Los valientes duermen solos nº 553
Maria Mercè Marçal Serra
(Ibars de Urgel, Lérida; 13 de noviembre de 1952 en Ibars de Urgell, Lleida – 5 de julio de 1998 en Barcelona)
Bibliografía selecta
Uf, quin dissabte rateta Arbequina!, de Maria Mercè Marçal Serra. Ilustrado por Magdalena Marsal Serra (1988) (Primera edición original en català: Estrella Polar. Barcelona, octubre de 2012. Colección Odissea 1. 48 pp. Rústica con solapas. 19,5 x 13 cm. Impreso en Barcelona)
Un cuento inédito de Maria Mercè Marçal ilustrado por su hermana Magda Marçal
Su madre, Maria Serra, era una mujer a la que encantaban el teatro y las canciones, que sabía una avalancha de versos, y que siempre que podía reunía los niños del vecindario para hacerlos hacer danzas y representaciones. Su padre, Antoni Marçal, que había tenido que dejar los estudios universitarios de arquitectura por motivos familiares, incentivó siempre el estudio y el amor hacia la cultura de sus dos hijas. Como Maria-Mercè Marçal escribió más tarde: «A mi madre le debo el sentido, la riqueza de la lengua. Y el canto. A mi padre, el estímulo hacia la cultura.» Otra figura importante de su infancia es la tía Merçè, hermana de su madre y su abuela, que vivía y trabajaba en Barcelona, y que no se había querido casar. Para ella fue «la mujer que me legó el sentido de la autonomía, de la individualidad y de la solidaridad conjugadas en femenino». Estudió el bachillerato en el Instituto de Lleida, después de haber obtenido una beca. De joven comenzó a escribir poesía, inicialmente en castellano, ya que su formación, debido a la dictadura, había sido hasta entonces en esta lengua. Pero influida por el movimiento de la Nova Cançó comenzó a escribir los primeros versos en catalán (de hecho, a lo largo de su vida tuvo mucho contacto con cantautores catalanes, sus poemas han sido musicados por Marina Rossell, Teresa Rebull, Ramon Muntaner, Txiki Berraondo, Maria del Mar Bonet, Celdoni Fonoll y Gisela Bellsolà, entre muchos otros).
Material de prensa: presentación, notas y cronología
En 1969 se trasladó a Barcelona, junto con su hermana Magda, para llevar a cabo la licenciatura de Filología Clásica en la Universidad de Barcelona. Fue en este periodo que entró en contacto con jóvenes poetas como Miquel Desclot, Jaume Medina y Ramon Pinyol, con el que se casaría en 1972. Antes de terminar los estudios, comenzó a dar clases de lengua catalana en Sant Boi de Llobregat, en el marco de la resistencia política y cultural antifranquista de la época. Toda su vida ejerció como profesora de lengua y literatura catalanas de Secundaria.
Durante la década de los setenta -una etapa especialmente intensa desde el punto de vista personal y colectivo- participó con Ramon Pinyol, Xavier Bru de Sala y Gemma de Armengol en la creación de los Libros del Mazo, una editorial que nacía con la voluntad de publicar sobre todo poesía, que tuvo como mentor Joan Brossa y en la que colaboraron pintores como Antoni Tàpies y Joan Pere Viladecans. (Posteriormente otros artistas plásticos crearon obras en relación con sus poemas o le pidieron colaboraciones para exposiciones: Perejaume, Maria Girona, Josep Uclés, Toni Vidal.) En 1976 Maria-Mercè Marçal ganó el premio Carles Riba de poesía con la recopilación Cau de llunes. Es en este periodo de los setenta, pues, que hace su entrada en el mundo literario y, también, en el mundo político: militó en el nacionalismo de izquierda y, paralelamente, tomó contacto con el movimiento feminista y con grupos de mujeres. En 1979 publicó Bruixa de dol, y su nombre se empezó a hacer popular, no sólo por su obra poética, sino también por sus intervenciones y publicaciones en el marco del feminismo. Su interés por el lenguaje teatral la llevó a participar en el montaje La sala de nines, de Mercè Rodoreda. Ese mismo año quedó finalista del Premio Ausiàs March de Gandia con la recopilación Festanyal de l’ aigua. De 1979 a 1985 colaboró en cursos sobre feminismo y literatura en la Universitat Catalana d’Estiu de Prada de Conflent. Su militancia en el nacionalismo de izquierdas y en el feminismo fue fuerte hasta su muerte, a pesar de que, progresivamente, se fue centrando de manera prioritaria en el terreno cultural y literario.
