CUADERNO NEGRO, caminando por Portland, regreso a mi dormitorio con la idea de lo curioso de Imogen: de los bocados de sabiduría que extrae de robar imágenes. Basta con prestarle atención. Ningún habitante de Portland ha tenido mayor conciencia de la fragilidad de esta ciudad, fácil de explorar a pata y lo bastante pequeña como para abarcarlo todo en poco tiempo. Imogen Cunnigham es hija de la San Francisco del Este donde cunde la especulación por doquier, incluso en las tierras reservadas a la agricultura. Vemos Portland al noroeste del estado de Oregon, en el río Willamette, atacado por los franceses en 1633 y defendido por los indios en 1676. Habitado sin interrupción desde hace más tiempo en América del Norte. Toda una escritura degradada que ahora se resiste a ser estropeada por el turismo, se asientan agricultores procedentes de los estados fronterizos de medio oeste, entre la mecanicidad convulsa de la fiebre del oro i la explotación de la industria (madera, aluminio, trigo, gráfica). También se enclavan en las larvas de este estado agrario de la cuenca del río de Columbia.
, «BUSCA Y CAPTURA,
un objetivo dispara hacia lo desconocido.»
CUADERNO ROJO, hay obra orig. Imogen Cunnigham. Im-Og-En. Prólogo de Margery Mann. The imogen cunningham trus. Hay ed. pp. 120. University of Washington Press. 29,5 x 149 cm. Cartoné. Esta primera edición se publicó el 22 de septiembre de 1970.
, he jugado con esa necesidad de establecer una imagen. Se muestra aún más autoconsciente cuando Imogen abandona el estudio al ser concedida una beca para estudiar la carrera de Química en la Escuela Técnica Hochschule, famosa por su alto conocimiento en Química Fotográfica, donde publica su Tesis Doctoral (1910), apenas cumplidos los veinte años, para trabajar en su proyecto más ambicioso hasta convertirse en la fundadora de su propio Estudio. El arte de Cunnigham, que nace de robar imágenes con una cámara que viene como obsequio en un curso por correspondencia y empezar a practicar en el campus de su universidad, donde se retrató valiente a sí misma desnuda, tumbada boca abajo sobre la hierba, Imogen tomó su primera fotografía en Seattle en 1901, siguiendo las instrucciones que obtuvo de la Escuela Internacional por correspondencia. Aprendió a imprimir en platino de forma comercial en el estudio del autodidacta Edward S. Curtis. La presente nota se ha hecho a través del kollage, de personajes separados de sus plantillas narradoras, espacios que probablemente no existen, pero que de algún modo deberían haber existido. Varias veces se oyen tijeretazos de voces entrecortadas. De todas formas, acabarán recortándose con unas tijeras, en una delicada blandura, un pie de nota herida. No se me escapa que presentar estos fragmentos de manera seguida desvirtúa en cierta medida su sentido original.
