Robert Bresson

By diciembre 21, 2017Sin categoría

MG. Diario Cura rural

Los valientes duermen solos nº 550

Robert Bresson

(25 de septiembre de 1901 en Bromont-Lamothe, Francia – 18 de diciembre de 1999 en Droue-sur-Drouette, Francia)

Aquí encontramos, como en Dostoievski, la profundidad del alma humana invitada a reconocer y decidir

«22 de diciembre de 1999. El mundo está a punto de llegar a su fin, y en mi mano reflejaba, en la penumbra un titular de El País: «Muere Robert Bresson, el gran místico francés». Atravesamos la frontera (puramente imaginaria) con la mirada del propio Bresson y nos sumergimos en las colinas de su estilo: “Una película no es un espectáculo”, solía decir el director francés. “Es, ante todo, un estilo”. Tampoco nuestro chófer intelectual estabada del todo sereno y parloteaba en una lengua que sólo él comprendía. De cada diez palabras con aspecto más o menos francés yo entendía sólo una. Por fortuna una de las poetisas con las que estábamos se encontraba a su lado y, aunque no sabía francés, o tal vez precisamente por eso, parecían distraerse los dos de maravilla. La otra estaba al otro extremo, detrás, a mi lado, y miraba por la ventanilla opuesta. Yo era un bebé al lado de Bresson. No sé quién habría podido imaginar una combinación tan estrafalaria. Tampoco mi mente era tan consciente como podríais imaginar.» LVDS. 22 de diciembre de 1999

Le gustaba distinguir entre cine y cinematógrafo. El cine, para él, no era más que teatro filmado, mientras que el cinematógrafo era un arte nuevo, una combinación de sonidos e imágenes en movimiento que, armonizados adecuadamente por el montaje, era capaz de trasladar sentimientos. No le gustaban tampoco los actores profesionales. Prefería trabajar con personas que no tuviesen ninguna experiencia en el mundo de la interpretación y a los que llamaba modelos. Buscaba, en definitiva, la esencia misma del lenguaje cinematográfico, su máxima pureza. Por eso sus obras parecen estar rodeadas de una especie de aureola de espiritualidad y ascetismo. A lo largo de este mes TCM Autor emite tres de sus títulos más significativos: Pickpocket, El proceso de Juana de Arco y su último trabajo, El dinero.

Diario de un cura rural, de Robert Bresson (1951)

Primera edición original en francés: Journal d’un cure de campagne. Francia, Suiza, 1951. 115′. B/N. 4/3- Dirigido por Robert Bresson. Historia de Georges Bernanos. Director de fotografía Leonce-Henri Burel. Guión de Robert Bresson. Montage de Paulette Robert. Reparto: Claude Laydu, Antonie Balpetre, Gaston Severin, Leon Arvel, Jean Danet, Andre Guibert, Nicole Ladmiral, Nicole Maurey, Jean Etievant, Bernard Hubrenne y Marie-Monique Aekel. Música de Jean-Jacques Grünewald. Producida por Leon Carre y Robert Sussfeld. Premio Louis Delluc, International Award, International Award for Best Cinematography

En el Diario de un cura rural hallamos estas tres características centrales del cine bressoniano. La película es tan del cineasta como de Bernanos, hasta el punto de quienes la ven y han leído la novela no se preguntan si la primera refleja adecuadamente la segunda. La película es el Diario hecho cine merced al conocimiento profundo del lenguaje cinematográfico de Bresson, que no necesita cargar literaralmente, de forma pesada e inútil, su largometraje. Hans Urs Von Balthasar (teólogo católico del siglo XX) se lamentaba de tanto talento desperdiciado en las publicaciones católicas de los años 70 y 80 y decía que podemos encontrar más teología en las obras de Bernanos, Péguy o Claudel.

Bernanos ensayista: denuncia y libertad. A finales de los años 30, a causa de la desastrosa situación política y social que percibe en Europa y en su querida Francia, Bernanos decide abandonar la creación de novelas para dedicarse de lleno a escribir ensayos y artículos periodísticos. La experiencia directa de la Guerra Civil española (vivió con su familia en Mallorca de 1934 a 1938) le hace intuir la que se avecina. Sus escritos reflejan, durante la Segunda Guerra Mundial, la amargura por una situación que a ojos de Bernanos no es mera consecuencia de la casualidad. Sus obras de este período, «Los grandes cementerios bajo la luna» (1938), «Escándalo de la verdad» (1939), «La infancia humillada»(1940), «Escritos de combate» (1944, «La libertad, ¿para que? (1946), son una reflexión intensa y angustiada sobre la tragedia del hombre contemporáneo. El Diario de un cura rural es, sin duda alguna, la novela más completa y lograda de Bernanos. A esta sencillez de corazón nuestro autor la denomina «espíritu de infancia». La historia del cura rural es la de este espíritu infantil que sólo finalmente se impone sobre los análisis y las presunciones que pretenden ridiculizarlo a cada paso. Diario de un cura rural transpira toda la ternura sobria y discreta de Georges Bernanos por la pobre gente que recorrre los caminos del mundo.

MG. Diario cura