Enzo Mari

By agosto 3, 2019Sin categoría

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Sueño 941

Enzo Mari

“…PLANA O TRIDIMENSIONAL…”

«…Crítico con en lo que se había convertido en el diseño una vez que terminó la época dorada de los años sesenta y setenta, Mari achacó a las empresas la culpa de haber convertido a los diseñadores de creativos a meros intérpretes de las tendencias. Expresó sus ideas por medio del Manifiesto de Barcelona, que redactó en 1999 y en el que argumenta que es necesario volver a la «tensión utópica de los orígenes del diseño» e invoca un nuevo juramento hipocrático: «la ética es la meta de cada proyecto»»  Los valientes duermen solos, jueves, 1 de agosto de 2019.

Bibliografía selecta y material de prensa: presentación, notas y cronología

Mari recupera el lema del Movimiento del Programa de Arte, en el que había participado en su juventud, que reza: «Nuestro objetivo es hacer de ti un socio«; y expresó su filosofía por medio de la publicación del manual Autoprogettazione en 1974, en el que transmite la importancia de los materiales y el proceso constructivo, donde el usuario ya no es un consumidor pasivo, sino que se convierte en un beneficiario de un objeto y un proceso, en el que participa activamente. Este manual con instrucciones detalladas para fabricar muebles básicos, fue distribuido gratuitamente para motivar a las personas a construir con sus propias manos, transformándose en una guía de culto para muchos diseñadores. Mari estaba decidido a desarrollar estos productos para la producción en masa sin comprometer su creencia de que el resultado de cada proyecto de diseño debe ser agradable a la vista y el tacto, así como desempeñar su función de manera eficiente. Describió su filosofía como «diseño racional, elaborado o construido de una manera que corresponde exclusivamente a la finalidad o función». Entre 1967 y 1977, trabajó para la firma italiana de azulejos Gabbianelli.

La preocupación de Mari por la función del diseño iba más allá del uso práctico aparente y clásico de los objetos: llegó a o concebir sus obras como sistemas de comunicación o herramientas para desarrollar su imaginación, como su rompecabezas «Il Gioco dell Favole», en el que doce piezas pueden juntarse para formar una historia a través de los dibujos que contienen: hasta 45 animales diferentes, el sol y la luna. Durante la década de 1980, cuando el diseño italiano fue dominado por las formas extravagantes y colores kitsch del grupo Memphis liderado por Ettore Sottsass, el racionalismo de Mari pasó a ser considerado «anticuado», aunque sus diseños, como la silla Tonietta para Zanotta de 1985 (que recibió el Compás de Oro) siguieron gozando de prestigio. Sería en la década de 1990 cuando volviese a ser reconocido plenamente como autor por su importante papel en el diseño contemporáneo y el Italian Style,  y el rigor y la moderación que caracterizan su trabajo se revalorizaron.

Mari nación en Novara, Italia, en 1932. Estudió literatura y arte en la Academia Brera en Milán entre 1952 y 1956, y desde entonces mantuvo una gran actividad artística con exhibiciones personales y colectivas en varios museos de arte contemporáneo. Después de su graduación, se dedicó de inmediato al mundo emergente del diseño industrial. El enfoque de Mari al diseño era predominantemente teórico y relacionado con su aspecto social, preocupado sobre todo por su papel en la cultura, su función en la vida cotidiana y la relación contemporánea con el usuario. Después de graduarse abrió un estudio en Milán para continuar sus estudios de la psicología de la visión, sistemas de percepción y metodologías de diseño; presentando su primer proyecto de la mano de la firma de mobiliario Danese en Milán en 1957.

Su primer proyecto para Danese fue «16 Animali», un rompecabezas de madera al que Mari aplicó sus teorías de resolución de problemas para crear un grupo de formas de animales, simplemente talladas – incluyendo un hipopótamo, una serpiente, una jirafa y un camello – que se unen para formar un rectángulo. El rompecabezas marcó el comienzo de una larga colaboración entre Mari y Danese, que continuó en la década de 1960 con el desarrollo de otros objetos. Otro de sus productos más logrados fue el Jarrón Modelo 3087 de 1969, hecho en plástico y reversible gracias a un cono central que asegurara que cumpliese su función de florero tanto boca arriba como boca abajo. Su sensual forma jugó un papel importante a la hora de reivindicar el plástico como un material con el que se podían realizar diseños de calidad y buen gusto.

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