Infancia nº395 # Ellen Karolina Sofía Key

By julio 24, 2017Sin categoría

MG. Ellen

Aula voladora de Melocotón Grande
#Infancia nº395

Ellen Karolina Sofía Key

Sundsholm, 11 de diciembre de 1849 – Estocolmo, 25 de abril de 1926

Ellen Key forma parte de las pocas escritoras suecas sobre temas de educación que han alcanzado verdadera fama internacional. Su interés para la comunidad internacional probablemente resida en su vivo estilo, sus agudas críticas, su participación personal, su entusiasmo y a veces su visión profética. Ellen Key no se interesó únicamente por la educación. Como escritora abarcó una amplia esfera: arte y literatura, religión y política, el derecho de voto de la mujer, la cuestión del matrimonio, la paz, etc. Su producción considerable está compuesta por ensayos y reseñas, libros y artículos cortos sobre esos temas. El presente perfil se divide en seis partes. En la primera, titulada «La obra escrita de Ellen Key» se analizan sus obras más importantes, en especial las que versan sobre la educación”.

En «Información biográfica» se describen sus orígenes y se esboza su «retrato intelectual». También se mencionan las fuentes contemporáneas más importantes de inspiración de sus escritos sobre educación. Las otras dos secciones principales se titulan, «Pensamientos sobre educación» y «La escuela del futuro». En las «Conclusiones» se evalúan sus publicaciones sobre educación, así como la influencia internacional de su obra. La obra escrita de Ellen Key Ellen Key empezó su carrera de escritora a mediados del decenio de 1870 con un par de ensayos literarios. Se dio a conocer a un amplio público mediante el folleto «Sobre la libertad de expresión y de imprenta» (1889). A partir de entonces, su nombre y sus obras fueron objeto de animados debates. Entre sus obras más importantes de contenido más general cabe mencionar las siguientes: Individualismo y socialismo (1896); Imágenes de pensamiento (1898); Seres humanos (1899); Líneas vitales, Volúmenes I-III (1903-1906); y Neutralidad de las almas (1916).

El contenido de esas obras prepara el terreno a las opiniones posteriormente expresadas por Ellen Key en materia de educación, o está estrechamente relacionado con ellas, en especial su interés por la libertad personal y el desarrollo independiente del individuo, destacando al mismo tiempo la importancia de tener en cuenta los intereses de los demás. En lo que respecta a sus obras sobre educación, su primer artículo fue el titulado «Maestros para niños en el hogar y en la escuela», publicado en Tidskrift för Hemmet (1876). Su primer ensayo más leído, «Libros contra libros de texto», se publicó en el periódico Verdandi (1884). Posteriormente, en este mismo periódico, publicó entre otros los artículos titulados «Declaración sobre coeducación» (1888) y «Asesinato del alma en las escuelas» (1891). Más adelante publicó «Educación» (1897) y «Belleza para todos» (1899). En 1906 apareció «Educación popular con especial consideración del desarrollo del sentido estético». En estas dos últimas obras presentó una nueva e interesante idea: considera que la estética, la belleza y el arte constituyen un medio de elevación moral y de educación de la humanidad.

La obra más importante y conocida de Ellen Key sobre educación se titula Barnets arhundrade (Volúmenes I y II, 1900), en español El siglo del niño.En dos capítulos de El siglo del niño Ellen Key examina los problemas de la escuela y la enseñanza: en parte en el capítulo «La escuela del futuro» y en parte en el titulado «Asesinato del alma en las escuelas». Este último es un resumen de dos artículos publicados anteriormente en dos periódicos, en 1888 y 1891. Empecemos con algunos comentarios sobre el capítulo «Asesinato del alma en las escuelas». Kay esboza un sombrío panorama de la escuela sueca de la época en la que, entre otras cosas, no se desarrollaban en absoluto cualidades como la imaginación y la reflexión. Se declara partidaria de un sistema de escolarización que alterne la enseñanza personal con pausas y el estudio por cuenta propia. La escuela sólo debería tener una finalidad: proporcionar a cada persona tanto autodesarrollo y felicidad como sea posible. Key destaca la importancia de la cooperación entre la escuela y el hogar. 8 Después, pasa a examinar la cuestión de la reorganización de la escuela. La escuela de párvulos debería desaparecer y sustituirse por «cursos en el hogar». La escuela elemental o primaria debería empezar a la edad de nueve o diez años y ser común para todos los niños. Al mismo tiempo, defiende la individualidad de ambos sexos.

