Aula voladora de Melocotón Grande. Cine nº416
Loin des hommes, de David Oehoffen (Francia, 2014)
El Festival de Venecia de octubre de 2014 ofreció un programa doble de filmes centrados en la cara más trágica de la historia. Loin des Hommes, del director francés David Oelhoffen, y The cut, del alemán de ascendencia turca Fatih Akin, llevaron a la Muestra el recuerdo de la Guerra de Argelia y del genocidio armenio, respectivamente.
Dos ejercicios de memoria histórica que se establecen en coordenadas fílmicas próximas, y utilizan la amplitud de los paisajes desérticos para jugar con los rasgos característicos de un cine épico con elementos del western. Además, los dos filmes aproximan al drama bélico como una forma de ensalzar la pervivencia de valores como la solidaridad y la compasión en las condiciones más adversas.
Deudores de un imaginario cinematográfico que representan mejor que nadie las incursiones de Steven Spielberg en el género bélico, Loin des Hommes y The cut son dos películas decepcionantes que abordan sus temas con un espíritu didáctico y superficial. El film de Oelhoffen, basado en el libro de cuentos El exilio y el reino, de Albert Camus, tiene como protagonista Viggo Mortensen, que da vida a Daru, un ex combatiente de la Segunda Guerra Mundial de padres andaluces, pero nacido en Argelia, que trabaja como profesor en una escuela rural.
Cuando la onda expansiva de la guerra no le permite continuar manteniendo al margen del conflicto, Daru deberá combatir una realidad compleja: se siente invitado a abandonar el país por el bando rebelde, pero en realidad su corazón es con el pueblo argelino , una situación que recuerda la de Isabelle Huppert en una mujer en África, de Claire Denis. «Loin des Hommes habla de la dificultad que supone para mucha gente aceptar que la realidad es algo cambiante», explicó Mortensen ayer en la rueda de prensa del film. Unos cambios y aprendizajes a los que el actor estadounidense de ascendencia danesa no tiene miedo: «Intento mantenerme abierto a nuevas experiencias y conocimientos. Para hacer este filme, tuve que aprender un poco de árabe y perfeccionar mi francés «.
En la película, Mortensen hace gala de su habitual dominio de la interpretación física -en unas solventes escenas de acción- y de su capacidad para inyectar fuertes dosis de nobleza a sus personajes.