caracteres. Emulaba así a un fundidor de tipos, antes de que el sistema se mecanizara, añadiendo la aleación de estaño y antimonio en caliente. Las minervas semiautomáticas, fabricadas a principios del siglo XX, con las que trabajé, podían producir hasta veinte mil letras por día, mientras que con los procedimientos anteriores apenas llegaba a dos mil quinientas. Habría que empezar por definir qué entendemos por tal palabra: imprenta. Pues bien, Gutenberg no inventó la imprenta. El mundo gráfico ha ido constantemente incorporando su quehacer nuevos productos hasta desembocar en la diversidad actual. En vísperas del año 2000 decido hacer una excursión por el Turó de l’Home. Me llamó la atención una pareja inclinada hacia todos lados y entre sí; dos palabras del texto sin espacios: ArsGravis. Raimon Arola y Lluïsa Vert vivían apartados de cualquier marco confesional y religioso, apartados de posibles abusos sincretistas de ciertos medios esotéricos y espiritistas, apartados, también, de las obsesiones científicas que pretenden explicar una experiencia mediante la erudición. De la misma forma, la luz de una vela tiene una realidad física y una función concreta, que es iluminar, pero desde la trama de significados que la envuelven, la luz de la vela abre un ámbito rico de significados, pues su luz nos abre una atmósfera de intimidad y cercanía. «ArsGravis o «arte grave», en el sentido de «profundo, noble, importante, trascendente…», pero también y básicamente, un arte «de peso» o más exactamente, un arte que «da peso» a lo sutil e invisible.», dice Raimon. ArsGravis crea unas emociones extrañas de encantamiento en la mente, produciendo un choque y un estado en el que la emoción y el poder seductivo superan la razón. La ilusión se une aquí con la magia. La visión personal que se tenía de la producción ars en la antigüedad, se entendía como algo que se aproximaba al desarrollo de las leyes eternas de una operación: la destreza de un trabajo individual colectivo libre que se ejecuta de acuerdo con los principios de la belleza absoluta, cósmica, divina y supersensorial del Caos: estado originario y confuso de la materia. Esa visión se esforzó por establecer retratos de personas disfrazadas, de manera convincente, fingiendo ser otra persona. Puede tratarse de autorretratos o de retratos de otros. Paula Rego, por ejemplo, se pintó así mismo en un traje oriental, como el filósofo Demócrito, similar al retrato de Rembrandt. En mi trabajo he conocido estados de conciencia alterada extática o frenética, además de las alucinaciones. De hecho, la capacidad de pasar, voluntariamente o no, de un estado de conciencia a otro, es otra característica universal que forma parte del sistema nervioso humano. El ars parece indisociable a esto último: hay una rica y cautivadora tradición/traducción que ha ocultado su identidad en cada una de las entradas del blog (a cada entrada se añaden nuevas moradas del ser). Comparto esta investigación con el interés de entusiasmaros en cada nueva entrada. Asumir el compromiso de formar y formarse en plenitud, y ayudar así a cumplir con mi «misión cósmica» de preparar el hogar y la morada del ser. compartiendo tragos en un café cantante que asolará Barcelona, al mundo del cuplé, el charlestón, los cabarets legendarios. Aquella última bohemia está a punto de despedirse para siempre jamás. Lo que vino a continuación fue una maquina de desmemoria. Un espantapájaros hubiese sido suficiente para infundir respeto. Actualmente he preferido hacerme contrabandista. La memoria es un regalo si sabemos ser Valientes y Dormir Solos. La morada del ser ayuda a dar luz en las siguientes personas. Los valientes duermen solos: abarqueras, abatidas, abiertas, abortadoras, abrazafarolas, absorbidas, abuelas, acabadas, aceradoreras, aceñeras, acrobatas, actrices, acomodadoras, aclopadas, acosadas, acosadoras, afanes, afiladoras, africanas, afrodisíacas, afros, agentes, agitadas, agresivas, aguadoras, ahuyentadas, ajorradoras, aladreras, alagadoras, alambiqueras, albarderas, albañiles, alcahuetas, alegres, alejadas, alfareras, alfeñiques, alfombreras, algodoneras, alimañeras, alocadas, alquimistas, alucinadas, amables, amanecidas, amaneradas, ambulantes, amenazantes, amenas, amigables, amorosas, amputadas, anacoretas, analfabetas, anarquistas, andadoras, anestesiadas, aniquiladas, anónimas, antetodos, antiartes, antifascistas, antiguas, antipáticas, antipersonas, antisociales, antitodos, antitodo, antropólogas, anunciantes, aparcacarros, aperadoras, apestadas, apisonadas, aplastadas, aplastantes, apresadas, apocalípticas, árabes, armoniosasarmadas, armeras, arpías, arrastradas, arremetedoras, arrepentidas, arribistas, arrieras, arrodilladas, arroyadoras, arruinadas, artesanas, articulistas, artificales, artificieras, artilleras, artistas, aserradoras, asiáticas, aspirantes, astutas, ateas, atentadas, atentas, aterradas, aterrantes, atiporradas, atolondradas, atontadas, atormentadas, atorrantes, atracadoras, atrapadas, audaces, augures, avaladas, aventajadas, avenidas, aventureras, avispadas, babosas, bacos, bailarinas, bajitas, bakuninistas, balas perdidas, bandidas, barberas, barbudas, barrabases, barrenderas, barquilleras, bataneras, bauleras, beatniks, bebedoras, bellacas, besugos, bizcas, bobas, bohemias, bolingas, bolleras, borrachas, borregas, botones, boyeras, bolilleras, bomberas, bordadoras, boteras, boticarias, botones, braceras, bufones, buscavidas, cabreras, cacos, cafeteras, cafres, cajeras, cajistas, calafateras, calamidadescalceteras, caldederas, caleras, calzonazos, callejeras, cámaras, camareras, caminantes, camineras, campaneras, canallas, cantantes, cantamañanas, canteras, capullas, caracremadas, caraculos, carasucias, carboneras, cardadoras, caribeñas, carpinteras, carretilleras, carteleras, cartoneras, carteras, carteristas, casqueras, castañeras, cedacedos, cenacheras, cencerros, cenetistas, cereras, cerradas, ceporras, cerrajeras, cesteras, chaperos, charlatanas, charnegas, chatarreras, chivatas, chocolateras, chofers, chorizos, chulazos, chupacables, chupopteras, chusmas, ciegas, cierrabares, cigarreras, cilleras, cineastas, civiles, clandestinas,clowns, cocineras, cocteleras, colchoneras, colgadas, colmeneras, colocadas, columnistas, comadronas, comebolsas, comeflores, compositoras, comuneras, condenadas, conejeras, confesadas, confinadas, confiteras, confundidas, conserveras, conspiradoras, constructivistas, consumidas, constipadas, conpinchadas, contaminadas, contrabandistas, contraculturales, contrapuestas, contratadas, cooperativas, corderitos, corresponsales, cortadas, cortarollos, cosarias, cosificadas, 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