Ingeborg Bachmann

By agosto 28, 2018Sin categoría

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Los valientes duermen solos nº 670

Ingeborg Bachmann

(25 de junio de 1926 en Klagefurt, Austria-17 de octubre de 1973 en Roma)

“Son pocos los lectores españoles que saben o recuerdan, en este segundo decenio del siglo XXI, la importancia capital que tenía Ingeborg Bachmann en el panorama literario europeo en 1973, año en que un desgraciado accidente le arrebató la vida en su apartamento en Roma con apenas cuarenta y siete años. Ligada a la corriente renovadora de las letras alemans que supuso el célebre Grupo 47 (de Andersch, Richter, Grass, Böll, Ilse Aichinger, Reich-Rancicki, Celan…) deslumbró desde muy joven a aquella dañada Alemania de posguerra con sus frescas y poderosas colecciones de poemas.”

Se vuelve siempre difícil analizar la figura y la obra de esta autora austríaca sin mencionar de inmediato una vida y una carrera truncadas por la mala fortuna de un incendio doméstico. Ingeborg Bachmann, la gran renovadora de la poesía lírica alemana contemporánea, publicó en vida una quincena de relatos. Los más incisivos y elaborados fueron presentados por la autora en dos tomos rigurosamente compuestos: los textos existencialistas (y todavía algo esquemáticos) de A los treinta años, y las «historias de vienesas» de Tres senderos hacia el lago, surgidas paralelamente al trabajo en el ciclo de novelas Modos de muerte, con el que la escritora austriaca afincada en Roma estuvo ocupada los últimos diez años de su vida. Mientras en el primero variaba distintos intentos de escapada de la tiranía del orden social y del lenguaje, en su segundo tomo de relatos enfocó la restricción y eliminación de proyectos de vida femeninos. Aunque muy diferentes entre sí, ambas recopilaciones son extraordinarias, tanto por su lenguaje metafórico y su caudal simbólico, como por apuntar, desde la esfera individual, a una acerba crítica política y social.

Bibliografía selecta

Die gestundete Zeit (poesía lírica, 1953)
Die Zikaden (obra radiofónica, 1955)
Anrufung des Grossen Bären (poesía lírica, 1956)
Der gute Gott von Manhattan (obra radiofónica, 1958)
«Die Wahrheit ist dem Menschen zumutbar» (ensayo poético, en una presentación de premios alemana 1959)
«Frankfurter Vorlesungen» (charla sobre los problemas de la literatura contemporánea 1959)
Das dreißigste Jahr (recopilación de historias, 1961). Tr.: A los treinta años, Seix-BArral, 1963
Malina (novela, 1971). Tr.: Alfaguara (1986), Akal (2003) y Círculo de Lectores (2005).
Ansia y otros cuentos (1978). Edición española (Traducción de Ana María de la Fuente. Libros del Tiempo 207. Siruela, Madrid, 2015)
Simultan (recopilación de historias, 1972). Tr. de Juan J. del Solar: Tres senderos hacia el lago, Alfaguara, 1987
Tres senderos hacia el lago (Traducción de Isabel García Adánez. Libros del Tiempo 302. Siruela, Madrid, 2011)
Todesarten (proyecto de ciclo de novelas, inacabado)
Últimos poemas, Hiperión, 1999

Material de prensa: presentación, notas y cronología

Preparando un artículo sobre Thomas Bernhard me encontré conIngeborg Bachmann, muy elogiada -cosa rara en él- por el escritor austríaco, su amigo y, quizás, algo más en algún momento. Bachmann, también austríaca, tuvo una fuerte formación en derecho, psicología, filología y, sobre todo, filosofía, y su obra como poetisa y narradora -amén de estar marcada por la búsqueda de novedades formales y por una notable impronta intelectual- gira sustancialmente en torno al daño y al dolor, procedan de causas existenciales, propias de la fragilidad de la naturaleza humana, o, más específicamente, de la acción negativa de unos hombres sobre otros.El caso es que, a los pocos días, encontré y he leído un libro de Ingeborg Bachmann titulado Diario de guerra (Akal). Estamos muy mal surtidos actualmente en castellano de los libros de Bachmann. Hiperión publicó dos de sus poemarios. En realidad, Diario de guerra se compone de seis páginas de un diario que Bachmann escribió a finales de la II Guerra Mundial, cuando era estudiante y tenía 18 años, y de once cartas dirigidas a ella por un joven soldado que fue su amigo y, sin reciprocidad por parte de ella, su enamorado. En el diario, ella narra -entre otras cosas- el encuentro y del comienzo de su relación con el militar. Bachmann fue gran amiga del alemán Hans Werner Henze, uno de los más grandes compositores contemporáneos, comunista y homosexual, fallecido hace apenas un mes. Escribió libretos para sus óperas. Podemos encontrar en español Tiempo de corazón: Correspondencia (Fondo de Cultura Económica), las cartas cruzadas entre Bachmann y el angustiado poeta rumano, en lengua alemana, Paul Celan, judío que fue prisionero de los nazis y que se suicidó en París, en 1970, arrojándose al Sena. Bachmann y Celan, que estaba casado, fueron amantes atormentados durante varios años a partir de 1948.

Durante los años 60, Ingeborg Bachmann fue compañera sentimental del escritor suizo Max Frisch. El autor de Andorra y Homo Faber la abandonó. Los padres de Ingeborg Bachmann eran partidarios del nazismo, y el diario de la escritora refleja, con la ingenuidad y la rebeldía de una adolescente, su rechazo a los nazis, su gusto por la libertad y por la lectura de cuanto le prohibían. Pero he aquí que el joven soldado que Ingeborg conoce, Jack Hamelish, es un judío austríaco, cuyos padres han muerto a manos de los nazis, y que, tras huir de su país, primero, se ha enrolado como intérprete en el ejército británico que ocupa Austria con los aliados. Jack es cordial, cariñoso, tiene un alma pura y no tiene rencor. ¿Cómo será la relación entre la hija de unos padres nazis y un menospreciado chico judío, compatriota, obligado a abandonar su patria por gente como la familia de ella y ahora miembro de un ejército ocupante para unos y liberador para otros? Jack escribe a Ingeborg en 1946 cuando ya han dejado de verse. No se verán nunca más. Él va hacia Palestina, donde se instalará para vivir hasta su muerte en el estado de Israel. Jack añora a Ingeborg, está claramente enamorado de ella, pero se ve que ella, que lo quiere mucho como amigo, no está enamorada de él. Escribe Jack a Ingeborg refiriéndose a su relación: “Para mí no fue un simple encuentro, para mí fue una prueba de que a pesar de todo lo que ha caído sobre nuestros dos pueblos aún existe un camino, el amor y el entendimiento”. Después de un siglo XX atroz, estas palabras son una propuesta para un siglo XXI en el que continúan, hoy mismo, los enfrentamientos y la violencia entre comunidades y países, tantas veces con notoria desigualdad en la fuerza empleada. Una nota editorial dice, con razón y elocuencia, que Diario de guerra es un testimonio único y conmovedor del diálogo entre los hijos de las víctimas y de los verdugos. Ingeborg Bachmann murió en Roma a los 47 años, en 1973, como consecuencia de las quemaduras de un incendio, de origen nunca bien aclarado -¿un cigarrillo?- que se produjo en su piso.

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