Henry Blanchère. Viaje al fondo del mar

By marzo 28, 2016Sin categoría

MG. Voyage du fond de la mer (1980)

Los valientes duermen solos nº 141

Henry Blanchère. Viaje al fondo del mar (1869)

Título original: Voyage au fond de la mer (Libraires & Éditeurs, París, 1869)

«Me fascina el proyecto realizado por Luis Gasca y Román Gubern sobre el universo fantástico de la ilustración. En el apartado «Seres marinos» encontramos  el mar, origen ancestral de la vida, ha inspirado a poetas, filósfos, pintores y literatos. Es hábitat de muchas especies animales, algunas peligrosas, como el tiburón y la orca, y su ira se manifiesta en temibles tempestades. Simboliza también un gran abismo que todo se traga.»

No es raro que impresionase a muchas culturas con litoral, pero hay que recordar que ancestros navegantes audaces recorrieron, con naves precarias, el desmesurado itinerario que separa a la Polinesia de la Isla de Pascua o el litoral escandinavo de la actual Canadá. Los griegos consideraban a Poseidón, hijo de los titanes Crono y Rea, como el máximo dios marino, cuya cólera se manifestaba en terribles tempestades. Enamorado de la nereida Anfitrite, con la ayuda de un delfín que la descubrió cuando intentaba esconderse, logró hacerla su esposa. Su hijo Tritón suele representarse como mitad hombre (cabeza, tronco y brazos) y mitad pez (cola). El equivalente romano de Poseidón fue Neptuno, a quien se suele representar como un dios barbudo que porta un tridente. También de aquella mitología pagana procedieron las sirenas, con rostro femenino, brazos y busto humano desnudo y cola de pez: eran, de hecho, unas hechiceras cantoras que atraían a los hombres a su perdición. En el relato de La Odisea, Ulises hizo que le atasen a un mástil de su nave para gozar de su canto sin riesgo, mientras sus marineros taponaban sus oídos con cera para no sucumbir a su hechizo musical. Teorías modernas han postulado que el mito de la sirena pudo derivar de la observación fugaz, al emerger del agua, de las manatíes o vacas marinas, mamífero acuático que los navegantes, tras un largo ayuno sexual, idealizaban con las características de deseables mujeres. En la cartografía medieval se representó a menudo al mar como un habitáculo de monstruos amenazadores. Algunas de las propiedades del mar son también atribuidas a los lagos extensos y profundos, que han generado en leyendas como la del monstruo del lago Ness, en Escocia, que, supuestamente, habita en sus profundidades. El mito de las ciudades submarinas se encuentra en esta imagen de Voyage au fond de la mer, de Henry de la Blanchère (1869) hombre especializado en animales marinos.

Prioridad según la calidad de la obra

+ Muy bueno: Mucha calidad. Valioso por el tema que plantea, la forma como lo resuelve, los personajes que propone.

Pauta de valoración

✓CAT (Catálogo de imágenes, abecedarios, imaginarios) ✓NA (Narraciones de aventura: acción, oeste, piratas, viajes, etc.) ✓12 años  ✓Crea imágenes únicas y perdurables ✓La secuencia narrativa es coherente ✓El narrador guía al lector dentro el universo narrativo ✓Los personajes son auténticos, actúan y piensan como lo que son. ✓Permite seguir la cadena de los eventos. ✓Contribuye a crear la atmósfera del relato, a reforzar sensaciones y situaciones ✓Las ilustraciones presentan elementos que añaden sorpresa.