La escuela debería enseñar a cooperar a niños y niñas. La escuela mixta no solo es útil para ambos sexos sino también para las relaciones entre las diferentes clases sociales y económicas de la sociedad. De esta forma pueden derribarse las barreras entre hombres y mujeres y entre clases altas y bajas de la sociedad. Asimismo, destaca la importancia de concentrar la enseñanza y critica la división en asignaturas escolares. Quiere que se integren los diferentes temas. Esta división puede evitarse agrupando los temas en unidades suficientemente grandes: por ejemplo, la historia debe incluir también historia de la literatura, la historia de la iglesia y la historia del arte. Ninguna clase debería tener más de 12 alumnos. Habrá un curso común fundamental y se dejará tiempo para la «autoinstrucción selectiva». Los deberes en casa deben sustituirse por el trabajo en la escuela. En lo posible, la enseñanza de centrarse en los alumnos, en su búsqueda de conocimientos y en la configuración de sus propias opiniones. Key escribe lo siguiente: Nuestra época pide personalidad, pero la pedirá en vano en tanto no les permitamos expresar su propia voluntad, pensar sus propias ideas, elaborar sus propios conocimientos o expresar sus propios juicios. O dicho más brevemente, en tanto no dejemos de reprimir en las escuelas la materia prima de la personalidad, confiando en vano que posteriormente la vida pueda resucitarla (1900, pág. 232).

Ellen Key empieza el capítulo «La escuela del futuro» examinando el caso de las guarderías, tipo de escuela que critica. Le asusta la colectividad y la influencia de la masa. La guardería es inferior al hogar como escuela. Quiere que los niños empiecen a ir a la escuela cuando tengan más edad. El hogar es la sociedad natural. En lo que respecta a la enseñanza posterior a «la escuela del hogar», Ellen Key no presenta ningún programa sistemático. Hasta la edad de 15 años habrá una escuela mixta común con enseñanzas teóricas y prácticas. Después se asistirá a «escuelas de aplicación», una especie de escuela secundaria con programas diferentes. Critica la división en diferentes clases. Quiere que cada alumno se adapte a las asignaturas teóricas y prácticas. Key suprimiría las aulas como tales, sustituyéndolas por diferentes salas dedicadas a los diferentes temas escolares. Desea que haya salas de estudios especiales en las que los alumnos ocupen sus propios puestos para proceder a su autoinstrucción. Recomienda establecer un curso obligatorio limitado en el que, por ejemplo, se lea en voz alta, se deletree correctamente, se aprendan las cuatro reglas aritméticas, etc. En la enseñanza del idioma es preciso limitar la utilización de la gramática. Ante todo es preciso conocer la literatura. Hace hincapié en el método de «hablar el idioma». Junto con temas teóricos, podrían enseñarse temas prácticos. Todos los días se practicará el canto. En las escuelas profesionales, el principio es la autoactividad. Deben desarrollarse determinadas cualidades positivas: valor, capacidad de descubrir nuevas cosas y seguimiento de sendas nuevas. Ellen Key también examina la cuestión social. Es preciso establecer «escuelas comunes para la educación cultural», en las que todos reciban una formación común. Estas escuelas fomentarán la circulación natural entre todas las clases de la sociedad. Desea proteger el derecho a la posibilidad de que los niños de las zonas rurales sean instruidos en el campo. Habla de la ansiedad de sus contemporáneos por «convertirse en alguien», lo cual debería desaparecer de la escuela del futuro.

