Los valientes duermen solos nº 159
Jean Giono. El hombre que plantaba árboles. Il. Michael McCurdy (1985)
Título original: L’homme qui plantait des arbres (Chelsea Green Publishing, 1985) Ed. española (José J. de Olañeta, Editor, Palma de Mallorca, 2007)
«Jean Giono es uno de los mayores escritores franceses del siglo XX»
A los dieciséis años abandonó la escuela para emplearse como oficinista en un banco. Dieciocho años después, en 1929, publicó sus dos primeras novelas, Colline y Un de Baumuhnes. Jean le bleu fue otra temprana novela. En 1953 la editorial norteamericana le pidió que escribiera unas pocas páginas acerca de un personaje real que fuera inolvidable. Giono se decantó por escribir un personaje que llegaría a ser inolvidable para el autor. El manuscrito topó con la objeción de que ningún Bouffier había fallecido en un hospicio de Banon, un minúsculo caserío montañés. Poco después de que el relato fuera rechazado, la revista Vogue lo publico en marzo de 1954 bajo el título The Man Who Planted Hope and Grew Happines. Más adelante escribirá a un admirador americano de dicho relato que su propósito al crear a Bouffier «era hacer que la gente amara los árboles, o, para ser más exacto, hacer que amen el plantar árboles. En pocos años la historia de Elzéard Bouffier dio la vuelta al mundo y se tradujo a doce idiomas por lo menos.» Norma L. Goodrich cuenta en su epílogo que un 15 de agosto de 1970 reunió el valor suficiente para llamar a la puerta de Jean Giono en Manosque, Provenza. El hombre que plantaba árboles es un canto de amor a los árboles y al silencioso mundo vegetal que purifica y renueva la tierra y nos reconcilia con la muerte. Este hermoso relato encierra un vigoroso mensaje contra la destrucción de la vida. El viejo pastor es un personaje de dimensiones casi míticas, símbolo de la sabiduría que establece una profunda comunión con el silencioso mundo de las plantas, que purifica y renueva la tierra que nos rodea, nos reconforta y nos reconcilia con la muerte. En Solitude de la pitié (1932) Giono ilustra una serie de relatos tragicómicos. Érase una vez, nos dice, un anciano campesino llamado Jofroi, que vendió el melocotonar a su vecino Fonse con el propósito de conseguir una renta vitalicia para él y su inquieta esposa Barbe. Todo marchó bien hasta que un buen día Fonse decidió que había que talar aquellos melocotoneros, ya viejos y enfermos. Entonces, sumido en la desesperación, Jofroi intentó quitarse la vida repetidas veces, aunque Barbe fustrará dichos intentos. Jofroi nunca dejó de contar a quien quisiera escucharle que aquellos árboles eran suyos, que los había plantado y regado con sus propias manos y que seguían siendo suyos. Y por siempre lo serían. Michael McCurdy es uno de los grandes grabadores en madera de América, así como un destacado diseñador de libros y editor de literatura contemporánea en Penmaen Press. Su libro Toward the Light, una recopilación de grabados en madera y anécdotas, obtuvo la Medalla de Bronce en el concurso internacional de libros de Leipzig de 1983.
Biografía de Jean Giono
Jean Giono (Manosque, 1895-1970) fue hijo de un zapatero anarquista y de una planchadora. Acudió durante algunos años a la escuela pero desde muy pronto se formó como autodidacta mediante la lectura de los clásicos. En 1915 fue movilizado y enviado al frente de Verdún. Sobrevivió a los tres años que pasó en la guerra y a los once siguientes, que pasó trabajando como empleado de banca. Los ratos sueltos y las noches los dedicaba a escribir. En 1929 recibió el Premio Brentano por Colline y, un año después, el Premio Northcliffe por Regain. Fue entonces cuando decidió dejar el banco y dedicarse por completo a la literatura. Durante los años treinta se implicó más y más en todo tipo de cuestiones políticas, desde posiciones que oscilaban entre el anarquismo y el comunismo, y haciendo siempre una defensa cerrada del pacifismo. En esa época publicó Que ma joie demeure y Las riquezas verdaderas, que tuvieron gran éxito y asentaron su renombre como escritor. Al hacerse públicos los indicios que poco a poco anunciaban la Segunda Guerra Mundial, Giono publicó tres importantes ensayos pacifistas: Refus d’obéissance, Lettre aux paysans sur la pauvreté et la paix y Recherche de la pureté. Al poco fue arrestado bajo el cargo de «pacifista» y pasó una parte de la guerra en la cárcel. Paradójica e injustamente, hacia el final de la contienda fue acusado de colaboración y arrestado de nuevo, si bien había proclamado firmemente su oposición al nazismo. Fue liberado en enero de 1945, pero sin haber sido inculpado. Su rehabilitación pública llegó tan sólo en 1954, al ser invitado a formar parte de la Academia Goncourt. Meses antes había publicado El hombre que plantaba árboles, un relato que lo haría universalmente conocido. Giono murió de un infarto en 1970, dejando tras de sí una obra literaria amplísima (una treintena de novelas y varios libros de teatro y poesía) que aúna en un solo movimiento la búsqueda literaria y el compromiso ético. Dos décadas después de su muerte se publicaron las entrevistas que le realizaron los hermanos Jean y Taos Amrouche, que dan prueba del apoyo constante, personal y valiente de Giono a la Resistencia, desde una posición individualista pero absolutamente solidaria frente a los nazis y la barbarie de todas las formas de opresión.
Prioridad según la calidad de la obra
++ Excelente: Impecable tanto en el contenido como en el tratamiento de imágenes, diseño y edición.
Pauta de valoración
✓LI (Libro ilustrado) ✓NF (Narración fantástica) ✓10 años ✓ Es innovador ✓Crea imágenes únicas y perdurables ✓La secuencia narrativa es coherente ✓El narrador guía al lector dentro el universo narrativo ✓Los personajes son auténticos, actúan y piensan como lo que son. ✓Permite seguir la cadena de los eventos. ✓Contribuye a crear la atmósfera del relato, a reforzar sensaciones y situaciones ✓Las ilustraciones presentan elementos que añaden sorpresa o humor a la narración. ✓El diseño y la impresión: El papel pone en relieve los elementos gráficos del libro.
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