Albert Cossery

By mayo 22, 2019Sin categoría

Lvds_Albert Cossery Una ambiciónSueño 867

Albert Cossery

“…SU REBELDÍA…”

«…»Me parece normal que haya gente lanzando bombas en casi todas partes. ¿Qué otra cosa podrían hacer? Es la única forma que les queda de expresar su rebeldía. Ante la ferocidad de los medios a los que recurren los gobiernos, ¿qué otra actitud válida hay? En lo que a mí respecta, siempre seré partidario de las bombas.» Estas frases que escuchamos en la voz de Jean-Luc Godard en El libro de imágenes las podemos leer también en la boca de Isham, uno de los personajes de Una ambición en el desierto, la novela de Albert Cossery de 1984 y de la que Godard se nutre en la parte final de su película…»  Los valientes duermen solos, un martes 21 de mayo de 2019.

Bibliografía selecta y material de prensa: presentación, notas y cronología

Nada personal, fotografías de Richard Avedon y texto de James Baldwin. Título original: Nothing personal (1964). La maqueta de este libro fue realizada por Marvin Israel. Colaboraron Margarite Lamkin y David Baldwin. La versión española se debe a Pepitas de Calavaza en Logroño en septiembre de 2013. Traducción del francés de Federico Corriente. 224 págs., 14×21 cms. Rústica con solapas

«Ninguno describe de manera tan desgarradora ni tan implacable la existencia de las masas humanas hundidas. Cossery alcanza abismos de desesperación, de envilecimiento y de resignación que ni Gorki ni Dostoievski supieron captar…» —Henry Miller

El jeque Ben Kadem, primer ministro del emirato de Dofa, se pregunta cómo desempeñar, siendo la cabeza de un Estado miserable, completamente eclipsado por sus vecinos productores de petróleo, un papel en el ámbito internacional. Para ello, idea una estratagema: simular atentados con bomba provocados por un Frente de Liberación fantasma. Y juega así la baza de despertar las simpatías de movimientos revolucionarios internacionales y las inquietudes de las grandes potencias tutelares. Para ejecutar su plan, recurre a un joven aventurero, Shaat, al que saca de la cárcel, donde está purgando una condena por tráfico de oro. Shaat fabricará bombas que un granuja llamado Mohi se encargará de colocar. No obstante, esta falsa ola de terrorismo escapará del control del primer ministro, y Mohi —que es su hijo natural— morirá como consecuencia de la explosión de la bomba que transportaba. En el centro de todo el asunto se encuentra, en calidad de testigo de excepción, un marginado aristocrático, Samantar, que encarna el escepticismo, la inteligencia, la sabiduría y la flema, tan caros a todos los héroes de Cossery.

En esta novela –que se traduce por primera vez a castellano- volvemos a encontrar el encanto tranquilo, los personajes estrambóticos, el Oriente a la vez real y de ensueño que entronizaron al autor de Mendigos y orgullosos.

Albert Cossery nació en El Cairo en 1913 y murió en París en 2008. Tras numerosos periplos por los Estados Unidos y Europa termina instalándose en 1945 en un céntrico hotel de París, donde vivió hasta su muerte. A orillas del Sena cultivó su célebre y sana pereza además de su amistad con Lawrence Durrell, Albert Camus, Jean Genet, Juliette Greco, Alberto Giacometti o Boris Vian, por citar a algunos. Su obra —muy leída en Francia— fue traducida al inglés gracias a la admiración que sintió por ella Henry Miller; con el paso de los años mantiene toda su frescura y no deja de ganar lectores entusiastas por todo el mundo. En 1990, tras la reedición de Mendigos y orgullosos —del que existe una adaptación al cine y otra al cómic—, recibe el «Grang Prix de Francophonie» por el conjunto de su obra (toda ella un mismo libro según sus propias palabras): ocho novelas, una recopilación de cuentos y una adaptación teatral de Los haraganes del valle fértil, que —si las autoridades no lo impiden y el tiempo lo permite— irán apareciendo en Pepitas de calabaza.

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