Lo importante no es lo que hace una persona sino que todos puedan desarrollar su propia personalidad. Todos deben reconocer las aptitudes propias: tanto los que tienen aptitud para los estudios como los que poseen facultades de tipo práctico. 9 Ellen Key confía en una revolución de la educación que rompa el sistema escolar existente. Sueña en un «diluvio» de pedagogía que proporcione la influencia que merecen a Montaigne, Rousseau, Pestalozzi, Spencer y la entonces nueva psicología infantil. Las ideas de Ellen Key sobre la función de la mujer, el matrimonio, la cultura, la religión y la política fueron objeto de muchos debates en Suecia. Sus ideas radicales encontraron a menudo fuerte resistencia. Incluso, de vez en cuando fue perseguida. En cambio, sus ideas sobre educación pasaron bastante inadvertidas en la sociedad de su tiempo y originaron pocos debates. Sólo mucho tiempo después, sus ideas empezaron a aplicarse en las escuelas suecas. Si ahora -desde la perspectiva de casi cien años- observamos sus ideas en materia de educación, llegamos a la conclusión que la evolución registrada en algunos aspectos ha seguido un camino totalmente opuesto al que ella defendía. Quería que se volviera al cuidado de los niños en el hogar. En su país natal ha disminuido la importancia del hogar a este respecto y las madres trabajan con mucha más frecuencia fuera de casa. Asimismo, Ellen Key dijo que la 10 primera enseñanza debería hacerse en el hogar y que los niños deberían empezar a ir a la escuela a una edad más avanzada. Ha ocurrido todo lo contrario. Sin embargo, en muchos aspectos se han adoptado sus ideas, aunque esto también ha tardado algún tiempo en producirse en su Suecia natal. Key destacó la libertad e individualidad del niño, abogó por la igualdad en el hogar, se opuso a los castigos corporales, luchó en favor de la coeducación y de la existencia de escuelas comunes para todos los niños, independientemente de su clase social, consideró fundamental la actividad del niño y quiso que se coordinaran los diferentes temas docentes en un sistema total con aulas especiales para temas especiales. Fuera de su país natal, sus ideas sobre educación tuvieron repercusiones mucho mayores, especialmente en Alemania, durante los 20 primeros años de nuestro siglo. En 1926 ya se habían publicado 36 ediciones de la versión alemana de El siglo del niño. Antes y después de la Segunda Guerra Mundial, las obras de Ellen Key merecieron gran atención en los países de habla alemana.

Las obras e ideas de Key también merecieron atención en varios otros países. Ya en 1909, El siglo del niño se había traducido a nueve idiomas europeos. En Estados Unidos sus ideas tuvieron gran importancia en el «Movimiento de estudio del niño». Quizás se sepa menos que en los primeros debates soviéticos sobre educación también se tuvieron en cuenta las ideas de Key, junto con las de Dewey y Montessori. Un educador ruso, K.N. Ventcel, consideró que El siglo del niño era una obra fundamental en educación. En el Japón, el interés por las ideas de Ellen Key sobre educación ha aumentado grandemente en los últimos tiempos. En 1916 se tradujo al japonés El siglo del niño pero la segunda edición no se publicó hasta 1960, y la tercera en 1970. Amor y matrimonio -que forma parte de Líneas vitales fue traducido por primera vez en 1914 y en 1973 se publicaron dos ediciones. Otros artículos se tradujeron en 1974. Otra prueba de ese interés es que la obra de Louise Hamilton sobre Ellen Key -traducida por primera vez al japonés en 1922- fue publicada en una nueva edición en 1966. También cabe mencionar que en 1982 se tradujo al japonés la tesis de esa misma autora, titulada «Estudio sobre la educación pensante de Ellen Key”, con especial referencia a El siglo del niño. Además del texto de Hamilton, existen otras dos tesis sobre Ellen Key, publicadas en Suecia por Wittrock (1953) y Ambjörnsson (1974).

MG. Ellen Key