Los años ochenta se iniciaron con el nacimiento de su hija Hiedra, experiencia que elaboró poéticamente a Sal oberta (1982) y en la segunda parte de La germana, l’extranjera (1985). Este último libro le valió el premio López-Picó. De este periodo también es Terra de Mai (1982), recoge que significa por parte de la autora una primera incursión con las palabras en el territorio silenciado del amor entre mujeres. Desglas, incluido en Llengua abolida (poesía 1973 hasta 1988), retoma este tema ya la vez intenta de traducir en palabras el dolor por la muerte de su padre. Este fue su último entrega poético en vida.En 1984 conoció Fina Birulés, pensadora y profesora universitaria de filosofía, que fue su compañera hasta su muerte. Durante esta década comenzó a poner manos a la obra en la creación de su única novela,La passió segons Renée Vivien, fruto de la fascinación que había ejercido sobre ella esta escritora inglesa de expresión francesa que vivió en París a comienzos del siglo xX. También se dedicó a la traducción de escritoras como Colette (La dona amagada, 1985). De hecho, es inseparable de su obra literaria la tarea de edición y estudio de escritoras como Clementina Arderiu y Rosa Leveroni, y la tarea de traducción de autores como Colette, Yourcenar, Leonor Fini y -en colaboración con Monika Zgustová- de las poetas rusas Anna Ajmátova y Marina Tsvietáieva.
Después de algunos breves intentos en el campo de la narrativa, publicó su única y extensa novela, La passió segons Renée Vivien. Esta novela le llevó una lluvia de premios, el primero de los cuales fue el Premio Carlomagno 1994; van seguirle el Premio de la Crítica 1995, el premio de la Crítica Serra d’Or 1995, el Joan Crexells 1995, el Prudenci Bertrana 1995 y el premio de la Institució de les Lletres Catalanes 1996. Todos estos reconocimientos representaron su consolidación también como narradora, a pesar de su clasificación inevitable como una de las poetas más importantes de la literatura catalana de los últimos tiempos. En los últimos años de su trayectoria, impulsó la creación del Comité d’Escriptores, dentro del Centre Català del PEN Club, con el objetivo de recuperar la obra literaria femenina y promover la visibilidad y la interrelación de las escritoras actuales. Después de unos años de lucha contra la enfermedad, en la que escribió gran parte de la recopilación póstumo Raó del cos (2000), murió en Barcelona el 5 de julio de 1998. También han sido publicados póstumamente una recopilación de artículos y conferencias de ensayo literario y de pensamiento (Sota el signe del drac. Proses 1985-1997).
En la nota de la ilustradora se nos dice que, este cuento fue creado en el año 1988. En aquel entonces, Mercè era una escritora querida y reconocida, sobretodo como poeta, y la editorial feminista La Sal le propuso escribir un cuento. Ya que a su hermana le gustaba ilustrar y siempre habían dicho de hacer juntas adaptaciones de cuentos tradicionales, Mercè pensó en su hermana para que lo ilustrase. Dicho y hecho, se pusieron a trabajar en equipo y este libro es el resultado de muchas horas compartidas con su madre y Heura, la hija de Mercè. Hay muchos detalles en las ilustraciones para descubrir; es un viaje con paradas tanto en el clásico popular de Charles Perrault (La ratita presumida) como en algunos objetos, por ejemplo, el tocadiscos y los vinilos, el walkman o los tipos de patines, de máquinas de hacer fotos. Maria Mercè Marçal i Serra fue poeta, catedrática de catalán, narradora y traductora catalana y, por un tiempo, editora.