Los valientes duermen solos. Sueño nº 699
Ian Berry
“…SIEMPRE PRESENTE PERO NUNCA VISTO…”
“…Destacaba por ser una persona desinteresada, modesta, siempre presente pero nunca vista, que se deslizaba sigilosamente como un fantasma equipado con una cámara Leica. Es decir, representaba todo lo que considero que un gran fotógrafo debe ser…” Philip Jones Griffiths para Magnum Photos. Página 56
Bibliografía selecta
Magnum: Magnum Photos. Edición original a cargo de Brigitte Lardinois. Con 413 fotografías en color y blanco y negro. Dirección de arte y diseño: Martin Andersen (Thames & Hudson, Londres, 2008) Edición española (Traducción de Gemma Salvà. Lunwerg, Barcelona/Madrid, 2011) Impreso en China.
Material de prensa: presentación, notas y cronología
Ian Berry (4 de abril de 1934 en Preston)
Ian Berry adquirió una gran reputación en Sudáfrica, donde trabajó para Daily Mail y posteriormente para la revista Drum. Fue el único fotógrafo que documentó la masacre de Sharpville y sus fotografías sirvieron para demostrar la inocencia de las víctimas durante la celebración del juicio. En 1962, Henri Cartier-Bresson, que entonces residía en París, le invitó a incorporarse a Magnum Photos. En 19634 se trasladó a Londres, convirtiéndose en el primer fotógrafo de plantilla de la revista Observer Magazine. Ha documentado la invasión rusa en Checoslovaquia; conflictos en Israel, Irlanda, Vietnam y el Congo; hambrunas en Etiopía; y el apartheid en Sudáfrica. El material que produjo sobre la segregación racial dio lugar a la publicación de dos de sus libros: Black and Whites: L’Afrique du Sud y Living Apart.
Entrevista de Christian Storm, publicada en Vice en enero de 2014
– Hola, Ian. Llevas en Magnum más de 50 años, ¿no?
Ian Berry: Sí. Da un poco de miedito admitirlo, pero sí. Eso pone de manifiesto mi incapacidad para dejar de hacer cosas. Cada año pienso en renunciar y nunca lo hago.
Empezaste en Sudáfrica. ¿Por qué?
Bueno, como buen joven británico, quería viajar. En aquella época era fácil conseguir ayudas para pagar un viaje y Sudáfrica me parecía un lugar interesante. Pensaba que vería leones en las calles de Johannesburgo y cosas por el estilo. Mi familia conocía a un fotógrafo que había vuelto de trabajar como asistente de Ansel Adams en Estados Unidos. Quería ayudarme, así que me fui a Sudáfrica con él.
¿Tuviste alguna formación extra en fotografía?
En aquella época no había clases de fotografía en la universidad. Lo único que podías hacer era conseguir trabajo de asistente con un fotógrafo, y eso es lo que hice. La persona de la que hablo utilizaba una 4×5, así que aprendí mucho, a pesar de que me di cuenta que no era lo que quería hacer.
Parece que la Matanza de Sharpeville te marcó mucho.
Nos montamos en el coche y entramos. A unos 90 metros, el coche se detuvo y el policía en cargo salió y nos dijo: “Tenéis que iros de aquí o seréis arrestados”. Así que la mayoría de los coches se alejaron. Tres coches se quedaron, incluyendo el coche en el que yo estaba, avanzamos un poco más y el policía salió de nuevo y dijo, “Tenéis que iros, ¡ésta es la última advertencia!” Así que dos coches se fueron. Nosotros seguimos conduciendo hasta llegar a la comisaría, que estaba en un recinto rodeado de alambre de espino. Hablé con algunos policías, subí la valla y vi que todos parecían estar muy tranquilos. La gente no estaba agresiva. Parecía que no iba a suceder nada, así que me alejé y justo cuando llegué a mi coche la policía comenzó a disparar. Había cuerpos sin vida por todas partes. Todo pasó muy rápido. Empecé a hacer fotos de la gente mientras corría hacia mí y cuando me di cuenta de que las estaban asesinando, me tiré al suelo. Cuando todo terminó, me levanté y sólo quedábamos yo y otra persona. Me monté en el coche y nos fuimos. Personalmente, las fotos eran una mierda, sólo eran fotos de gente corriendo, pero fue un evento que le dio vuelta al mundo. Tom Hopkinson, el editor de la revista para la cual trabajaba, escribió a Magnum hablándoles sobre mí y esa fue mi oportunidad de entrar.
Las fotos fueron usadas como pruebas en los tribunales, ¿verdad?
Sí. Según su versión, sólo dispararon una vez y la gente empezó a correr y aplastar a otras personas. Eso no era verdad. Yo tenía una foto en la que salían con armas automáticas. Muchos recibieron disparos en la espalda. Y mientras la gente corría ellos seguían disparando. Yo fui el único testigo de piel blanca y, en aquella época, la palabra de un blanco tenía más peso que la de un africano. Así que entregué las pruebas, y afortunadamente la gente que había sido acusada, fue liberada. A pesar de que las fotos no salieron bien, tuvieron una finalidad humanitaria.
Y después te contactó Magnum.
Más o menos. Primero, un tipo que estaba empezando una nueva agencia en París y que había sido jefe en Magnum me invitó a colaborar con él. Estuve en su agencia durante un año y después Magnum me invitó a participar y, claro, acepté.
¿Tienes algún consejo para las nuevas generaciones?
Si tuviera algún consejo, yo mismo me lo aconsejaría. Me parece interesante ver cómo le irá a Newsweek, porque de momento nadie está ganando dinero con la fotografía. A veces doy clases de foto y la gente me hace la misma pregunta. Creo que nunca la podré responder. Si quisiera ser cruel, les diría que cogieran una cámara de vídeo en lugar de una cámara de fotos, pero es un mundo diferente. Me acaban de pedir un proyecto en Mozambique y en el último minuto me dijeron que prefieren que sea con una cámara de vídeo. La gente con buen ojo y dedicación tendrá éxito. Mi consejo es que no se desmotiven. Dudo que la mayor parte de la gente que estudia fotografía acabe trabajando en de fotógrafo. Puede que trabajen con la policía o haciendo algo para un museo, bodas o que sé yo. Pero muy pocos ganarán dinero trabajando como fotoperiodistas. En fin, sólo es mi opinión. Puede que no tenga razón.