Los valientes duermen solos. Sueño nº 311
Edward Weston
“…ENSEÑAR A ABRAZAR A UN ÁRBOL…”
“…–Mi padre me enseñó a abrazar un árbol, a quererlo porque está vivo, porque da sombra y da cobijo, y no solo para mi, para los pájaros también. Los árboles son símbolos totales. Me encanta la naturaleza, es una lección. Es abrir una puerta a lo desconocido. Es como si abrieras una puerta en el campo sobre la nada, aparentemente, que tu no habías visto hasta ese momento, y ahí hay unas escaleras y por ahí te pierdes. No te puedo decir más. ¿Tú sabes lo que es estar abrazado a un árbol de estos? No se le pueden poner palabras, además quedaría artificial. Probablemente el árbol va estar cuando tu desaparezcas, eso te da mucha marcha. Es algo vivo, no es un pedazo de mueble, o una joya; figúrate el circulo que se crea ahí. Una naturaleza que además no es salvaje, es una naturaleza civilizada desde hace dos mil años. Y lo notas. Cuando digo civilizar me refiero en el sentido de que se ha cuidado, se ha producido, lo han podado, tocado con la mano del hombre bien, respetando lo que hay. La naturaleza además te devuelve, si te colocas en una actitud, no de la naturaleza simplona, algo más, que te exija un cierto esfuerzo, el estar ahí porque tengo capacidad de pensar sobre lo que hay aquí, su significado. Esos árboles tienen algo de escultura, parecen personajes, parecen caras, tienen una vida, pasa el aire entre las hojas, es algo muy especial…” Los valientes duermen solos.
Bibliografía selecta
Árboles, de Edward Weston © Modern Photography, Londres, 1934
Material de prensa: presentación, notas y cronología
Edward Weston (24 de marzo de 1886 en Illinois – 1 de enero de 1958 en Carmel with the Sea)
A Edward Weston su estilo pictoralista le proporcionó numerosas distinciones durante los años diez. Hacia el 1919 empezó a hacer abstracciones y fotografías directas, así como a fotografiar fragmentos de objetos. A finales de los años veinte fotografió en primeros planos pequeños objetos, como vegetales, conchas, árboles, rocas o nubes. Expuso en 1929 en Film und Foto, cuya sección norteamericana seleccionó junto a Edward Steichen. Durante los años treinta perfeccionó su estilo y vio reconocido su trabajo en exposiciones y publicaciones.